Reportaje El Líbero, 09.08.2018 Javiera Barrueto y Bastián Garcés
Cuatro años, hasta el 31 de agosto de 2022, dura el cargo de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, por el que fue nominada la ex Mandataria. La designación fue valorada por el Presidente Piñera y por la centroizquierda. Su estadía en Ginebra, en el plano político, daría espacio para el posicionamiento de figuras del sector, según comentan desde la ex Nueva Mayoría.
Fue el martes en la noche cuando la Cancillería se enteró que la ex Presidenta Michelle Bachelet era la elegida por el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, para ser la próxima Alta Comisionada de Derechos Humanos.
La noticia se difundió luego que la subsecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, le anunció a un grupo de embajadores la decisión. Información que rápidamente se difundió hasta los miembros de la Misión Permanente de Chile ante la ONU.
Ello, porque si bien en el encuentro con Mohammed no había representantes chilenos, la noticia fue transmitida por un embajador presente en la cita y que integra el Grupo Geopolítico de América Latina y del Caribe (Grulac).
Desde ese momento los tiempos se apresuraron. Guterres se comunicó con el presidente de la Asamblea de la ONU, Miroslav Lajcák para informarle oficialmente sobre su decisión. Y ya se habría acordado sesionar este viernes para confirmar la nominación.
En el comunicado oficial de la designación se lee: el Secretario General propone que se nombre a la Sra. Michelle Bachelet (Chile) Alta Representante de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, por un mandato de cuatro años que comenzará el 1 de septiembre de 2018 y terminará el 31 de agosto de 2022. Se lee, también, que el cargo es renovable por otro mandato fijo de cuatro años
De este modo, la ex Jefa de Estado reemplazará al jordano, Zeid Ra’ad al Hussein, quien ostenta el cargo desde septiembre de 2014. Periodo en que ha sido un crítico de violaciones a los DD.HH. en distintos países. Estados Unidos, China y Venezuela están entre las naciones en que Zeid ha cuestionado las políticas que han llevado adelante. “Nosotros no avergonzamos a los Gobiernos, se avergüenzan ellos a sí mismos cuando privan a la gente de necesidades básicas, cuando discriminan a partes de sus comunidades, cuando atizan el miedo”, dijo Zeid hace unos días cuando se reunió con la prensa ad portas de su salida del cargo.
“Agenda ONU” de Bachelet II
Ni Bachelet se ha “salvado” del jordano. El año pasado, cuando la entonces Mandataria asistió en Ginebra una sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos, Zeid se refirió a las políticas de Bachelet. Lo hizo mediante un video, puesto que no pudo estar presente en la ceremonia. “Mi oficina está preocupada ante información sobre el uso excesivo de la fuerza y otros abusos contra miembros de grupos indígenas”, dijo sobre la situación en La Araucanía.
Eso sí, en plena línea con la “agenda ONU”, Zeid valoró una serie de medidas de la segunda administración de la gobernante. “Acojo con satisfacción varias reformas legislativas muy significativas propuestas por su gobierno, incluyendo la despenalización del aborto en ciertos casos, y un proyecto de ley sobre identidad de género”. Y también valoró el proceso liderado por el Gobierno para una nueva Constitución.
También dicen en el ámbito diplomático que uno de los temas que se ha valorado desde la ONU, es la política de protección de los océanos durante la gestión de Bachelet. De hecho, el año pasado recibió el premio “Campeones de la Tierra” que entrega Naciones Unidas. En la ocasión se destacó “su innovador liderazgo en la creación de áreas marinas protegidas y por su impulso a las energías renovable”. Y hace dos meses, National Geographic la galardonó por su labor “en materia de protección medioambiental, especialmente los océanos”.
A semanas de dejar La Moneda, Bachelet firmó un decreto sobre la materia. “Durante este gobierno hemos creado 14 áreas marinas protegidas. Son 8 Parques Marinos y 6 Áreas Marinas Costeras de Múltiples Usos, que suman un total de 1.318.000 km2 de protección para nuestros mares”, dijo la entonces gobernante.
Y esta semana, llegó hasta México para exponer sobre los Derechos Humanos en el VI Congreso Internacional: “Las elecciones como Fuente de Legalidad y Legitimidad de la Democracia en América Latina”, en México. El martes, en la sede la UNAM señaló que “nuestros pueblos cargan cicatrices, venidas de mucha oscuridad, pero nos hemos levantado 100 veces”. Y agregó que “El Estado tiene responsabilidades en la protección de los DD.HH. en nuestro país. Lo peor que podemos hacer es pensar que es una batalla ganada”.
Y ayer, en tanto, dictó una conferencia magistral en Puebla. Mientras que para hoy, está considerado dentro de su agenda, participar del panel “Face to face” del foro. Y el viernes participará en el “Diálogo con politólogas latinoamericanas”.
La premonición de Tironi en 2017
“Mi hipótesis es simple: que a raíz de su estancia en la ONU adoptó la forma como esta organización mira el mundo y el futuro de la humanidad. De aquí nace la diferencia: Bachelet I llegó a gestionar, con un estilo si se quiere más humano y horizontal, una trayectoria que contaba con bases filosóficas y operacionales provistas por la escuela neoliberal; Bachelet II, en cambio, volvió para implantar -asumiendo los quiebres que fueran necesarios- una nueva visión: lo que podríamos llamar la escuela de Naciones Unidas”. Ese es un extracto de la columna escrita por Eugenio Tirnoi, en una columna a El Mercurio, el pasado 3 de octubre.
