Carta El Mercurio, 29.12.2024 Francisco Cruz Fuenzalida, German Becker Alvear y Carlos Klammer Borgoño, exembajadores de Chile en Panamá
Chile abraza más de 120 años de relaciones diplomáticas con Panamá. En ese marco de sólidos vínculos políticos, culturales y económicos el Canal de Panamá siempre ha sido un protagonista indiscutido en nuestra relación bilateral, no solo por la gravitante posición de Chile como su primer usuario a nivel latinoamericano, y cuarto a escala mundial, sino también por haber tejido juntos, Chile y Panamá, una historia compartida de profunda vocación oceánica convergente.
Chile despliega gran parte de su matriz exportadora a través del Canal de Panamá y ambos países proyectan el mar y sus rutas como una forma de entender el desarrollo y el orden global, visualizando el mundo desde un imaginario marítimo que es parte del patrimonio histórico de ambas naciones.
La administración del Canal, encabezada por un ministro y una autoridad (ACP), que reside en la persona del administrador, es liderada por Panamá desde el año 2000, cuando se produce su reversión definitiva, luego de incesantes reivindicaciones históricas que definieron la vida republicana panameña en la segunda mitad del siglo XX y consolidaron su soberanía.
Esta lucha generacional quedó marcada a fuego en fechas tan sentidas como el 9 de enero de 1964, cuando la bandera panameña se izó en la zona del Canal, llegando luego la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977, un ejemplo de negociación, buena voluntad y acuerdos para la diplomacia contemporánea, amparados hoy en el Derecho Internacional y que constituyen el justo título que selló la transferencia definitiva de soberanía del Canal y sus áreas adyacentes a Panamá, lo que se llevó a cabo el 31 de diciembre del año 1999.
La labor de la ACP ha sido un ejemplo de cómo un país puede contribuir al desarrollo de la industria marítima y el comercio internacional con profesionalismo, eficiencia, sostenibilidad e inclusión.
Chile, el mundo y todos quienes abrazan la causa del libre comercio, le deben a Panamá un reconocimiento por su administración y oportuna ampliación el año 2016.
Afortunada ha sido en este sentido la posición de Estado dada a conocer hace unos días, por el canciller Van Klaveren.