Política exterior

Carta
El Mercurio, 09.02.2024
Alfonso Silva Navarro, embajador (r) y exsubsecretario de RR.EE.

Me es difícil escribir estas líneas en pasado; cómo quisiera que fueran en presente. La estatura del expresidente Sebastián Piñera sin duda traspasó las fronteras. Con la misma pasión con que emprendía todos sus proyectos, elevó a Chile en el ámbito internacional a niveles inigualados. Evidencia de ello es la inédita invitación a participar en el foro del G20 en tres ocasiones y, por cierto, la invitación del G7 en Biarritz, con una destacada participación.

Tenía un concepto de universalidad de la diplomacia que lo llevó a participar en diversos foros en el ámbito regional, pero como se ha dicho también global, aun en materias en las que Chile constituía un participante poco común, como fue su participación en las cumbres nucleares de Washington y Seúl.

Chile fue sede de cumbres relevantes, como la Iberoamericana, y pudo ser también de la COP y APEC si el octubrismo no hubiera conspirado como uno de sus propósitos evitar que ello ocurriera. Estableció vínculos de amistad con numerosos jefes de Estado que en forma elocuente expresan su pesar.

En materia de integración, fue instrumental en la creación de la Alianza del Pacífico y en el esfuerzo por mantener vigente este mecanismo de integración, el único que ha logrado avances significativos. En este mismo ámbito asumió la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), desde diciembre de 2011 a enero de 2013; también la presidencia de la Alianza del Pacífico, entre marzo de 2012 y mayo de 2013. Presidió y fue anfitrión de la séptima Cumbre Europa-América Latina-Caribe, en enero de 2013, el encuentro internacional más relevante llevado a cabo en nuestro país, donde participaron más de 60 países y 34 jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y Europa.

Lideró con claridad e inteligencia a los equipos que abordaron el caso de la obligación de negociar que llevó Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia que culminó con un fallo categórico que puso fin a pretensiones informadas de ese país respecto de la costa y mar chilenos.

Podría escribir carilla tras carilla de los avances en materia de ciencia, tecnología e innovación, que lo apasionaba. Veía a Chile liderando en la región en estas materias. Avanzó siempre mirando el interés nacional, sin dejar de lado los principios de la defensa de las libertades, la democracia y los derechos humanos.

La familia Piñera Morel perdió un padre. Chile también.

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