Entente Austral: Una alianza de los mares del sur

Artículo
AthenaLab, 02.12.2023
Paul D. Pelczar

Australia tiene una larga historia de alianzas navales estratégicas que han desempeñado un papel fundamental para garantizar la seguridad marítima, la estabilidad regional y el crecimiento económico. Las duraderas alianzas que la Royal Australian Navy (RAN) tiene con socios navales internacionales reflejan el profundo arraigo de este compromiso. El reciente enfoque estratégico, centrado en el Mar de la China Meridional y el Noreste Asiático, se refleja en la actual participación de Australia en las operaciones de Naciones Unidas, y en las misiones de la Australian Defence Force (ADF) en la región. Además, la RAN trabaja con varias armadas a través de iniciativas como el Five Power Defence Arrangements (Acuerdos de Defensa de las Cinco Potencias), el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad), los ejercicios que nosotros mismos organizamos, y las relaciones navales bilaterales con casi todas las naciones del Norte, Sur y Sudeste de Asia.

Sin embargo, en el panorama global de hoy, caracterizado por rápidos cambios, existe una necesidad creciente de enfoques innovadores para la seguridad y la prosperidad. El resurgimiento de una competencia estratégica más cercana a nuestros enfoques marítimos, la constante evolución del panorama geopolítico, y las posibles amenazas a la seguridad en las cercanías de la Antártica en el futuro cercano, han impulsado una reevaluación de nuestras prioridades estratégicas. Si bien actualmente no hay un despliegue de poder coercitivo en el Pacífico Sur, su existencia más al norte ofrece pruebas convincentes de que se necesita un enfoque multilateral para responder a una variedad de posibles contingencias futuras. Este ensayo va más allá de reafirmar los evidentes beneficios que las relaciones de la RAN con socios internacionales aportan a nuestra seguridad y prosperidad, al proponer una agrupación marítima única.

Esta propuesta de pacto naval está en línea con alianzas históricas, proporciona notorios beneficios, y complementa otras iniciativas que abordan estos desafíos geopolíticos. La “Entente Austral” incluye a las armadas de Australia, Chile, Francia y Nueva Zelanda, todas las cuales comparten intereses estratégicos centrales en el Pacífico Sur y los océanos australes. Esta posible asociación tiene como objetivo mejorar la coordinación con el Foro de las Islas del Pacífico (FIP), fortalecer la adhesión al Sistema del Tratado Antártico (STA); y contribuir aún más a la seguridad y la prosperidad de Australia y la región.

 

Pacífico Sur

A pesar de diversos esfuerzos, el Pacífico Sur sigue siendo vulnerable a actividades ilícitas, como el tráfico de drogas y de personas; la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDNR); y otras acciones criminales que dañan los recursos marinos y las economías del FIP. La Entente propuesta reforzaría la estabilidad regional a través de una expansión de la presencia marítima, el compromiso diplomático, el intercambio de recursos, y el aumento de capacidades. Esta presencia colectiva, en colaboración con las naciones del FIP, tendría como objetivos aumentar la disuasión contra las intrusiones, y salvaguardar el medio ambiente natural a través de capacidades perfeccionadas durante muchos años, mediante la realización de operaciones de seguridad marítima en la región de Medio Oriente.

Si bien los cuatro países ya cooperan en distintos niveles, el pacto mejoraría el conocimiento del dominio marítimo y establecería protocolos de comunicación específicos, lo que resultaría en intercambios de inteligencia más efectivos y eficientes. Dentro de un marco legal multilateral acordado, los esfuerzos colectivos responderían de manera más efectiva a los desafíos que se extienden más allá del alcance de las policías de las cuatro naciones y del FIP. Este enfoque colaborativo beneficiaría al mismo tiempo a nuestros intereses nacionales y a las economías del Pacífico Sur.

 

Ayuda humanitaria y auxilio en caso de desastre

Históricamente, las alianzas navales han contribuido con celeridad a la entrega de ayuda humanitaria y auxilio en casos de desastres en el Pacífico Sur. El Acuerdo FRANZ, firmado en 1992 por Australia, Francia y Nueva Zelanda, ha facilitado respuestas coordinadas a los desastres naturales en el Pacífico por parte de los tres países. Como resultado, las tres armadas han fortalecido los vínculos con las comunidades FIP durante estos eventos, brindando ayuda y experiencia al tiempo que demuestran empatía y confiabilidad.