Y precisamente esa palabras darían cuenta de cuánto influyó la agenda de la organización en los proyectos impulsados por la ex Mandataria. “Ha gobernado con su vista colocada mucho más lejos: en los objetivos que se pone el sistema de Naciones Unidas”, señaló Tironi.
Incluso, pocos días después de esa publicación, el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera, señaló: “Yo pienso que la Presidenta -lo dijo (el columnista) Eugenio Tironi- de repente está gobernando para la élite de las Naciones Unidas y no está gobernando para los chilenos”.
Bachelet en Ginebra y la posibilidad de “nuevos liderazgos”
Como la ex Mandataria deberá trasladarse a Ginebra por 4 años, por lo menos hasta el 31 de agosto de 2022, su “ausencia” de Chile es mirada con interés desde un punto de vista político electoral. Para el oficialismo, porque se alejaría la posibilidad de un tercer gobierno de Bachelet III. Esto, porque creen que “sería poco serio” asumir el cargo y renunciar dos años después para emprender una nueva campaña presidencial.
Cálculos que también han hecho algunas figuras de la ex Nueva Mayoría. Puesto que, hasta ahora, ningún liderazgo de la centroizquierda ha logrado posicionarse como carta para La Moneda. En la última encuesta Criteria, Bachelet aparece como la figura la ex Nueva Mayoría con mayor aprobación ante la consulta sobre “quién le gustaría que fuera el próximo Presidente”.
Las escenas en su fundación, tanto en mayo cuando se reunió con su ex gabinete como el viernes cuando lanzó “Horizonte Ciudadano”, inquietaron a los “presidenciables” del sector pues la imagen de la ex Mandataria sigue siendo preponderante en la centrozquierda.
En todo caso, desde La Moneda felicitaron a la ex Jefa de Estado. El Presidente Sebastián Piñera manifestó, a través de un comunicado, que “le deseo éxito y sabiduría en este importante nuevo desafío, cuya tarea es ampliar y profundizar el compromiso de la comunidad internacional con los valores universales de la dignidad humana”.
La amenaza del Sename y la crítica de Aucán Huilcamán
La nominación de Bachelet, también estuvo marcada por algunos hechos que podrían haber perjudicado en la decisión de Guterres. Así, por ejemplo, el 15 de enero de este año, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) vivió una compleja situación. Ese día el consejo del organismo debía discutir distintos informes, entre ellos el de la misión de observación a Centros residenciales de protección de la Red Sename, pero una solicitud realizada por un consejero cambió el panorama. Se programó una sesión extraordinaria para abordar supuestas irregularidades cometidas por el director del organismo, Branislav Marelic, quien finalmente fue destituido.
Pese a que no se reconoció abiertamente, se ha señalado que el entorno del bacheletismo se articuló para retrasar la publicación del informe elaborado por el INDH, puesto que las crudas conclusiones sobre cómo viven los menores en los centros del Sename, se podía convertir en una “mancha” en el historial de Bachelet para un retorno a la ONU.
De hecho, días antes, una comitiva del organismo internacional visitó el país para revisar las instalaciones del organismo, lo que derivó en un lapidario informe en el que se señala que las violaciones de los derechos de los niños que ocurren en la institución son responsabilidad del Estado.
Otro de los hechos que podría haber dificultado la posibilidad de la nominación de Bachelet fueron los temas relacionados a La Araucanía. Junto a la advertencia del Alto Comisionado que deja su puesto se suma a la opinión de algunos líderes mapuches.
Así, el 16 de julio, el dirigente mapuche, Aucán Huilcamán, publicó un video en Youtube, criticando el que Bachelet fuera la posible candidata, por esos días, para ostentar el cargo en la ONU.
“Lamentamos que la ex Presidenta haya pedido perdón en junio 2017 al pueblo mapuche con la finalidad de encausar su búsqueda de un puesto ante la comunidad internacional”, señaló Huilcamán. Y agregó que “sin duda, esta candidatura nos genera grandes preocupaciones a los mapuches en Chile considerando que en su mandato se cometieron un conjunto de violaciones a los derechos humanos como es la aplicación de la Ley Antiterrorista, la militarización del territorio mapuche y específicamente la operación Huracán”.
Los amigos socialistas de Bachelet en la ONU
El nuevo “jefe” de la ex Mandataria, António Guterres, es un conocido líder Partido Socialista de Portugal. La máxima autoridad del organismo internacional anteriormente se desempeñó como Primer Ministro de su país entre 1995 y 2002. Y, entre 1999 y 2005, fue presidente de la Internacional Socialista, institución a la que también se adscribe la colectividad a la que pertenece la ex Mandataria.
Aunque este no es el primer cargo al que Guterres nomina a Bachelet. En septiembre del año pasado, el secretario general de la ONU nombró a la ex Presidenta miembro de la Junta Asesora de Alto Nivel sobre Mediación. Tras la nominación, la ex Jefa de Estado señaló en redes sociales que se sentía “honrada por la confianza” del ex Primer Ministro Portugués.
Otra “alidada” que tendrá la ex Mandataria es la vicesecretaria general de la ONU, la nigeriana Amina Mohammed, quien informó a un grupo de embajadores sobre el nuevo cargo de Bachelet, y que pertenece al All Progressives Congress, miembro de la Internacional Socialista.
De esta forma, al asumir como Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sumará otro cargo en su trayectoria internacional, tras haber sido la primera directora de ONU Mujeres, entre 2010 y 2013, y ser presidenta del programa de Salud de la Familia, la Mujer y el Niño de la OMS, desde mayo de este año.