La problemática mapuche en el sur de Chile

El sostenido incremento de la violencia en la Araucanía y el amedrentamiento a través de quemas, tomas, "peajes", robos y ataques en general, que ahora se extienden a otras zonas del país, no consiguen hacer reaccionar a las autoridades. Son muchos los damnificados como sus pérdidas, y el temor está cundiendo entre los afectados. La situación sigue arrastrándose, pero no se toman medidas. La amenaza es que explote en el país un conflicto social de gran envergadura[1].

Hagamos un poco de historia.-

Según el historiador Clímaco Hermosilla, las teorías del antropólogo nacional Ricardo Latcham siguen actualmente en plena vigencia:

< Chile estaba habitado desde la zona de los diaguitas y hasta Chiloé por un pueblo llamado los chinchas, que hablaba un idioma común y que compartía sus bases culturales (alfarería, textiles, etc.). Hace unos doscientos años antes de la llegada de los españoles, un pueblo indígena nómade y guerrero, que descendía hacia el sur de América desde las selvas del Chaco paraguayo y a través de las pampas argentinas, entra al sur de Chile por los pasos bajos de la cordillera de Los Andes en la actual zona de Cautín. Este pueblo, que será conocido posteriormente como el pueblo mapuche, derrota a los chinchas, mata a sus hombres y se queda con las mujeres, procreando y tomando su idioma, el materno. Al cabo de un par de generaciones, el idioma de los invasores mapuche se pierde, lo que permite la continuidad del idioma chincha en todo el territorio >
 

De acuerdo con lo anterior, cabría concluir que el mapuche es un pueblo conquistador, al igual que los españoles. Estos invasores indígenas conquistaron los territorios desde el río Bío-Bío al Toltén. Todos los testimonios escritos por los primeros cronistas de la conquista española (Jerónimo de Vivar, Alonso de Góngora, Pedro Mariño de Lobera) han dejado constancia de este hecho, individualizando también a los pueblos al norte del Bío-Bío como los promaucaes y picunches y, al sur del Toltén, como los huilliches.

Esto indica que los derechos ancestrales sobre las regiones octava y novena corresponden al pueblo originario chincha, así como a los descendientes de la mezcla chincha-mapuche y al resto de los habitantes del país que también tienen derechos ancestrales sobre las tierras, al descender de los conquistadores españoles y del componente étnico indígena (descendientes hispano-indígenas). Hoy se acepta que más de un 90% de los chilenos tienen algún grado de sangre indígena en sus venas, por lo que el territorio de Chile estaría en manos de los descendientes entre los indígenas que habitaban el país a la llegada de los españoles y los conquistadores y colonos venidos de España.

Otro factor importante dice relación con los territorios que Chile obtuvo en la Guerra de Araucoesto es, cuando el estado de Chile se decidió, terminada la Guerra del Pacífico, interesarse por tierras fértiles para su creciente población e ingresando definitivamente a ocupar las tierras desde el Bío-Bío al Toltén, situación que era vista en esta época como:

   < Una cruzada civilizadora para los naturales y los mestizos que habitan la región y una epopeya colonizadora que acrecentará el poderío agrícola e industrial de la República.... Todo esto es, sin duda, la misma lucha entre civilización y barbarie que fundamenta e ilumina todos los procesos colonizadores mundiales del siglo XIX. Dicen que los objetivos de la ocupación y pacificación de la Araucanía se cumplieron con creces. Las tierras ocupadas dieron sustento y progreso a los miles de colonos chilenos y extranjeros que allí trabajaron, desarrollando una agricultura que fue fuente de riqueza y fomento para el país, sirviendo también para un desarrollo económico y cultural que llevó una rápida asimilación de los indígenas que habitaban en la Araucanía, quienes se insertaron en la vida laboral y cultural del país, salvo un porcentaje menor de reducciones indígenas aislada de los centros de desarrollo urbano >
 < Este proceso de corriente migratoria que se inserta en la vida urbana ha sido más eficaz que ningún otro en la historia para educar y mejorar las minorías étnicas, ya que arraigar a los indígenas del sur solamente en pequeños minifundios agrícolas habría sido condenarlos a la miseria más absoluta. Esto por la ausencia de sus cualidades como agricultores >.

