Enseñándole a bailar Cueca a Evo

Columna
fernandothauby.com, 27.06.2017
Fernando Thauby, capitán de navío (r)
El dicho campesino dice que no hay que tratar de enseñarle a bailar cueca a una vaca: No aprende y además se enoja

Uno de los puntos de honor de Morales –declarado por el mismo- es que nunca en su vida ha leído un libro hasta el final. Es su derecho hacerlo y decirlo y es el derecho de los bolivianos de elegirlo y aguantarlo como presidente, pero nosotros no podemos engañarnos a nosotros mismos, el tipo es basto, básico, ilógico, volátil, absurdo. Tiene una curiosa inteligencia doxológica y una perseverancia de boxeador de barrio.

Todos los esfuerzos por tratar de llevarlo al comportamiento diplomático desarrollado por siglos en el mundo civilizado de Oriente y Occidente han sido inútiles. Tratar de encontrar una relación causa efecto en su relación con nuestro país y nuestras autoridades ha naufragado en su racionalidad incomprensible.

Su reacción al epílogo del incidente de los nueve contrabandistas que ingresaron a territorio nacional nos pone ante un muestrario de lo señalado. Veamos algunas muestras aparecidas en la prensa boliviana:

1.- La Razón Digital /Carlos Corz /La Paz 23 de junio de 2017

“El presidente Evo Morales comparó este viernes la exigencia de visas establecida por el gobierno de la chilena Michelle Bachelet para las autoridades bolivianas con la propuesta de levantar muros de la administración del estadounidense Donald Trump. Abogó por acabar con las visas en la región como parte de una política tendiente a constituir una ciudadanía universal”. “La visas son parte de los muros. No se puede entender una coincidencia entre el Estado chileno con el Estado norteamericano; unos construyen muros para los migrantes y otros muros mediante normas como para el pueblo boliviano”.

“El gobierno de Bachelet restableció en 2016 las visas de ingreso a su territorio para autoridades bolivianas, poco después de que una comisión encabezada por el entonces canciller David Choquehuanca visitara los puertos de Antofagasta e Iquique para constatar las denuncias de discriminación y abusos a los transportistas nacionales. En aplicación de esa decisión, se negó visa a los ministros de Justicia, Héctor Arce; de Defensa, Reymi Ferreira; a los presidentes del Senado, Alberto Gonzales, y de Diputados, Gabriela Montaño; además a una autoridad militar. Todos solicitaron permiso de ingreso para visitar a los encarcelados en el penal de Alto Hospicio, en Iquique”.

Que las autoridades gubernamentales bolivianas vengan a Chile a provocar, a insultar a sus autoridades y a agitar sus consignas antichilenas, les parece un derecho exigible. Mas aún, este “derecho” ser materializaría en una situación en que su país no tiene relaciones diplomáticas con Chile desde hace años, por decisión unilateral de ellos.

Considera que Chile “levanta muros” para los inmigrantes, cuando nuestro país ha recibido a cientos de miles bolivianos ilegales que viven, trabajan y reciben beneficios sociales y de salud por los cuales no han pagado un peso.

2.– La Razón Digital /Carlos Corz /La Paz 23 de junio de 2017

“El miércoles, la justicia los condenó (a los contrabandistas) a tres años de cárcel por los delitos de robo e intimidación y por portación ilegal de armas, además les impuso una multa de $us 48.000 por contrabando. El Presidente afirmó estar “convencido” de que la Justicia chilena está sometida al Ejecutivo ya que Bachelet, a poco de conocerse el caso, denunció robo.

Morales aseguró que las diferencias ideológicas y programáticas se dan con el Gobierno y no con el pueblo chileno. “Hermanos chilenos están visitando Bolivia, vienen a Bolivia, al Palacio (de Gobierno), y siempre serán bienvenidos. Nosotros no pedimos visas a los hermanos chilenos”, afirmó en una conferencia en Tarija”.