La colaboración en la respuesta a desastres fortalece la estabilidad regional y la resiliencia de los países aliados. Ejercicios como “Croix du Sud” (organizado por Francia), y misiones como “Pacific Partnership” (coordinada por Estados Unidos), también preparan a las fuerzas navales para crisis humanitarias y operaciones de búsqueda y rescate (search and rescue, SAR) en desastres naturales en la región. Australia y Nueva Zelanda han participado en ambas actividades desde su inicio, y la reciente adquisición del buque “ADV Reliant” proporciona capacidad adicional para apoyar una variedad de contingencias afines.

En los últimos años, Chile ha aumentado progresivamente su participación en ambas actividades. La mayor inclusión de la Armada de Chile en la planificación de contingencias agrega áreas de preparación, apoyo logístico, y experiencia en capacidades esenciales, como la respuesta a terremotos y tsunamis. Chile también puede contribuir con su especial conocimiento de las aguas australes más remotas, lo que mejoraría los acuerdos vigentes.

 

Comercio marítimo/ Jack-enomics

Un entorno marítimo seguro es vital para el comercio internacional del Pacífico Sur. La existencia de rutas marítimas seguras promueve el crecimiento económico y el transporte de mercancías. La protección de las rutas marítimas garantiza el flujo comercial y el acceso digital, y ofrece una alternativa a las rutas ubicadas más al norte, cada vez más disputadas y congestionadas. Armonizar el comercio fomenta la estabilidad y el crecimiento, lo que requiere considerar las estructuras económicas y fortalecer la dinámica geopolítica. Las cuatro naciones comparten los principios democráticos, apoyan activamente a las instituciones globales, defienden la importancia del estado de derecho y comparten el compromiso con los principios del libre mercado.

Australia, Chile y Nueva Zelanda son miembros fundadores del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP). Francia, único Estado miembro de la Unión Europea (UE) que tiene territorios en el Pacífico, no puede unirse individualmente. Sin embargo, vincular el CPTPP y la UE a través del “Pacífico francés” crea la oportunidad de una mayor sinergia económica y estratégica. A través de las cuatro armadas, se puede facilitar el diálogo diplomático, el entendimiento mutuo y la resolución de conflictos, sentando una base más segura para la expansión económica de Europa y el Pacífico.

 

Dominio digital

El estatus de Sydney como una de las principales estaciones de cables de comunicación submarinos contribuye a su importancia en la infraestructura de telecomunicaciones global, facilitando la transmisión de datos de alta velocidad, la comunicación de negocios internacionales, y la conectividad a internet para Australia y la región de Asia-Pacífico, en general. Brisbane y Melbourne también tienen múltiples estaciones que facilitan la conectividad con la región del Pacífico y más allá.

La comunidad del Pacífico Sur depende en gran medida de los cables submarinos para la conectividad a internet, y las interrupciones pueden tener consecuencias de gran alcance. Incidentes recientes, como la erupción de un volcán en Tonga en 2022, nos recuerdan la vulnerabilidad digital, y la necesidad de proteger estas vitales líneas de comunicación. Asegurar los cables submarinos del Pacífico Sur es crucial para el desarrollo económico, la educación, y los servicios esenciales para toda la región.

Chile es un nodo clave para conectar América del Sur con Asia a través de la costa oeste de América del Norte. El “Cable Humboldt” entre Valparaíso y Sydney (iniciativa propuesta por Chile) ofrece una ruta alternativa, evitando conexiones más expuestas y congestionadas del Pacífico norte, y es un precursor potencial de una mayor prosperidad económica en el Pacífico Sur. El posible enlace antártico también se alinearía con los intereses de Australia en el Océano Austral. Junto con el sistema Southern Cross NEXT, representa más de 16.000 millas náuticas de cable y conexiones terrestres adicionales, algunas por primera vez, que requieren supervisión. Los esfuerzos coordinados entre las cuatro armadas aumentan la resiliencia al salvaguardar estas líneas esenciales para la conectividad global.

