Conversando con Juan Guaidó

Artículo
Realidad y Perspectivas, N*273 (mayo de 2019)
Eduardo Rodríguez Guarachi, abogado y embajador (r)

El autor, connotado abogado chileno, ex embajador y Presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Federación Social Cristiana estuvo recientemente en Caracas, donde se entrevistó con Juan Guaidó y otras personalidades. Lo que sigue es un extracto de su testimonio, escrito especialmente para RyP.

A inicios de abril formé parte de una delegación que viajó a Venezuela para sostener entrevistas con el Presidente Encargado Juan Guaidó. Fue encabezada por el senador Francisco Chahuán y conformada, además, por la diputada Catalina Del Real y el periodista Gonzalo Bassaber. La actividad fue coordinada por la embajadora Guaraquena Gutiérrez. Además, nos reunimos con el Cardenal Baltazar Porras, la ex congresista María Corina Machado, el ex vicecanciller Vladimir Villegas y el destacado periodista y empresario chileno-venezolano Braulio Jatar, preso, sin juicio en los tres últimos años y actualmente con arresto domiciliario.

La entrevista con Guaidó fue el día 4. Fue el parlamentario más joven en presidir la Asamblea Nacional. Con solo 35 años es, notoriamente, un “millennial”. Llano, simpático y directo, como creemos son los caribeños (nació y creció en La Guaira), no cabe sino creerle cuando manifiesta que una vez Maduro esté fuera de juego, llamará prontamente a elecciones. Es evidente que no quiere perpetuarse en el poder pues sabe que tiene todo el tiempo en su futuro. Además, lo asiste la convicción de que sin unidad en la oposición venezolana las posibilidades de éxito son reducidísimas.

El mensaje que le entregamos fue preciso: reiterar el apoyo de Chile a las gestiones que él y la Asamblea Nacional realizan para terminar con la usurpación del poder, instalar un gobierno de transición y llamar a elecciones libres. Por su parte, hubo plena coincidencia ante todos nuestros planteamientos, en especial el de que la derrota de las tiranías se consigue, en general, gracias a medidas de fuerte presión política internacional, debidamente coordinadas y con el sustento de una suficiente cohesión interna. Es la mejor fórmula para derrotar a la dictadura y evitar una acción armada, la que envuelve riesgos objetivos que pueden frustrar una cabal restauración democrática.

Es importante destacar lo expresado por Guaidó respecto a la posibilidad de que, bajo ciertas condiciones y de ser absolutamente necesario, podría aceptar la intervención militar de los EE.UU. El asunto es sensible y no cuenta con el respaldo internacional necesario. Que lo contemple en su análisis parece ser el reflejo de lo desesperado de la situación local y del enérgico apoyo interno que esa eventual medida recibe.

Otro asunto que fue abordado en profundidad fue el de la diáspora, uno de los muchos efectos nefastos de todas las dictaduras. Los venezolanos en el exilio hoy superan los cinco millones. El hecho es gravísimo y debe computarse para transformarlo en un instrumento para la restauración democrática. Es indispensable que la diáspora venezolana adquiera una organización electoralmente articulada y que logre ejercer una presión efectiva sobre el dictador, mediante manifestaciones permanentes de protesta.

Lo que Venezuela enfrenta es una narcodictadura a la que solo se dará término por medio de una movilización sostenida y enérgica, en la que participen las fuerzas vivas de ese país e intervenga la comunidad internacional. En tal contexto, las acciones del Grupo de Lima podrían resultar decisivas, pero es indispensable que se plieguen Uruguay, Bolivia, la Unión Europea y que México asuma una participación más activa. Este conglomerado de naciones, actuando de consuno, podrá influir en las potencias que, en definitiva, darán término a esta tragedia latinoamericana: China, Rusia y Estados Unidos.

Para la delegación y para mí, esto fue una valiosísima experiencia personal y diplomática, la que se espera constituya una contribución, así sea modesta, para resolver la dolorosa realidad actual que vive el hermano pueblo de Venezuela.

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