La Habana y Caracas son el eje de los ‘estados mafiosos’ en las Américas

Reseña de libro
Diario de Cuba, 20.09.2020
Redacción
El libro 'Guerra Infinita: Rostros del Nuevo Conflicto Global, una investigación de las amenazas híbridas en América Latina' [ex diplomático cubano Juan Antonio Blanco Gil y otros], advierte de un peligroso panorama en la región

La alianza entre los gobiernos de Cuba y Venezuela "dio lugar a una mutación en la naturaleza de ambos regímenes (...) que resultó en una especie de empresa criminal transnacional que hemos dado en llamar 'estado mafioso regional'", aseguró Juan Antonio Blanco, director ejecutivo de la Fundación por los Derechos Humanos en Cuba (FHRC, por sus siglas en inglés).

Durante la presentación virtual del libro Guerra Infinita: Rostros del Nuevo Conflicto Global, una investigación de la amenazas híbridas en América Latina, Blanco y otros expertos advirtieron de las amenazas que supone enfrentar esta clase de estados que buscan generar desestabilización para conseguir con mayor facilidad sus propósitos.

Resultado de un proceso de investigación apoyado por la FHRC, el libro quiere ser un instrumento en manos de políticos, diplomáticos, militares y académicos para advertir sobre el peligro que entraña no advertir la complejidad del escenario geopolítico actual, en el que el concepto de "guerra híbrida" hace necesarias nuevas reglas internacionales para enfrentarla.

Blanco, coautor de la investigación, recordó que en la región de América Latina los principales "estados mafiosos" son la alianza entre La Habana y Caracas, aunque ese eje tiene "un universo que gira en torno a ellos donde estaba la Bolivia de Evo Morales; la zona del Chapare, que está bajo control criminal; y en otra época, la zona que controlaban lo narcos dentro de Brasil".

Para el académico cubano, esta nueva clase de estados se diferencia de los antiguos estados comunistas "en que existe una nueva confrontación global, una guerra no declarada contra los países occidentales. Esta guerra no se basa en el interés que tenga un grupo de países comunistas en ampliar su área de influencia añadiendo nuevos países al bloque desde una perspectiva ideológica".

El interés de las élites, por el contrario, es "poder expandir sus negocios ilícitos y encontrar las facilidades políticas, logísticas, que necesitan esos negocios para estar protegidos".

"Eso requiere de rutas: del narcotráfico, de minerales ilícitos extraídos a través de minería clandestina. (...) Un estado mafioso no es otra cosa que un lugar donde una élite se apropia de las instituciones el Estado y las pone a trabajar en su propio beneficio, las sitúan al margen de toda fiscalización internacional y se desentienden de las necesidades básicas de la población", advirtió.

"Los enemigos de estos estados son los gobiernos o estados que se inmiscuyen en sus negocios, perturban las rutas de tráfico, incluso de tráfico humano" y su enemigo "no se define sobre bases ideológicas, sino sobre bases de negocios ilícitos".

Para Blanco, si los estados que son definidos como sus enemigos por los "estados mafiosos" no toman conciencia de que se están enfrentando a un fenómeno nuevo, que requiere de instrumentos internacionales diferentes a los vigentes, pueden enfrentar consecuencias serias.

Aunque los "estados mafiosos" no hagan una declaración de guerra formal "se la están haciendo por la vía política, cultural, de la identidad étnica, de todas aquellas debilidades en la gobernanza de estos países que puedan ser explotados oportunistamente por estas mafias".

El ejemplo en el que tanto Blanco como Hugo Acha, director de Investigación de la FHRC, otro de los presentadores, insistieron, fue el de los disturbios desatados meses atrás en Chile.

"El que crea que a 24 horas de decretada la subida de las tarifas del Metro de Santiago de Chile fueron quemadas por casualidad 16 estaciones de trenes, sincronizando los ataques a la misma hora y utilizando el mismo dispositivo incendiario, pues para eso se requiere una planificación estratégica, entrenamiento previo, logística, estudio de los mecanismos de seguridad de esas estaciones... está equivocado. Esas quemas fueron acciones programadas", advirtió Blanco.

Los mecanismos detectados de la nueva "guerra híbrida" serían, tomando en consideración las actuales protestas en decenas de ciudades de EEUU, así como otros fenómenos similares ocurridos en Colombia, por ejemplo, descansan en la inflitración de las protestas sociales; la criminalización de la Policía; la presencia de elementos altamente preparados que actúan para provocar una situación de crisis que favorezca el ascenso al poder de la "opción política más frágil para enfrentar esta situación".

Acha subrayó que "el empleo selectivo y planificado de la violencia, la creación de inestabilidad cuando se encuentra y combina con la corrupción, es el caldo de cultivo perfecto para la implementación de regímenes autoritarios, organizaciones de naturaleza extremista y radical y sobre todo la afectación de los derechos humanos, las libertades civiles y políticas y los principios y valores de la sociedad occidental".

David Spencer, profesor asociado del Perry Center, de la National Defense University, también parte del panel de presentación, comentó que en tales casos siempre los investigadores encuentran la "coordinación de grupos de pensamiento similar" que se infiltran en protestas legítimas.

Por último, Blanco subrayó que el informe de la ONU sobre los crímenes de lesa humanidad  cometidos en Venezuela al amparo de las más altas figuras del Gobierno confirma el panorama que el libro describe.

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