El aumento de la conectividad digital y la proliferación de redes 5G irán acompañados del correspondiente aumento de amenazas cibernéticas. Para abordar este desafío de manera efectiva, las cuatro armadas pueden ofrecer su experticia para proteger las capacidades informáticas de las fuerzas marítimas del FIP. Esta colaboración puede centrarse en áreas críticas como el refuerzo de buques y sistemas, la segmentación de redes, y el desarrollo de robustos planes de respuesta a incidentes marítimos.

 

Antártica

Las cuatro naciones tienen reclamos antárticos significativos e históricos; y todas son signatarias del STA y estados miembros de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA). Actualmente, Australia disfruta de un acceso al sur no militarizado y casi prístino, libre de minería comercial y exploración petrolera gracias al STA y la CCAMIR, que han preservado la región durante más de sesenta años. Sin embargo, existe una amenaza cada vez mayor a este status quo, ya que algunos actores estatales llevan a cabo actividades más asertivas y opacas que potencialmente incluyen capacidades de doble uso y están desafiando la santidad del acuerdo.

El STA probablemente será parcialmente revisado en 2048, y es probable que algunas naciones estén adoptando una posición para explotar los recursos minerales y marítimos, al mismo tiempo que aumentan su posición militar. Sin embargo, mantener una presencia marítima en el Océano Austral, especialmente por debajo de los 60 grados sur, sigue siendo un desafío. Esto fue evidente a finales de los años 1990 y principios de los años 2000, cuando la salvaguardia de los recursos marinos y las operaciones en la Región de Búsqueda y Rescate de Australia fue planteada públicamente. La persecución de los pescadores furtivos de merluza negra, y el rescate de Tony Bullimore, dieron gran relevancia a las responsabilidades marítimas de Australia. Con el tiempo, estos temas han ido desapareciendo de la conciencia nacional, pero algunos temas como la pesca INDNR aún persisten.

El Libro Blanco de Defensa de 2016 enfatiza la importancia de la continuidad del STA a través de la “colaboración con naciones de ideas afines para evitar cualquier militarización del continente”. Sin embargo, la RAN tiene un solo buque adecuado para operar en aguas subantárticas, el “HMAS Choules”, cuya capacidad limitada para operar en hielo ligero es limitada. Combinar experiencia y plataformas capaces, especialmente durante los inviernos antárticos, beneficia a las cuatro naciones. Además, a pesar de posibles complejidades menores, la experiencia en navegación antártica de la Armada de Chile ofrece oportunidades adicionales (a las de la Royal New Zealand Navy) para que los miembros de la RAN adquieran experiencia valiosa en preparación para posibles contingencias futuras.

 

Desafíos / Sinergias / Oportunidades

Las cuatro naciones han enfrentado desafíos bilaterales, como las pruebas nucleares, las incursiones del “Rainbow Warrior”, operaciones encubiertas, percances en adquisiciones de submarinos, la tradicional disputa de la copa ‘Bledisloe’… Y por separado, preocupaciones relacionadas con la autodeterminación, los legados coloniales, la realpolitik, el cambio climático y el medioambiente siguen vigentes para las poblaciones indígenas colectivas. El resurgimiento de la política de las grandes potencias añade complejidad a estos temores. Sin embargo, los marinos uniformados comparten una conexión derivada de su vínculo común con el mar. Las cualidades y tradiciones únicas de cada marina fomentan la camaradería entre la gente de mar, personalizando la diplomacia y facilitando la buena voluntad. Esto a menudo trasciende las historias conflictivas, y niega o reduce los desafíos políticos a través de sus interacciones.

La iniciativa propuesta tiene como objetivo dar forma a la perspectiva de la dinámica regional, centrándose exclusivamente en los países del Pacífico Sur y alineándose con el concepto de “Pacífico Azul”. El Pacto colaboraría con el FIP, reafirmando el papel central del Foro como socio igualitario, similar a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Esto permite a las naciones del Pacífico Sur hacer valer su capacidad de actuar para abordar los desafíos de seguridad sin ser pasadas a llevar, fomentando un marco más equilibrado y equitativo que trascienda los intereses propios de las cuatro naciones involucradas. Además, tendría la capacidad de coordinar y abordar de manera más efectiva las cuestiones planteadas en foros como las Reuniones de Ministros de Defensa del Pacífico Sur (South Pacific Defence Ministers’ Meeting, SPDMM), y utilizar mejor el marco conocido como ‘Povai Endeavour’.

