Multilateralismo económico y político

Columna
Infobae, 19.04.2022
Felipe Frydman, economista argentino, exembajador y consultor del CARI

Si las palabras de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, reflejaran la posición del Gobierno de Joe Biden, se estaría ante un cambio de paradigma y un endurecimiento de su política que traerá consecuencias para la estabilidad del sistema multilateral

La próxima reunión del G20 prevista para el mes de noviembre en Indonesia podría ser la última o quizás nunca llegue a realizarse. No resulta difícil imaginar que el presidente Joe Biden se rehusará a compartir la mesa de reuniones con Vladimir Putin, a quien acusó de cometer crímenes de guerra. La misma posición adoptarán los mandatarios de la Unión Europea como integrantes de la NATO.

Este escenario difícilmente sufra modificaciones aun cuando las fuerzas rusas se retiraran después de tomar posesión de las Provincias de Donetsk y Lugansk y asegurándose un corredor terrestre con Crimea. Esta situación sería inaceptable para occidente y, a diferencia de 2014, no daría lugar al levantamiento de las sanciones implementadas para castigar a la economía rusa.

El discurso de Janet Yellen pronunciado en The Atlantic Council no dejó dudas sobre la decisión de aislar a la Federación Rusa para evitar la repetición de nuevas violaciones al derecho internacional. La secretaria del Tesoro remarcó que no se permitirá que los países utilicen su posición dominante en recursos naturales o tecnologías estratégicas para formular amenazas o aprovecharse de ese poder para obtener ventajas geopolíticas. La referencia estaba dirigida a la evaluación errónea que habría hecho Putin de que Europa consentiría la invasión a Ucrania y no se sumaría a las sanciones de los Estados Unidos por su dependencia de la energía rusa.

Janet Yellen sostuvo que no se pueden separar los temas económicos de las consideraciones sobre seguridad nacional. Esto requerirá la modernización del significado de multilateralismo que se usó hasta ahora para promover la integración comercial, y que permitió el desarrollo global de las cadenas valor. La presentación planteó la necesidad de favorecer la integración con los países que comparten los mismos valores para evitar que los conflictos políticos interfieran en el suministro de partes que desarticulara la producción doméstica. En palabras de la secretaria del Tesoro, “favoreciendo las cadenas de valor con un número de países en los cuales se pueda confiar, asegurándoles el acceso de mercado, y reduciendo los riesgos para nuestra economía y la de los países socios”. En la misma línea demandó la actualización del sistema multilateral de comercio para asegurar el cumplimiento de las prácticas y políticas comerciales tanto en el ámbito multilateral como bilateral.

Las definiciones de Yellen tienen implicancias para el futuro del comercio multilateral. Las sanciones no solo persiguen el castigo de la Federación Rusa, sino también la intención de forjar una alianza económica y comercial con los países considerados “confiables” y poniendo en una segunda categoría aquéllos que no comparten los mismos valores y principios o que han dudado en alinearse con los Estados Unidos. Yellen recordó que China debería tomar en cuenta la importancia de la relación con Europa y los Estados Unidos para preservar el orden multilateral que contribuyó a su crecimiento económico. En un tono político recordó que China no puede esperar el respeto de la comunidad internacional a su posición sobre soberanía e integridad territorial si solo lo mantiene cuando resulta de su conveniencia.

La Declaración firmada por Vladimir Putin y Xi Jinping el 4 de febrero planteó la división del mundo en sistemas políticos reclamando el derecho de cada país de establecer el suyo diferenciándolo de las democracias occidentales. El planteo de Yellen pareciera una respuesta al correlacionarla con la economía. Los países no pueden beneficiarse de la globalización y del libre comercio, si al mismo tiempo no se comparten los principios o se implementan prácticas para sabotearlo. Si las palabras de Janet Yellen reflejaran la posición del Gobierno de Joe Biden, se estaría ante un cambio de paradigma y un endurecimiento de su política que traerá consecuencias para la estabilidad del sistema multilateral. La pretendida división que Rusia y China pregonaron en su momento ofreciendo sus sistemas políticos como alternativa a la democracia occidental habría encontrado como consecuencia de esta guerra injustificada una determinación insospechada para tomar la iniciativa y contener la expansión de ambos.

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