México en la encrucijada

Columna
Revista Realidad y Perspectiva, N*96 (junio 2021)
Germán Guerrero Pavez, embajador (r)

En el tercer piso del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México se encuentra uno de los murales más importantes de Diego Rivera: el Hombre en el cruce de caminos o el Hombre en la encrucijada. El muralista representa a un hombre que, entre varias opciones, debe elegir un camino para un futuro mejor: el capitalismo o el socialismo, la ciencia o la superstición, la paz o la guerra.

Hace algunos días, los mexicanos acudieron a las elecciones intermedias bajo esta misma premisa, elegir entre dos alternativas: profundizar el proceso populista que encabeza el gobierno de Andrés Manuel López Obrador o impedir la amenaza que representa este proyecto de izquierda para la democracia mexicana.

Bajo este dilema, el pasado 6 de junio se realizaron las elecciones más grandes de la historia mexicana, en las cuales 94 millones 800 mil electores votaron para definir 21.368 cargos, entre ellos 500 diputados federales, 30 congresos locales, 1.900 alcaldías y 15 gobernadores de un total de 32 estados federales.

Sin embargo, los resultados de los comicios no sirvieron para dilucidar de manera categórica un camino único y se mantiene la incerteza, por lo menos hasta las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias que tendrán lugar el 2 de junio de 2024.

Los resultados confirmaron un empate, un equilibrio de fuerzas entre los partidarios y detractores del proyecto de izquierda denominado la Cuarta Transformación (4T), la vía mexicana para emular la Quinta República venezolana. El partido del presidente, MORENA, y su aliado el Partido Verde, lograron un 39% de los votos; mientras la oposición, PAN, PRI y PRD, obtuvo un 39% en un sorprendente empate matemático. Este empate se refleja también en la Ciudad de México, un bastión histórico de la izquierda, que quedó dividida en dos, con 7 alcaldías para MORENA en el Este y con 9 alcaldías de la oposición en el Oeste. Es importante destacar que partidos históricamente adversarios, como son el PAN, el PRI y el PRD, conformaron una alianza electoral inédita llamada “Va por México”, es decir, la centroderecha y la centroizquierda se unieron para enfrentar electoralmente el proyecto de López Obrador.

El empate de fuerzas no permite aclarar cuál será el camino que finalmente tomará México en los próximos años. Sin embargo, evidencia un traspié para MORENA y sus aliados que, aunque mantienen la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, pierden la mayoría calificada, por lo que no podrán modificar la Constitución por sí solos.

Esta situación pone un dique a los cambios del proyecto 4T que contempla un mayor poder ciudadano y la disminución del poder de los partidos políticos, la reforma al Poder Judicial y al Poder Electoral, la reforma al modelo económico, restricciones a los medios de comunicación, una nueva Constitución y “la joya de la corona”: la reelección presidencial, que permitiría a un popular AMLO volver a competir por un próximo sexenio.

Así, el plan maestro para garantizar la perpetuación en el poder y, eventualmente, el autoritarismo, podría no detenerse, pero tiene solidos obstáculos en la ruta.

En medio de este empate técnico, se vuelve trascendente el rol futuro de los partidos bisagra o pequeños partidos (Movimiento Ciudadano y Partido Verde), muchos de los cuales participan en alianzas temporales movidos por razones de poder, independiente del carácter ideológico o de los proyectos políticos de los partidos líderes. Ellos también vivirán su propia encrucijada ante las elecciones de 2024.

Finalmente, al bloquear la opción de una reelección de AMLO, la lucha por la sucesión podría generar fuerzas centrifugas en MORENA, donde no se visualiza un heredero con la popularidad y las condiciones del actual líder.

En el intertanto, México sigue viviendo graves problemas como la deficiente gestión de la pandemia con más de 100 mil muertos, el aumento de la violencia con otras 100 mil muertes en los últimos tres años, la recesión económica con una caída de un -9% del PIB, el aumento del desempleo, y el lamentable ingreso de cerca de 20 millones de mexicanos en la extrema pobreza. Hoy es muy difícil predecir el futuro político, económico y social de México. No se visualiza en el horizonte cercano cuál será la opción que tomará el pueblo mexicano para definir su futuro y resolver sus problemas.

Así, al igual que en el mural de Diego Rivera, los mexicanos se mantienen en la encrucijada, en la incertidumbre, mirando sus opciones, atrapados en el cruce de caminos.

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