La RAN juega un rol clave para disipar el escepticismo regional a través de capacitación, nombramientos a largo plazo de asesores de vigilancia marítima, y asesoramiento técnico. Esto agrega una dimensión humana al Programa de Seguridad Marítima del Pacífico, que mejora la capacidad regional a través de la interacción, el conocimiento y la experiencia compartida. La reciente Revisión de la Política de Defensa de Nueva Zelanda, y la primera Estrategia de Seguridad Nacional del mismo país, ahora están más estrechamente alineadas con la política estratégica de Australia. Además, consciente de una declaración similar en 2016, una asociación exclusiva con las Fuerzas Navales del Pacífico Francés (y la Armada de Chile) contribuiría en cierta medida a eliminar la etiqueta anglófila tras el establecimiento del AUKUS, y a seguir aliviando algunas tensiones políticas recientes. El nombre propuesto para la alianza también responde a esta intención.

Las cuatro naciones obtienen una mayor influencia regional a través de esta asociación única, aumentando sus capacidades navales para mejorar sus contribuciones a la seguridad regional. El FIP también se beneficia del rol fortalecido de la Entente en la seguridad regional. La asociación también ampliaría la colaboración para abordar la contaminación marítima, incluidos los derrames de petróleo y la contaminación del transporte marítimo, preservando los ecosistemas marinos del Pacífico Sur, vitales para los países socios y los estados miembros del FIP.

 

Enfoque específico / Membresía exclusiva

Los grandes simposios, conferencias y diálogos colectivos como el Simposio Naval del Pacífico Occidental (Western Pacific Naval Symposium, WPNS) y la Reunión de Jefes de Fuerzas Marítimas del Pacífico Sudoccidental (South West Pacific Heads of Maritime Forces Meeting) son eventos valiosos. Sin embargo, lograr un consenso entre los diversos intereses y capacidades nacionales es un desafío. De similar manera, los grandes ejercicios navales como RIMPAC y KAKADU mejoran las relaciones y la seguridad de Australia, pero atienden a capacidades diversas, diluyendo su enfoque y resultados. Al involucrar únicamente a los países directamente afectados, hay un foco más definido, y probablemente más alcanzable.

Si bien Estados Unidos es, sin duda, un socio constructivo en el Pacífico Sur, la decisión de excluir de la Entente tanto al Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, como a la Guardia Costera estadounidense (Distrito 14), tiene una importancia significativa en el contexto estratégico amplio de la rivalidad entre grandes potencias. A pesar de que Samoa Americana cumple los criterios geográficos, hay sutilezas que ofrecen justificaciones razonables para la exclusión de Estados Unidos. Aparte de reafirmar que se trata de un pacto para armadas, que representa a países con intereses directos y críticos dentro del Pacífico Sur y el Océano Austral, esta agrupación no afecta nuestra alianza ni impide la coordinación con los EE.UU. (ni en menor medida con el Reino Unido), sino que demuestra intereses soberanos, independientemente de la influencia imperiosa percibida.

A diferencia de Estados Unidos, Francia tiene fuerzas militares permanentes establecidas en el Pacífico Sur, y la población local de más de 550.000 habitantes está representada en la Asamblea Nacional de Francia mediante sufragio universal. Aunque Francia es miembro del Grupo de Coordinación de Defensa Cuadrilateral del Pacífico, demuestra constantemente su independencia en los asuntos globales y está profundamente comprometida con el Pacífico Sur. La Entente ofrece a Francia una plataforma adicional para respaldar y abordar sus intereses regionales y proporciona otra vía para que el FIP interactúe con instituciones globales.

 

Armada de Chile

Si bien el vínculo con Nueva Zelanda es obvio, y con Francia, una extensión lógica, la inclusión de la Armada de Chile puede parecer inicialmente como algo inesperado, especialmente considerando que la distancia de Sydney a Valparaíso es de 4.370 millas náuticas. Sin embargo, además de cumplir con los criterios geográficos, la potencia mediana sudamericana está bien posicionada para una mayor interoperabilidad y asociación.

Chile es una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina y ha demostrado su voluntad de expansión económica. El país también sirve como puerta de entrada para interacciones y colaboración con otras armadas sudamericanas, y ofrece un mayor acceso potencial a sus respectivas economías.

