Reivindicando la memoria democrática

Columna
El Mercurio, 11.09.2023
José Manuel Albares, embajador de España y ministro de RREE

El 11 de septiembre de 1973 fue un día trágico para la democracia. En Chile, por supuesto; pero los efectos del cruento golpe de Estado fueron sentidos en el mundo por todos los defensores de la democracia y por las sociedades que, como la española, aspiraban en aquel momento a vivir en un país libre y democrático.

La noticia del Golpe tuvo un tremendo impacto en todos aquellos españoles que, en esos años aún de dictadura, aspiraban a construir una sociedad libre y democrática. Chile y España siempre han estado hermanados por sólidos lazos humanos, sociales, económicos y culturales. Desde ese 11 de septiembre de 1973 estamos, además, unidos por la defensa de la democracia y por nuestra incansable dedicación a la memoria democrática. Luchamos contra el olvido, por la justicia y, parafraseando a Pablo Neruda, lo hacemos llevando a Chile en el corazón.

Se cumplen cincuenta años de aquel trágico día y del inicio de un período de la historia de Chile que tanto dolor causó. Hoy, España acompaña a Chile con emoción y respeto en su recuerdo.

Así se puso de manifiesto durante la visita a nuestro país, hace apenas dos meses, del presidente Boric, en la que dedicó un espacio a la reivindicación de la memoria democrática y a la conmemoración del medio siglo del golpe de Estado. Hace solo unos días, España lo ha demostrado también a través de un gesto emblemático: el Gobierno español, a través de su misión diplomática ante la Organización de Estados Americanos, anunciaba la desclasificación y entrega de documentos de archivo relativos al golpe de Estado de 1973, como contribución a la memoria democrática de Chile.

España y Chile atravesamos una experiencia histórica paralela y contamos hoy con sistemas políticos democráticos. Unos sistemas asentados en la convicción de que solo gracias al respeto inquebrantable a los derechos humanos y el diálogo caminaremos hacia sociedades prósperas, libres y plurales.

Hace unos años tuve la oportunidad de acompañar al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en su viaje a Chile. Ese viaje incluyó una visita al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. No pude dejar de emocionarme con las historias, las imágenes y las fotografías que jalonan sus paredes y paneles. Historias de personas que dieron su vida por alcanzar los derechos y libertades que hoy consideramos evidentes.

Con este mismo espíritu, España dispone hoy de una Ley de Memoria Democrática, que consagra el recuerdo de las víctimas en el exilio, recupera la memoria de los lugares en los que se defendió la democracia y garantiza el reconocimiento de aquellos a quienes debemos la libertad.

Como socialista y como demócrata, en esta conmemoración recuerdo con profundo orgullo y respeto la entereza y dignidad mostradas en todo momento por el presidente Salvador Allende. Me sigue conmoviendo escuchar las que serían sus últimas palabras, transmitidas por Radio Magallanes antes de que el bombardeo del Palacio de la Moneda lo silenciara. Un testamento en el que apelaba al hombre libre y las grandes alamedas que se abrirían para construir una sociedad mejor. Unas palabras para la posteridad que, medio siglo después, nos interpelan y recuerdan que el Golpe del 11 de septiembre fue una tragedia universal.

Los que creemos en la democracia y la libertad debemos, precisamente hoy, recordarlo con aún más fuerza.

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