Carta La Tercera, 01.08.2017 Mariana Aylwin, ex ministra de educación y política DC
¿Por qué ha sido tan difícil para la Organización de Estados Americanos unir a los países latinoamericanas en defensa de los valores establecidos en la Carta Democrática que han sido conculcados en Venezuela? Porque los gobiernos de izquierda no han sido capaces de admitir o han sido ambiguos respecto de las violaciones a los derechos humanos y al estado de derecho en ese país. La izquierda latinoamericana evidencia una vuelta atrás, al desvalorizar los valores democráticos que costó tanto conquistar durante las pasadas dictaduras que sufrió el continente.
En Chile la división dentro de la Nueva Mayoría entre quienes apoyan las demandas de la oposición democrática y quienes defienden aún a Maduro, ha sido un impedimento para que el gobierno tenga una actuación más proactiva, aunque es destacable su actuación en situaciones que han afectado a chilenos detenidos y ha recibido como huéspedes en la embajada a perseguidos políticos. Es un paso importante el pronunciamiento de la Cancillería cuestionando el proceso eleccionario sin garantías para constituir una Asamblea Constituyente en ese país.
Lo más inexplicable son las declaraciones de la Confech y de Revolución Democrática. Preocupa que jóvenes que se proclaman de izquierda no sean capaces de distinguir una dictadura de una democracia. Los dirigentes estudiantiles hacen una declaración propia de la izquierda de los años 60, cuando RD califica eufemísticamente a la dictadura de Maduro como una “democracia procedimental, restringida e insuficiente”. Una lástima que las nuevas generaciones estén demostrando ser más retrógradas que sus padres.
