Barack Hussein Obama II (N.1961)

Político demócrata que fuera el primer presidente norteamericano nacido en el estado de Hawaii, el primero de raza mixta, el segundo ganador del premio Nóbel de la Paz en 2009 (después de Theodore Roosevelt en 1906), y el quinto legislador afroamericano del Senado.

Barack Hussein Obama II nació en Honolulu, de padre negro keniano (Barack Obama I) y madre blanca norteamericana (Ann Dunham). Su padre creció criando cabras en un pequeño poblado keniano, donde eventualmente tomó una esposa keniana y tuvo hijos. Pero, en 1959, éste dejó a su familia para optar por una beca a la Universidad de Hawaii. Allí, el estudiante africano conoció a una tímida compañera de Kansas y, a pesar de todas las diferencias entre sí, se casó con ella sin contarle que ya tenía esposa e hijos africanos. Seis meses después nació Barack Obama II. Pero, al cabo de 2 años, el padre volvió a dejar a su familia para irse con una beca a Harvard. La pareja se separó y ella solicitó el divorcio en 1964. Obama padre fallecerá en 1985 de un accidente automovilístico.

La madre conoció y se volvió a casar con otro estudiante extranjero, Lolo Soetoro, quien regresó con la familia a su nativa Indonesia en 1967. Allí, Barack tuvo clases de inglés en un colegio católico, en tanto que su padrastro musulmán le inculcó los valores del Islam sin intentar convertirlo. En 1970, su madre Ann tuvo a su media hermana (Maya) y, poco después, Barack regresó a Hawaii para ser educado por sus abuelos maternos.
En 1979, Barack se incorporó a un college en Los Angeles, mientras que su madre se divorciaba de Soetoro y volvía a los Estados Unidos.

A los pocos años, Obama se trasladó a Nueva York para estudiar ciencias políticas en la Universidad de Columbia (1981-83). Ejerció también un par de años en el sector corporativo antes de mudarse a Chicago para realizar trabajos comunitarios (1985-88). Allí, conocerá a su futura esposa, Michelle LaVaughn Robinson (n.1964), entonces una joven fiscal (abogada de Princeton y Harvard) descendiente de esclavos y muy interesada en los temas de la raza. Gracias a la cercanía y amistad de ella con la hija del activista de derechos civiles Jesse Jackson, Barack se introduciría en la maquinaria política del Partido Demócrata. A fines de 1988, Obama fue becado a la escuela de derecho de Harvard, donde en el curso del segundo año fue elegido editor de la revista Harvard Law. Tras doctorarse, fue profesor de derecho constitucional en la facultad de Derecho de la Universidad de Chicago (1992-2004).

Ambos de religión protestante, Barack y Michelle se casaron en 1992 y tuvieron dos hijas (Malia and Sasha). Una de sus mayores aficiones es el baloncesto y, en 1995, Obama publicó su primer libro Dreams from My Father ("Sueños de mi padre").

La carrera política del cientista político, abogado, activista comunitario y profesor universitario afroamericano será corta pero contundente: legislador por el XIII distrito de Chicago en el senado estadual de Illinois (1997-20014); senador federal demócrata por el estado de Illinois (2005-2008); y cuadragésimo cuarto Presidente de los Estados Unidos (2009-2017).

Los mayores hitos de ese ascendente camino fueron: en 2003, Obama lanzó su campaña senatorial, destacando como un temprano oponente de la guerra de Irak: a instancia de John Kerry ofreció el discurso principal en la Convención Demócrata de 2004, en que rechazaba la división entre demócratas y republicanos y la reemplazaba por los Estados Unidos de América; ganó su senaturía con el 70% de los votos en 2005 para servir en los comités de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones; y fue candidato demócrata en las primarias presidenciales batiendo a Hillary Clinton en 2008.

