Reacciones ante triunfo de Boric

Columna
Realidad & Perspectivas, N*102 (diciembre de 2021)
Milos Alcalay, embajador (r) y ex viceministro de RREE venezolano

Los resultados de las elecciones Presidenciales en Chile continúan y siguen siendo vistos en América Latina como la continuación de la confrontación. Pero los primeros pasos asumidos por el presidente electo Gabriel Boric y los diferentes sectores políticos del país, parecieran desmentir esta hipótesis y apostar por una etapa de esperanza en la que prevalezca una visión que apunte a construir la unidad en la diversidad.

El resultado de la segunda vuelta tuvo una repercusión muy especial en Venezuela. Las razones son evidentes. Casi medio millón de venezolanos viven a lo ancho y largo de Chile, donde han encontrado refugio para rehacer su vida. El triunfo de Boric es visto por algunos sectores como un riesgo de que pueda repetir el modelo bolivariano, con el apoyo militante de los integrantes del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla.

El discurso del joven político, en el momento de proclamar su triunfo electoral con 55,87% frente al 44,1% de José Antonio Kast, parece desmentir esa hipótesis. En vez de asumir un papel de confrontación triunfalista, hizo una presentación equilibrada, institucional, prudente y constructiva, ofreciendo gobernar para todos los ciudadanos. El reconocimiento inmediato de su triunfo, tanto por Kast como por el presidente Piñera, se suman a la rapidez con la que actuó el Servicio Electoral chileno.

El discurso del presidente electo en su propuesta internacional muestra una posición muy cautelosa y pragmática. Muy enfocada a los temas del multilateralismo y del cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

A pesar de que los voceros del ALBA, del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, han querido capitalizar su triunfo, Boric actuó con mucha responsabilidad y no fue cautivado por el canto de sirenas que lo querían oír, con los repetidos llamados de ese Grupo con entonaciones anti-capitalistas, anti-imperialistas o anti-colonialistas.

A su vez, presidentes democráticos de la región le brindaron su apoyo inmediato (ver reacciones internacionales).

Concluida la maratónica campaña de 5 meses, Chile se prepara para asumir la nueva ruta para llevar un cambio en democracia. Sin embargo, algunos analistas escépticos consideran que, siendo el sistema presidencialista, en buena medida depende de la posición que adopte el futuro jefe de Estado. Por supuesto, es prematuro predecir si como presidente llega a usar una vía contraria a la prometida. Pero lo cierto es que, para llegar a los resultados de las elecciones recién pasadas, ambos candidatos debieron pactar con los partidos tradicionales para obtener sus votos y vencer.

Si por alguna razón, nacional o internacional, las promesas del joven estadista por conducir un Gobierno de unión de todos los chilenos no se cumplen, la existencia de un Congreso plural es una garantía que velará por el cumplimiento de sus propuestas dirigidas a todos los ciudadanos del país. Además, el desarrollo de la Constituyente en pleno funcionamiento, y la solidez de las instituciones chilenas son las que velarán por el cumplimiento del equilibrio político y la Constitución.

Como solía decir el expresidente venezolano Luis Herrera Campins, “amanecerá y veremos

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