Ningún miembro del gobierno chileno ha tenido un comportamiento tan incivil como el de Choquehuanca y su comitiva para merecer que se vetara su libre ingreso a Bolivia. Por otro lado, los chilenos elegimos un gobierno para Chile y los que quieran relacionarse con nuestro país deben hacerlo a través de sus legítimos representantes: El Gobierno de Chile. Si quieren venir de turistas, no pretendan hacer política. Si no entienden eso, no vengan. Si insisten, nuestro gobierno le prohibirá el ingreso. Simple y claro como el agua del rio Silala.

3.- Página Siete Digital / La Paz, 23 de junio de 2017

Luego de que la justicia chilena condenara y expulsara a los nueve bolivianos detenidos en la frontera el pasado 19 de marzo, el presidente Evo Morales, ayer, decidió declarar a los connacionales como mártires por la reivindicación marítima. La extrañeza se hizo notar en las redes sociales, que se llenaron de algunas críticas hacia esta declaratoria, principalmente porque, para declarar como mártir a una persona, ésta debe haber muerto por sus ideas. Sin embargo, la Real Academia de la Lengua Española señala que mártir es aquella persona que “padece muerte en defensa de su religión” o “que muere o sufre grandes padecimientos en defensa de sus creencias o convicciones” o “que se sacrifica en el cumplimiento de sus obligaciones”.

El Presidente explicó que lo de mártires nace por una “venganza”, según él, del gobierno de Chile contra Bolivia por su defensa y la demanda internacional para volver a las costas del océano Pacífico con soberanía”.

Incluso, dijo, el ser condenados y que Chile les prohíba el ingreso a su país por el menos 20 años es casi como una “muerte civil” para los dos militares y los siete funcionarios de la Aduana.

“No puedo entender sobre el término mártir, por la sentencia ellos no tienen derecho a entrar por 20 años a Chile, es muerte civil, pero algunas autoridades de Chile se vengan con los nueve hermanos, es una ofensa a casi 11 millones de bolivianos”.

La extraña forma de expresarse de Morales confirma que jamás leyó un libro hasta el final por lo que se expresa con dificultad y en forma confusa. La repulsa de parte de los ciudadanos bolivianos muestra la magnitud del despropósito de declararlos mártires. Se dice que “mártir a una persona, ésta debe haber muerto por sus ideas”, las ideas de los contrabandistas son claras, abusar de su condición de autoridad boliviana para cometer un crimen en Chile y quedar impunes. Por lo demás no murieron, solo estuvieron presos.

Aquello de que prohibir el ingreso a Chile de los nueve condenados determina su “muerte civil” muestra una dependencia socio sicológica notable. Dado que muerte civil sería “la  pérdida de los derechos civiles y que supone la pérdida para una persona, de su personalidad jurídica que conlleva la privación general de sus derechos”, significa que ellos se consideran algo así como “cuasi – chilenos”, condición que nadie les ha ofrecido ni les reconoce.

Por último, después del fallo judicial que los condenó -previa aceptación de culpabilidad de los contrabandistas-  Morales descubrió que habían sido “flagelados” en Chile, que habían sido azotados con un “flagelo” u otro instrumento similar. El uso de “un instrumento para golpear formado por varias cuerdas anudadas y atadas de una vara” suena mas bien como una costumbre judicial boliviana que chilena. Asimismo aseguró que Allende, cuyo natalicio se recuerda hoy, “es el único Presidente socialista que ha tenido Chile” y afortunadamente se abstuvo de augurar la próxima corrección de este presunto déficit.

Es muy improbable que Morales aprenda los usos y costumbres diplomáticas de los estados en forma, no los entiende ni se adecúan a su condición de caudillo bárbaro caprichoso. Está claro que no existe ninguna posibilidad de conversar nada con el tipo.

No sigamos tratando de enseñarle a bailar cueca, no va a aprender y parece que ya está enojado.

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