Columna OpinionGlobal, 06.08.2017 Galileo
Con un buen amigo de hace años, siempre hemos tratado que nos tomen en cuenta para algún trabajo en el sector público, de cualquiera de los gobiernos, nos da lo mismo. Lo que importa es conseguirse una “peguita” tranquila, sin muchos desafíos, con un jefe que esté más o menos en lo mismo que uno y en un servicio público – o en una sección del mismo – lo más desapercibido posible. Pero hace mucho tiempo que no nos resulta.
Con cada cambio de Gobierno, nos subían las pulsaciones y empezábamos a mover todos nuestros escuálidos tentáculos para ver si “picaba” alguien y nos llamaba a cumplir con la Patria. Hace algunos años, pensábamos que podía darse, por ejemplo, algo a nivel de Subsecretaría o algo similar. Con el paso de los años, lógicamente nuestras expectativas fueron bajando de nivel. Lo importante era la paga más que el nivel de la pega. Como que los honores van perdiendo su lado sexy con el tiempo e importa más el chequecito de fin de mes. Ahora he venido a entender el valor de la humildad: abre más posibilidades.
Pero en el actual gobierno, pasó una tragedia mayor aunque esperable: irrumpe una generación más joven o mucho más joven que la de uno. Y la cosa se complica. Con mi amigo nos pasó un par de veces, al tener que hablar con algún contacto importante del Gobierno acerca de lo amigo que éramos con su papá y otras razones de peso para explorar la posibilidad de pega. Y, por supuesto, siempre nos fue mal. Era como que estuvieran recibiendo en una entrevista a dos miembros de la 'Fundación Las Rosas'. No nos daban ni la hora.
Y como comprenderán, con el paso del tiempo, el tema se pone cada vez más complicado. Ya no veíamos ninguna posibilidad de intentar una estrategia similar ante el cambio de gobierno que se avecina. Está claro que lo único posible para nosotros es explorar en el sector público, ya que en la empresa privada nunca habríamos tenido oportunidad, aunque hubiéramos tenido 20 años. Nuestro tema nunca ha sido el lucro. Lo que nos interesa es “trabajar” en algo suave, sin mayor desgaste y con una paga decente. Pero no el lucro. Y eso sólo en el sector público. Chile está primero.
Cuando ya mirábamos con desesperanza el panorama próximo y cómo se desvanecían las mínimas posibilidades de volver a explorar una peguita en el próximo Gobierno (da lo mismo su signo porque ahora uno se puede cambiar casi por internet de partido, tendencia o coalición) aparece mi amigo con una estrategia que la encuentro genial. Y en eso estamos.
¿En qué consiste? Fácil. Ante la crisis de la DC del sábado pasado, se produce una confusión tal en ese partido que no lo podíamos creer. Llamábamos a algunos amigos de dicha tienda para saber lo que estaba pasando, de puro curiosos no más. Todos nos decían que iban a renunciar; que ya no existían los principios; que la falta de coherencia; etc. En definitiva, que pensaban renunciar al partido (claro, casi todos tienen sus pegas fuera del mismo, o no tienen problemas económicos).
Así como la Carolina Goic entró en un período de reflexión, nosotros también. Tiene que haber una oportunidad, nos decíamos. Todas las crisis presentan una. El Ying y el Yang, me decía mi amigo. ¡Después de dos días pensando no surgió la oportunidad! Es audaz y arriesgada, pero creemos que puede funcionar.
Nos fuimos a inscribir al partido cuando todos abandonaban el barco. Nosotros nos subíamos al mismo para acompañar al Capitán (capitana) en sus perores momentos. Pero ahí estábamos “poniendo el pecho a las balas”, por supuesto con mucho entusiasmo; hablando en voz alta que nos seducía la coherencia, la lucha por los valores, la resurrección de la verdadera política, etc. Fue hasta emocionante ver la cara de los pocos funcionarios del partido que se hallaban en sus puestos en las horas negras vernos aparecer con esa actitud y discurso y, con grandes aspavientos, firmar los registros. Fue un momento mágico. Hasta algunos se sacaron un selfie con nosotros dos. Incluso llevábamos unos gritos estudiados a fondo, como por ejemplo el de; “Rincón, matón, te pasa por weón”. Pero nos dijeron que podía rebajar el debate político. Que mejor nos contuviéramos. (Teníamos varios más)
¿Y cuál es la estrategia dirán Uds.? Pues bien, hemos ido todos los días al partido a ponernos a disposición de la "Caro" (así le decimos ahora) para lo que el partido disponga (hasta café hemos servido para demostrar que no le hacemos asco al trabajo). Y nuestra apuesta es que con el tremendo gesto dado por la Carolina, va a subir en las encuestas y ¡Va a salir! Ese va a ser el premio a su consecuencia y elevación de los estándares éticos de la política en Chile. Y si sale, ahí estaremos nosotros detrás. Algo tendrá que “caer” para estos dos esforzados militantes de las peores horas del partido. Y la edad ya no debería ser tanto un problema cuando no queda casi nadie en el partido, y menos jóvenes.
Estamos muy ilusionados de esta nueva oportunidad que la política nos brinda de seguir colaborando por el desarrollo de este bendito país.

