Carta El Mercurio, 30.04.2024 Germán Guerrero Pavez, exembajador de Chile en Cuba
Las recientes declaraciones de la secretaria general del Partido Comunista, Bárbara Figueroa, sobre su viaje a Cuba, junto al presidente de ese partido, Lautaro Carmona, son un recordatorio de que nada ha cambiado para el PC.
Figueroa señaló que el objetivo del viaje fue solidarizar con la institucionalidad del Estado cubano. Esto quiere decir, en palabras simples, que viajaron para expresar el apoyo del PC chileno a una dictadura que viola sistemáticamente los derechos humanos. La exembajadora —que debiera al menos recordar que la diplomacia chilena defiende los DD.HH.— se olvida de los cientos de cubanos que se encuentran encarcelados simplemente por protestar en contra del régimen de Díaz Canel por la falta de alimentos básicos y de libertades civiles.
El tiempo pasa y el mundo ha cambiado. Sin embargo, esta peregrinación recurrente a La Habana confirma que el PC sigue viviendo en el pasado. Figueroa defiende la visita basada en el internacionalismo y el antiimperialismo. ¿Algo nuevo bajo el sol? Basta recordar el apoyo de Cuba a las dictaduras represivas de Europa del Este y a la exportación de la guerrilla y la violencia en América Latina, Asia y África.
Si esto fuera poco, a siete meses de dejar su cargo de embajadora, Figueroa lanzó una fuerte advertencia a sus jóvenes aliados en el Gobierno: este viaje a Cuba “fue una potente señal a nuestra militancia y a la izquierda”. Así que no hay lugar a equívocos y que no se preste a engaños, este viaje es un claro aviso: podrán cambiar momentáneamente los escenarios y personajes, pero el viejo Partido Comunista seguirá siendo, como siempre, el viejo Partido Comunista.
