Que no se las lleve el viento

Carta
El Mercurio, 21.09.2023
Germán Guerrero Pavez, embajador (r)

Uno de los anuncios más relevantes formulados en este convulsionado septiembre fue el que realizó el arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, en el reciente Tedeum, al manifestar la disposición de la Iglesia Católica de recibir anónimamente información con el objeto de intentar encontrar los cuerpos de detenidos desaparecidos. Ello, para que finalmente sus familias tengan —al menos— el consuelo de darles sepultura con amor y dignidad. Una vez más, la Iglesia se ofrece para ejercer un rol de mediador.

El presidente Boric valoró el llamado del arzobispo Aós, agregando que era “muy potente”. Sin embargo, creo —en mi modesta opinión— que para que este llamado prospere, el Gobierno debería colaborar sugiriendo a partidarios de su sector que no continúen presionando para que se levante anticipadamente el secreto de la Comisión Valech, porque, o si no, ¿quién va a querer declarar si no le dan garantías de que en el futuro ese secreto no se va a levantar?

Es hora de que este llamado concreto no caiga en la dialéctica y demos así un importante paso para dar solución a este doloroso episodio que no logramos superar.

El presidente Boric tiene la palabra.

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