Reportaje EMOL, 04.12.2024 B. Olivares Nieto
La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, respondió a través de una carta a El Mercurio a las afirmaciones del ex embajador de Chile en Francia, José Miguel Capdevila. El otrora representante del país abordó los detalles de las denuncias de maltrato laboral que pusieron fin a su trayectoria profesional tras más de cuatro décadas de servicio en el exterior representando al país.
De la Fuente partió la misiva señalando que el exembajador "hace una serie de aseveraciones imprecisas o que decididamente faltan a la verdad, y que, por tanto, creo necesario aclarar". En ese sentido, la subsecretaria aseguró que el sumario administrativo contra Capdevila por denuncias de dos personas por maltrato y acoso laboral en la Embajada de Chile en Francia "no fue de manera alguna la causa para solicitar su renuncia". Aludiendo a que "honrando lo que fue conversado previamente con él", la autoridad de Gobierno señaló que luego de que culminara el proceso administrativo y aplicada la sanción de la multa del 20% de su remuneración, "lo cité a mi oficina y, en mi calidad de jefa de Servicio, le ofrecí dos opciones para que asumiera como jefe de Misión. Rechazó ambas".
Según de la Fuente, Capdevila solicitó "exclusivamente una asignación que no estaba disponible". "De formas muy poco cuidadas, tratándose de una instancia formal con su superiora jerárquica, exigió encabezar una división específica, bajo condiciones especiales, petición que por razones de forma y de fondo era imposible aceptar", agregó. Por ello, planteó que "como bien saben los funcionarios públicos, (...) no existe un derecho de los empleados a demandar o exigir una determinada función, constituyendo la asignación de tareas una atribución exclusiva de la jefatura administrativa, de acuerdo con razones de buen servicio". En cuanto a la solicitud de beneplácito, según dicta la práctica diplomática, "se maneja en la más estricta reserva, pues ello involucra no solo a una persona o a una institución, sino también a la buena relación que busca construirse entre dos países amigos", señaló la subsecretaria. Añadió: "Conforme al Derecho internacional, el Estado receptor tiene una prerrogativa absoluta de conceder o no un beneplácito, para lo que usualmente examina con detención los antecedentes de los embajadores que se le proponen. Cabe agregar que ese proceso se realiza sin necesidad de consulta con el Estado solicitante. Por lo mismo, ese tema no fue, ni podría haber sido, materia de las consultas políticas que sostuve con mis contrapartes canadienses en 2023".
Con todo, afirmó que "el cargo de embajador es de exclusiva confianza presidencial" y que "la Cancillería tradicionalmente espera que los embajadores estén disponibles para representar a Chile ahí donde su tarea es necesaria, para que nos represente con profesionalismo e integridad en el exterior". "También, debe adaptarse a liderar equipos profesionales altamente calificados, bajo reglas, instructivos y normas, donde la aspiración final es construir espacios laborales basados en el respeto", completó. Revisa la carta íntegra "En carta publicada ayer, el exembajador José Miguel Capdevila hace una serie de aseveraciones imprecisas o que decididamente faltan a la verdad, y que, por tanto, creo necesario aclarar.
El sumario administrativo contra el señor Capdevila por denuncias de dos personas por maltrato y acoso laboral en la Embajada de Chile en Francia, y por el cual fue sancionado con multa del 20% de su remuneración, no fue de manera alguna la causa para solicitar su renuncia. Muy por el contrario, honrando lo que fue conversado previamente con él, una vez terminado el proceso administrativo y aplicada la sanción, lo cité a mi oficina y, en mi calidad de jefa de Servicio, le ofrecí dos opciones para que asumiera como jefe de Misión. Rechazó ambas, solicitando exclusivamente una asignación que no estaba disponible. En efecto, de formas muy poco cuidadas, tratándose de una instancia formal con su superiora jerárquica, exigió encabezar una división específica, bajo condiciones especiales, petición que por razones de forma y de fondo era imposible aceptar. Como bien saben los funcionarios públicos, pero se hace necesario reiterar para mejor conocimiento de la ciudadanía, no existe un derecho de los empleados a demandar o exigir una determinada función, constituyendo la asignación de tareas una atribución exclusiva de la jefatura administrativa, de acuerdo con razones de buen servicio.
Sobre las alusiones a una solicitud de beneplácito que no habría prosperado, solo me permito recordar que la solicitud de beneplácito o agreement es un proceso que —según dicta la práctica diplomática— se maneja en la más estricta reserva, pues ello involucra no solo a una persona o a una institución, sino también a la buena relación que busca construirse entre dos países amigos. Conforme al Derecho internacional, el Estado receptor tiene una prerrogativa absoluta de conceder o no un beneplácito, para lo que usualmente examina con detención los antecedentes de los embajadores que se le proponen. Cabe agregar que ese proceso se realiza sin necesidad de consulta con el Estado solicitante. Por lo mismo, ese tema no fue, ni podría haber sido, materia de las consultas políticas que sostuve con mis contrapartes canadienses en 2023.
Por último, es importante recordar que el cargo de embajador es de exclusiva confianza presidencial. La Cancillería tradicionalmente espera que los embajadores estén disponibles para representar a Chile ahí donde su tarea es necesaria, para que nos represente con profesionalismo e integridad en el exterior. La adaptabilidad que debe exhibir un diplomático debe reflejarse no solo en entender códigos y culturas de países distintos al nuestro. También, debe adaptarse a liderar equipos profesionales altamente calificados, bajo reglas, instructivos y normas, donde la aspiración final es construir espacios laborales basados en el respeto".