Ucrania y Apruebo Dignidad

Carta
OpinionGlobal, 22.04.2023
Ricardo Concha Gazmuri, embajador (r)

El presidente Boric ha mantenido una línea invariable en cuanto a su condena a la cobarde e injustificada invasión rusa de Ucrania. La última vez que lo hizo fue en la Cumbre Iberoamericana, refrendando el apego secular de Chile al respeto y defensa del derecho internacional. Es por eso que resulta completamente  inexplicable y condenable la  inasistencia de los parlamentarios de la coalición de gobierno, Apruebo Dignidad, a la reciente exposición telemática del Presidente de Ucrania a nuestro Congreso Pleno.

Negarse siquiera a escuchar la posición del mandatario de un país que ha sufrido los destructivos embates del “imperialismo” ruso, es una clara manifestación de la abismante intolerancia y distorsión valórica  que genera la pesada carga ideológica que estos grupos extremos cargan en sus mochilas políticas.Como embajador de Chile en Ucrania y junto al alcalde de Kiev de esa época, inauguramos el año 1998 la plaza Santiago de Chile y hermanamos las ciudades de Kiev y Santiago. El pueblo ucraniano y sus autoridades han demostrado siempre un especial respeto, interés y amistad hacia el nuestro, teniendo en esa plaza una de sus expresiones más tangibles.

Los parlamentarios comunistas y frenteamplistas que se restaron de la cita con el presidente Zelensky, no solo evidenciaron su profundo divorcio con el Presidente Boric en una materia de vital gravitación  para los principios y valores rectores de nuestra política exterior, si no que, además, insultaron la dignidad de todo un pueblo amigo que ve en su presidente el símbolo del gran coraje y sacrificio con que hoy  Ucrania  enfrenta la más violenta, destructiva  y despiadada de las agresiones. Todas los argumentos o  disculpas esgrimidas por los parlamentarios oficialistas para ausentarse de esa conferencia, no han hecho más que resaltar sus inmoderados dogmatismos y defraudar  la seriedad y objetividad que el pueblo de Chile demanda del actuar de quienes lo representan. Lo más paradójico de esta actuación es que Putin y su gobierno no tienen nada de izquierda como siquiera para llegar a justificar la insensibilidad e irracionalidad de la postura asumida por Apruebo Dignidad. Solo el inveterado y doctrinario odio y desprecio que la izquierda latinoamericana guarda hacia Estados Unidos, puede explicar  tan radicalízala postura.
En todo caso es de esperar que el Presidente  no ceda ante las presiones de estos sectores ortodoxos que componen su coalición de gobierno, como tampoco ante la que algunos mandatarios populistas de nuestra región, influenciados por algunas potencias orientales, han comenzado a ejercer.

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