Columna El Periódico, 25.11.2024 Jorge Dezcallar de Mazarredo, Embajador de España
Mientras aquí nos llevamos las manos a la cabeza con las recientes declaraciones de Víctor de Aldama, el Instituto Astrofísico de Canarias ha encontrado un planeta orbitando en torno a la estrella Barnard, a “solo” 6 años luz de nosotros, aunque no parece un lugar apetecible para vivir porque su temperatura de 125 grados haría hervir el agua. También ahora hace precisamente cincuenta años que SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) envió una señal al espacio para indicar que en la Tierra hay vida inteligente. Nadie ha contestado y casi me alegro, aunque tampoco me extraña porque el alcance de la señal era apenas el 0,1% del diámetro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y eso es igual a nada.
El Universo visible desborda nuestra capacidad de imaginación: su diámetro es de 90.000 millones de años-luz y se sigue expandiendo a tremenda velocidad mientras usted me lee. Se calcula que tiene 10 elevado a 24 estrellas (24 ceros detrás del 10), o sea unas 10.000 estrellas por cada grano de arena que hay en TODAS las playas del mundo. ¿Logran imaginarlo? Pues les felicito porque yo no lo consigo.
Si solo un 5% son parecidas al sol, tendremos 500 trillones (millones de billones) de soles y si un quinto de esos soles tiene alrededor un planeta habitable por estar en una franja donde no hace ni mucho frío ni mucho calor, habría cien trillones de planetas, o sea cien planetas como el nuestro por CADA grano de arena del mundo. Si en el 1% hubiera vida habría un planeta con vida por cada grano de arena, y si en el 1% de ellos esa vida llegara a ser inteligente, habría 10.000 millones de civilizaciones en el universo observable, porque puede haber otros universos que desconocemos. Son cifras conservadoras que se multiplicarían si consideramos otras formas de vida no basadas en el carbono.
Solo nuestra Vía Láctea, por quedarnos en casa, tiene unos 100.000 millones de estrellas. de las que 20.000 millones se parecen a nuestro sol y un 20% podrían tener planetas habitables, lo que nos daría 4.000 millones de planetas parecidos al nuestro y 100.000 civilizaciones inteligentes, algunas quizás más desarrolladas porque son planetas más viejos y han tenido más tiempo.
Creo que nunca sabremos si hay vida extraterrestre porque las distancias son tan enormes que tardaríamos miles de millones de nuestros años en llegar a esos planetas, incluso si lográramos viajar a velocidades próximas a la de la luz.
Si "la vida es una consecuencia de la evolución del Universo", como afirma el profesor Juan Pérez Mercader, me parecería muy presuntuoso pensar que estamos solos. ¿Por qué, entonces, no encontramos a nadie? Es la “Paradoja de Fermí”, que estamos rodeados de vida y no la encontramos. Una posibilidad para explicarlo es que la vida tiene enormes dificultades para desarrollarse cuando aparece en algún lugar y eso es lo que los científicos llaman el Gran Filtro de la Vida porque para empezar no es fácil que nazca, porque es difícil el paso de células simples a complejas, y porque llegar a vida inteligente es infinitamente más complicado.
Algunos especulan que bueno, que quizás haya vida por ahí pero que somos los únicos inteligentes y eso me parece tan pretencioso que lo descarto. También puede suceder que la vida evolucione hasta un punto en el que se extingue porque agota los recursos que la sustentan, o porque se autodestruye al alcanzar un cierto nivel tecnológico, algo que nos debe hacer pensar en medio de DANAS y cambio climático.
Otras hipótesis más novelescas son que otras civilizaciones hayan visitado la Tierra en el pasado; que estamos en una esquina de la Vía Láctea por la que nadie pasa; o que nos observan como en un zoológico sin que lo advirtamos y solo nos tomarían en consideración si representáramos un peligro o tuviéramos algo que les interesara. Entonces nos arrasarían. Yo coincido con Stephen Hawkings, el gran astrofísico, cuando decía que no era partidario de seguir enviando señales al espacio porque a lo mejor los que las oyen pertenecen a una civilización más avanzada que la nuestra y además están hambrientos o nos quieren dominar, como sucede en esa serie televisiva “The Three Body Problem”. Más vale no tentar al diablo, que bastante problemas tenemos sin necesidad de buscarnos otros. Y si no me creen, escuchen las cosas que dice ese Víctor de Aldama.