En esa época (1883-1897), el estado de Chile asignó, en los territorios ocupados, un título de propiedad, conocido como "Título de Merced", a los conglomerados de familias indígenas bajo la autoridad de un Lonko o cacique, desplazando de esta manera la población conquistada de sus espacios originales hacia reservas familiares en comunidades. Estas reservas, que sumaron un total de 500 mil hectáreas (más o menos 10 % de lo ocupado), fueron posteriormente asignadas en título individuales durante el gobierno militar de 1973. Con el retorno de la democracia, se materializa la Ley Indígena 19.253, aprobada en 1993 y que crea la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), institución estatal que asume atribuciones que abordan la realidad mapuche, y en el 2009 Chile se adhiere al Convenio 169 de la OIT, donde uno de los requisitos fundamentales es el diálogo o consulta a las comunidades mapuche respecto situaciones medio ambientales y culturales que puedan involucrar su habita en sus reservas de merced.

< A partir del derrumbe del marxismo en el último tercio del siglos XX, la pérdida de las bandera de lucha ha hecho que sus ideólogos y agitadores comiencen a instrumentalizar el problema indígena y medio ambiental para llevar adeptos a su causa. Este proceso que hemos estado viendo y viviendo en estos últimos veinte o treinta años ha radicalizado la posición de las minorías étnicas, las que además de recibir ayuda político-ideológica y de recursos económicos para posicionar sus demandas, principalmente en la prensa y otros medios de comunicación modernos, no ha enfrentado casi ninguna clase de oposición a que el partido comunista chileno se mueva en favor de la causa mapuche junto a artistas, intelectuales, gremios y sindicatos extranjeros afines >.

Qué está pasando en la actualidad?

En la actualidad, los gobiernos democráticos de turno han estado esquivando abordar el tema mapuche, principalmente por falta de voluntad política para enfrentarse con un tema que, a todas luces, incomoda al gran Santiago y que implica, además, una inversión gubernamental de cuantiosos recursos destinados a la compra e implementación de tierras que compensen aquellos títulos de merced que, de un modo u otro, fueron tal como lo indican los mapuche, "usurpados" por los winkas. La despreocupación de las autoridades en términos de simplificar la problemáticas mapuche, haciendo lo del avestruz, ha fomentado que se desarrolle un escenario contrario a lo esperado:

- Por un lado, los mapuche.-

Principalmente la elite intelectual de este grupo ha considerado que el estado chileno, con la actitud solapada de los gobiernos de turno, presenta una débil defensa del interés patrio de integridad nacional, lo que ha permitido cultivar una situación ideal para inculcar en la población el esquema de "ser ellos el único pueblo originario de Chile" con derecho a obtener una recuperación total de su pasado, solicitando -además- "la muy legítima devolución del territorio perdido" hace ya más de 130 años, en aras de formar un pueblo-nación mapuche con autonomía de sus derechos políticos y territoriales.

Mostremos, a continuación, parte de las opiniones que algunos de sus ideólogos han emitido por medios escritos en la prensa local:

HECTOR   LLAITUL CARILLANCA, dirigente de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), ha escrito en la prensa:

< El objetivo es la liberación de nuestro pueblo-nación. Dicho proceso debe ser autónomo...liberándose de todas las formas de opresión, integración y domesticación.... recuperando el territorio del de manos del mercado capitalista.... No se trata solo de recuperar un espacio físico sino de transformarlo a través de un control territorial >
< El control territorial debe ser un proceso paulatino que requiere sacrificios al iniciarse con acciones de resistencia, tales como sabotaje a las faenas y expulsión de las fuerzas especiales, continuando con las recuperaciones productivas; es decir, con madereo, limpieza, siembra, construcción de casas, demarcación de guillatwe y paliwe, plantación de rewe y guillatun >.

JOSE HUENCHUNAO MARIÑAN, werken fundador de la CAM también ha escrito en la prensa:

< El sometimiento y la ocupación de nuestro territorio ha creado un conflicto que se arrastra por años, y que solo se resolverá cuando nuestro pueblo en su conjunto, descolonizado, vuelva a sentir la libertad...... Y, así, acceda a recuperar sus legítimos derechos políticos y territoriales >.
< El pueblo mapuche avanza hacia el fortalecimiento de una alianza estratégica, política e ideológica, con acciones de resistencia, fortaleciendo el control territorial..... en contra los intereses del estado y del sistema capitalista que niegan permanentemente la existencia de nuestro pueblo-nación mapuche >.

ROSAMEL MILLAMAN REINAO, antropólogo y presidente de la Comunidad Mapuche José Jineo Ñanco, señala públicamente:

< El estado chileno debe rectificar su política y reconocer al pueblo mapuche como una   sociedad que vive y mantiene su cultura... en un proceso de identidad y nacionalismo indígena que va mucho más allá que el territorio que demanda >.

