Carta La Segunda, 07.06.2024 Samuel Fernández Illanes, abogado (PUC), embajador (r) y académico (U. Central)
La primera página del manual aconseja responsabilizar al reclamante lo reclamado. Entonces, los servicios chilenos serían los raptores y asesinos del exteniente Ojeda. Lo aseveró, ofensivamente, el fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, sin pruebas, con más palabrería que contenido. Un subalterno de confianza del régimen. Todo lo cual deja en evidencia que amparan a los culpables ya identificados. No habrá cooperación y menos capturas. Podrían contar muchas cosas comprometedoras.
Hay molestias con razón. Se barajan acciones, hasta romper relaciones. En la Academia Diplomática (¡que celebra 70 años, felicidades!), enseñamos que la diplomacia es lo último que se interrumpe, pues corta toda relación. Más de la mitad de los países del mundo tienen profundas divergencias, pero mantienen sus relaciones.
Gestos como notas de protesta o llamados a informar son habituales. Si bien, finalmente no producen grandes resultados. Un embajador en su propio país rebaja la vinculación y no tiene utilidad. En su puesto, sabrá cómo actuar y procurar algún logro. Tal vez, el gobierno venezolano está buscando esta reacción, y justificar no hacer nada.