Con tradiciones de la Royal Navy similares a las de la RAN, la Armada de Chile participa en varios ejercicios bilaterales y multilaterales, incluyendo los UNITAS con la Armada de Estados Unidos, y fue el primer país de habla no inglesa en liderar el componente marítimo de RIMPAC. También realiza periódicamente maniobras SAR con la Flota del Pacífico Francés, tiene un acuerdo de mantenimiento de aviones de patrulla marítima con Nueva Zelanda, y participa en diversos simposios como el WPNS. La Infantería de Marina de Chile, con gran experiencia en operaciones en climas fríos, planea aumentar sus capacidades expedicionarias, brindando oportunidades para una mayor interoperabilidad con la ADF.

La RAN y la Armada de Chile interactúan periódicamente, principalmente a través de estos ejercicios multilaterales, a través de programas como el intercambio de guardiamarinas a bordo del Buque Escuela Esmeralda, y, en lo que constituyó un gran hito en 2020, la venta de los buques “HMAS Melbourne” y “HMAS Newcastle” a Chile, que incluyó varios meses de entrenamiento en establecimientos de la RAN. Estas relaciones personales ya han mejorado el intercambio cultural y la familiaridad, beneficiando a ambas armadas, y probablemente fueron un factor que contribuyó a la firma del memorando bilateral sobre Cooperación en Defensa en 2021[38]. La intención de Chile de buscar alianzas más hacia el oeste fortalece su papel como socio clave en la seguridad regional, mejorando su confiabilidad para responder a los desafíos del vecindario del Pacífico.

 

Conclusión

Australia, a través de la RAN, demuestra constantemente la eficacia de su poder blando para reforzar su compromiso con la seguridad del Pacífico Sur. La RAN representa la confiabilidad y buena voluntad de Australia como nación vecina, promoviendo activamente la estabilidad y la colaboración regionales. La Entente propuesta ofrece la oportunidad no sólo de apoyar estos esfuerzos en curso sino también de ampliar nuestro alcance al Océano Austral con mayor regularidad. Estas cuatro fuerzas navales, más estrechamente alineadas, poseen la capacidad innata de trabajar de manera más efectiva.

Además de su efecto y persistencia, la presencia naval influye en la dinámica regional, fortalece las alianzas, y expresa el compromiso de una nación con sus intereses. Teniendo en cuenta la dependencia casi absoluta que Australia tiene respecto del comercio marítimo para su continua prosperidad, es esencial mantener la integridad de nuestras rutas comerciales marítimas con nuestros principales socios comerciales en el noreste de Asia. Sin embargo, las transgresiones no deseadas a nuestros alrededores cercanos por el norte y el este, y también a nuestro aislado sur, requieren mayor atención.

La mayoría de los marcos citados en este ensayo ya existen en diversos grados, pero hay varios puntos focales sutiles. Se ofrece a consideración la mayor inclusión de la Armada de Chile, contrastando con la exclusión de EE.UU. El objetivo singular del enfoque de la Entente en el Pacífico Sur y las aguas antárticas adyacentes sirve para reafirmar la vulnerabilidad marítima de la economía digital, y de nuestro potencialmente expuesto flanco en el extremo sur, exacerbado por nuestra limitada capacidad naval para realizar operaciones durante todo el año. Además, las cuestiones planteadas en este ensayo también son relevantes en el futuro cercano para el Plan de Capacidad de Defensa de Nueva Zelanda y las consideraciones francesas para fortalecer sus fuerzas marítimas del Pacífico con miras a satisfacer requisitos cada vez mayores y más diversos.

El conflicto en Ucrania pone de relieve la importancia de las alianzas, la inteligencia, la alerta y la planificación estratégica preventiva. La Entente propuesta surge como una respuesta proactiva a la dinámica geopolítica en constante evolución que se da en la esfera marítima inmediata de Australia, a través de una diplomacia experta y acciones tangibles. Al capitalizar los vínculos históricos y los intereses compartidos, la Entente facilitaría la confianza y actuaría como contrapeso a las influencias externas. Este pacto aspira a elevar la seguridad y la prosperidad, y refleja una dedicación a los esfuerzos colectivos, al compromiso diplomático, y al fomento de la buena voluntad entre las fuerzas navales de las cuatro naciones, allanando así el camino para una región más segura, democrática y próspera.

No hay comentarios

Agregar comentario