Con respecto a los dos mandatos presidenciales de Obama, hay que señalar que llegó al poder impulsado por una inusitada ola de esperanzas. Millones de personas que antes no se habían interesado en la política se entusiasmaron por este joven senador, cuyo nombre, apariencia e historia personal eran percibidos por muchos expertos electorales como impedimentos insuperables para alcanzar la presidencia de los Estados Unidos. Algunos lo bautizaron como el "hombre de ningún lado". Pero los expertos se equivocaron y Obama ganó las elecciones en 2008.

Cuatro años después consiguió ser reelecto. Pero se habían enfriado los entusiasmos, porque su llegada a la Casa Blanca no produjo los resultados que sus votantes —y quizás hasta él mismo— esperaban. Entre los desafíos que debió enfrentar estaban la mayor catástrofe económica en más de medio siglo, dos guerras que su país estaba perdiendo, altos y crecientes índices de desigualdad económica y el renovado y ambicioso activismo internacional de China y Rusia, todo ello con los aliados tradicionales europeos postrados por la crisis, y el prestigio y la influencia internacional de EE UU en su punto más bajo desde la guerra de Vietnam.

En apariencia, Obama mutó en un líder cauteloso, distante e incapaz de doblegar a sus adversarios internos y externos. Los jefes del Partido Republicano (uno de los cuales declaró que su objetivo era bloquear todas las iniciativas del nuevo presidente), así como los líderes de Irán, China, Rusia y de Oriente Próximo, parecían más poderosos y eficaces que el presidente estadounidense. El problema parecía ser una combinación entre su pasado (un advenedizo), su ideología (demasiado liberal y retórico), su inexperiencia (juventud y corta carrera política) y su personalidad (un idealista). Pero los expertos se equivocarán otra vez.

En 2015, por ejemplo, logró concretar trascendentes iniciativas que parecían imposibles unos meses antes: la recuperación de la economía de EE UU; su reforma para un seguro médico universal (Obamacare) y la decisión de la Corte Suprema de EE UU de legalizar su iniciativa sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo; el acuerdo con Irán, cuyas consecuencias económicas y geopolíticas son enormes; la normalización de las relaciones con Cuba y el fin de más de medio siglo de embargo al régimen de los Castro. También logró el apoyo del Senado para negociar la participación de su país en el Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio (TPP) con otros 11 países de la región de Asia-Pacífico, acuerdo que tiene el potencial de transformar las relaciones económicas en esa parte del mundo, además de crear un importante contrapeso a China.

Después de heredar dos guerras (Afganistán e Irak) y una histórica crisis económica, un Congreso obstruccionista, y una gama de malos interlocutores (Kim Jong Un, Netanyahu, Putin, Bashar al-Assad, Abu Bakr al-Baghdadi, y otros más), sorprende lo que ha logrado conseguir el presidente norteamericano en el frente externo.

Los estudiosos se pelean por describir cuál es el estilo del liderazgo político de Obama. Algunos apuntan a que es un personaje distante e insular, imperturbable, cauteloso, conciliador y pragmático, un político progresista que tiene objetivos liberales pero que habla en un tono conservador, y un líder que decepciona a primera vista, porque es demasiado respetuoso y concede mucho a la contraparte, en lugar de luchar agresivamente por sus principios.

Con el correr de los años y de la presidencia, Obama se ha puesto más sociable, porque según él sus hijas han crecido y no requieren tanto de su atención. Está invitando más a la Casa Blanca y en las comidas puede tomarse uno o dos martinis. No siente que su color de piel haya sido un impedimento para la presidencia, pues tanto negros como blancos -en general- le han dado el beneficio de la duda. Sin perjuicio de que ha estado enfocado en las inequidades y en las oportunidades económicas, reconoce tener una capacidad limitada para solucionar los problemas o cambiar las cosas. Dice tener, como todas las personas, fortalezas y debilidades, estimando que su punto fuerte es el temperamento y su adaptabilidad a las situaciones complejas.


 Bibliografía
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[Con respecto a Michelle Obama véase a Lauren Collins en The Other Obama: Michelle Obama and the Politics of Candor. ‘The New Yorker’, (March 10, 2008) y Paul McCaffrey en Michelle Obama. Chelsea House Publishers, Broomall Pa. 2010]