FERNANDO PAIRICAN, historiador, publicó en "Le Monde Diplomatique" lo que sigue:

< Para afrontar el desafío histórico en aras de edificar la autodeterminación y revertir la situación de permanente defensa y agravio que se vive en la actualidad, se debe colocar objetivos de pueblo   mapuche como prioridad, asumiendo el desafío de una unidad nacional en un marco político- estratégico, fortaleciendo de esta forma los principios de autodeterminación de nuestro pueblo en proceso de descolonización >.

JAIME MASARDO, profesor de la Universidad de Valparaíso, escribe también en "Le Monde Diplomatique":

< La brutal represión de Tirua viene a sumarse al costo humano de cinco siglos de lucha y plantea   una vez más la defensa de la tierra y la defensa de las propias comunidades mapuche frente a la estrategia del genocidio.... La lucha del pueblo mapuche constituye las mismas luchas de los Zapatistas de Chiapa, los campesinos brasileros del Movimiento de los Sin Tierra y en los del conjunto de la especie humana interesada en la sobrevivencia del planeta. Por esto que la lucha del pueblo mapuche en defensa de sus tierras contra las empresas forestales no puede ser hoy otra cosa que una lucha de todos >.
De acuerdo con el antes mencionado historiador CLÍMACO  HERMOSILLA:
< Los ideólogos de las actuales causas indígenas parten por descalificar todo derecho a la conquista que un pueblo haya tenido sobre otros y por condenar el genocidio y la asimilación cultural que sufren los pueblos conquistados tratando de borrar, de esa manera, el proceso natural que ha tenido la humanidad en su avance en la consolidación de los actuales niveles de civilización, tratando de negar, así también, los procesos migratorios de todos los pueblos oponiéndose a ellos aún cuando hayan pasado -a veces- miles de años después de realizados.     Condenar las conquistas es condenar todo el proceso de poblamiento del planeta emprendido desde que el hombre abandona sus territorios africanos y se establece, paso a paso, en el resto del mundo >.

- Por otra parte, los ciudadanos regionales

Frente a este despliegue de consignas y llamados a la acción por los ideólogos y activistas mapuche y afines, se observa un marcado desinterés e irresponsabilidad de los grupos y organizaciones actuales civiles y de gobierno partidarios del orden y el respeto a la ley, que han sido incapaces de organizarse en la autodefensa de las ideas democráticas frente a los "victimarios mapuche" que claman por el despojo de sus tierras a las que tienen derecho ancestrales por ser ellos "el único pueblo originario que la habita".

Frente a esta escalada indígenas, los agricultores de la Araucanía creemos que el sector político-ideológico, tanto de gobierno como de oposición que se opone a la violencia étnica en la región, debieran informar a la ciudadanía respecto de cuáles son las bases de este conflicto, los factores de interés que intervienen, los grupos que se mueven en las sombras y que siembran el terror, y la instrumentalización que han hecho de él, denunciando las acciones que inducen la violencia e inculcan el temor en la región.

Se debe informar a la opinión pública respecto a los orígenes del conflicto con la finalidad de aclarar la mitología difundida por los partidarios de la causa mapuche, revisando la realidad actual en que se encuentran las tierras entregadas por la CONADI, al dinero invertido en ellas. Es decir, cuánto le ha costado el "show" al estado chileno; observar el abandono en que se encuentran dichos terrenos después de haberles extraído hasta el últimos de sus árboles, desmintiendo así "el slogan que los indígenas son respetuosos del medio ambiente; estar atento a lo que ha significado que los gobiernos de turno hayan preferido atender los "indígenas mapuche" a las personas más desposeídas que no son, produciendo confusión y desconcierto al respecto. En fin, a lo menos consultar a la ciudadanía SI ESTÁ O NO DE ACUERDO que Chile, nuestro querido país, otorgue, ceda y transfiera parte de su territorio a los mapuche, el que -por muy pueblo originario que intente ser- hace rato que se le pasó la vieja.

- Cómo se ve el futuro?

Bueno, a todos nos gustaría poseer esa magia, en forma de bola de cristal, que indica cuáles deberían ser o no nuestros pasos, y además cómo hacerlo. La idea es plantear tres escenarios que podrían darse en relación a la cuestión mapuche en el sur de Chile. A saber:

1.-   Que la situación actual se mantenga, más o menos, de la misma manera, agudizándose un poco más cada día. Una situación donde el conflicto por la tierra se siga resolviendo sobre la base de compras esporádicas y dispersas de la CONADI; donde las comunidades de mapuche más radicales sigan siendo preferidas en esta operación; donde la multiplicación incontroladas de las comunidades mapuche siga su curso continuándose, por parte del gobierno con la misma idea de tratar de atenderlas a todas en la obtención de tierras y demás beneficios sociales, en desmedro del resto de la población; donde persistan los ataques incendiarios nocturnos a las casas y bodegas de agricultores para provocar temor, expandiéndose probablemente a los pueblos aledaños de las comunidades mapuche y a casas citadinas de personajes emblemáticos de la zona, a los cuales se les debiera castigar con mayor ejemplaridad. En fin, que carabineros siga siendo la punta de la lanza del conflicto, sin más recursos que bastones y balines de goma, que los políticos sigan discutiendo e intentando, de vez en cuando, cómo poder resolver este problema, que los ideólogos puedan contar, día a día, con más adeptos a su causa.

Indudablemente, en este escenario de "un poco más de lo mismo", la inversión zonal bajaría a cero, las propiedades se depreciarían al máximo, dificultándose luego enormemente su comercialización. El turismo, sin duda, sucumbiría al embate, y así los lugareños iríamos -poco a poco- entregando las herramientas al ahora amigo y compañero.

2.- Que la situación se agudice fuertemente en términos que comunidades mapuche tomen, por ejemplo, bajo "tutela territorial" un conjunto de comunas, ojalá costeras, controlando su acceso, los recursos y las comunicaciones formalizando de esta manera, bajo el amparo de las ONG y otras organizaciones internacionales, una posición cómoda que les permita iniciar la tan anhelada consolidación de su pueblo mapuche autónomo geopolíticamente. En ese escenario, el gobierno de la Nueva Mayoría actuará -como siempre- bajándole el perfil al problemas, hacerlo pasar como una situación puntual que puede ser resuelta por Carabineros. Bajo esas circunstancias, es posible que el Cuerpo de Carabineros de Chile se declare "en huelga" frente a la imposibilidad de poder llevar a cabo una acción de rescate comunal con las pocas herramientas con las que cuenta, ya que -seguramente- los pondrán de frente a las circunstancias solo con agua, gas lacrimógeno, bastones y balines, sin armas efectivas para resolver esta "toma" indígena mapuche, siendo que compete abordarlo más bien al Ejército que a ellos mismos.

Dada la tara idiosincrática de los actuales gobiernos izquierdistas, lo más seguro es que se recurrirá, de buenas a primera, al ejército para aplacar y disolver la sublevación mapuche. Más bien, entrarán en conversaciones y tanteos políticos que busquen un entendimiento, mientras tanto los vientos avivarán la hoguera subversiva. En un corto andar, podríamos tener la zona costera, desde Cañete a Mehuin en manos mapuche. Para cuando se intente bien resolver el conflicto con la intervención de las armas, lo más probable es que tengamos una frontera con cascos azules que ayudarán a validar la formación de una nación autónoma mapuche.

3.-  Que la situación se resuelva de una manera más inteligente donde el gobierno reúna, lo antes posible, en una mesa de diálogo a todos los actores involucrados, autoridades centrales y regionales (gremios, iglesias, lonkos, agricultura, transporte, comercio), con la finalidad de definir bien el ámbito del problema mapuche, sus peticiones, sus aspiraciones, sus pretensiones para que se tenga claridad absoluta en este asunto y se determine también cuál será el camino para resolverlo.

Si el tema deriva a la formación de una nación mapuche con autonomía geopolítica, se vea si se puede atenderlo al amparo de las leyes constitucionales vigentes, si habrá que modificar la constitución, si los chilenos consultados en plebiscito están verdaderamente dispuestos a ceder e indemnizar una parte del territorio nacional a los mapuche o si, por el contrario, no están dispuestos a llegar tan lejos, pero si a formalizar un plan/apoyo efectivo a los pequeños agricultores mapuche de modo poder integrarlos, insertándolo de una vez por todas al sistema social chileno, saliendo así del estado de postergación eterno en que se encuentran. Prueba de ello, son los miles de profesionales universitarios indígenas graduados o los miles y miles de chilenos de origen indígena que laboran en todo tipo de empresas y que han sido capacues de educar y sacar adelante a sus hijos.

Sea cual sea el camino a seguir, éste debe ser el definitivo, que al consentirlo formalmente la mayoría ciudadana, debe cumplirse a cabalidad. Guste o no guste, se ajuste mejor a unos que a otros, es lo que hay. Así, hemos hecho patria los chilenos desde hace mucho tiempo.

Bibliografía:

-HERMOSILLA, Clímaco: Algunas consideraciones de lo que se ha dado llamar el "Conflicto Mapuche". 'OG-Ensayos', 1 (2014).

[1] Para abrir un debate sobre la cuestión mapuche, OpinionGlobal se propone dar a conocer la versión de los actors afectados. En este primer artículo, presentamos la visión de un empresario agrícola de la zona en cuestión, pero -por razones de seguridad personal- guardamos su identidad.-

 

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