‘Argentina y Venezuela lo van a pasar mal en su transición hacia normalizar sus economías’

Entrevista [José Ramón Valente, socio de Econsult]
Diario Financiero, 14.12.2015
Rodrigo Cárdenas

El socio de Econsult, que acaba de lanzar un libro para transmitir de forma accesible las ventajas del libre mercado, afirma que existen riesgos importantes para el gobierno argentino. En Chile, critica los cambios a la reforma laboral.

“Aún las buenas ideas necesitan difundirse, necesitan permear, venderse. No se venden solas”.

Esa fue una de las razones que llevó al socio de Econsult, José Ramón Valente, a escribir un libro que, en lenguaje simple, destaca las bondades de una sociedad y economía libre.

En “La Rebelión del Sentido Común: Por qué la gente sabe más que los economistas y los políticos”, Valente hace un repaso por las corrientes de los grandes pensadores de la economía y proponiendo hipótesis sobre por qué algunas de estas ideas llegaron al éxito y otras al fracaso.

Desde este contexto, el experto analiza el momento actual de América Latina, destacando los riesgos y desafíos del nuevo escenario internacional.

- ¿Los resultados electorales en Argentina y Venezuela de las últimas semanas es la rebelión del sentido común?-

- Me encantaría que así fuera. Lo que nos muestra lo de Argentina y Venezuela es de dulce y de agraz. La parte dulce es que aun en sistemas que están bastante corrompidos, democracias que están enfermas, hay una luz de esperanza cuando las cosas llegan a un límite ya insoportable desde el punto de vista de un estado que realmente genera miseria y se mete a determinar lo que pueden y no pueden hacer las personas. La gente se termina rebelando. La parte de agraz es que si uno mira el proceso argentino hay una decadencia de 70 años, y el proceso venezolano tiene 17 años, entonces si de verdad primara el sentido común uno habría esperado que estos cambios fuesen mucho más rápidos. El título del libro es la rebelión del sentido común justamente para que no nos pase en Chile, que tengamos que esperar 70 años, o 17 años, para darnos cuenta de que tenemos que enmendar un rumbo que eventualmente no nos va a llevar a buen término.

- ¿Qué falta para que se produzca esta rebelión?
- Parte de la tesis fuerte de mi libro es que aún las buenas ideas necesitan difundirse, no se venden solas. Se venden solas en tiempos largos. Si comparamos cuán expandido está el concepto de una sociedad libre hoy, con cincuenta años atrás, vemos que es una tendencia clarísima. Pero hay otras ideas en competencia. Las ideas de quienes quieren una economía más controlada, una economía con un estado más fuerte. Una economía con mucha injerencia de un grupo de intelectuales iluminados, dictando el cómo tienen que vivir la vida la gente. Son ideas que compiten y logran ciclos, y a veces ganan elecciones y logran aferrarse al poder.

- En el último tiempo pareciera que son justamente estas ideas de izquierda las que han ganado terreno...
- Las ideas del socialismo tienen una disciplina enorme, en términos de venderse y colocarse en el subconsciente de la gente, pueden ir permeando y pueden tener tracción aun siendo malas, y las buenas ideas, aun siendo buenas si no las empujas, no las vendes bien, es posible que se demoren mucho más tiempo que el que debieran en ser lo populares que debieran ser.

- Pero casos como las colusiones también pueden quitar fuerza a las ideas del libre mercado...
- Me pregunto si en Alemania habrá alguien serio que se haya planteado volver a la RDA a raíz del caso Volkswagen, o si en realidad los que están analizando el caso dicen “castiguemos a los responsables y castiguemos a las instituciones que haya que castigar para que esto no vuelva a ocurrir, pero sigamos adelante con este modelo”, de economía social de mercado, que nos ha dado más bienestar del que nunca hemos tenido en la historia. Eso es a lo que uno trata de apelar contra estos falsos profetas que cuando ven una falla de mercado intentan eliminar el mercado.

- ¿En qué parte del ciclo de las ideas estamos hoy en América Latina tras la caída de los commodities?
- El alza de los commodities generó un renacimiento, un despertar de estos populismos. Estos llevaron a todo el continente a una situación de bastante desmedro desde la década del ‘40 y, en muchos países, hasta principios de los ‘90, cuando hubo un renacer de las ideas de economía libre y abierta. Esto hasta que este boom de commodities les generó demasiados recursos a los gobernantes y les hizo pensar que en realidad regalando plata se podían solucionar los problemas de largo plazo de la gente.

- ¿La caída de commodities puede llevar al fin de estos movimientos?
- Creo que eso es una visión optimista, y que ojalá sea el caso, pero va a depender mucho de qué tan bien manejen las expectativas de los pueblos. En Argentina y Venezuela tienen una muy difícil tarea por delante, y la verdad que son tan complejos los procesos políticos que así como podrían ser exitosos también podrían fracasar.

- ¿Si al gobierno de Mauricio Macri le va mal, se podría intensificar el populismo en Argentina?
- Está ese riesgo. Argentina y Venezuela lo van a pasar muy mal en su transición hacia normalizar sus economías, y está siempre el riesgo de que le echen la culpa a los gobernantes que están entrando de este periodo bastante duro que va a vivir la economía argentina y venezolana para volver a ser una economía sana.

- ¿Cómo ven los inversionistas extranjeros está nueva realidad en la región?
- Hoy los inversionistas están muy cautelosos. De hecho, están casi incrédulos del descalabro brasileño, ver esta promesa caer tan estrepitosamente los tiene tremendamente cautos respecto al resto de la región. Si a Brasil le va a mal es muy poco probable que los inversionistas se sientan muy entusiasmados de invertir en grandes cantidades de dinero en el resto de los países de la región. El proceso argentino lo ven con muy buenos ojos, pero también con mucha cautela, porque no hay que olvidar que procesos anteriores de cambio como éste han terminado muy mal.

REFORMA LABORAL: "SIGUE SIENDO MALA"

- ¿Cómo evalúa las modificaciones introducidas la semana pasada al proyecto de reforma laboral del gobierno?
- En el mundo hay cambios grandes, megatendencias, como los avances tecnológicos, la internet de las cosas, etc. Y también hay cíclicamente cosas relevantes, como las bajas del precio del petróleo; EEUU que comenzará a subir la tasa de interés; China que ya no crece como antes; es decir, hay grandes temas y Chile tiene que hacerse cargo de esos temas. Entonces cuando uno mira las indicaciones de la reforma laboral pueden ser un triunfo respecto de lo que había, pero lo veo tan pequeño respecto de lo que tenemos que hacer, que parece que estamos con una anteojera total respecto de lo que está pasando afuera. Nos estamos conformando con un granito de arena, pasando de algo que era muy malo y a algo menos malo, pero sigue siendo súper malo. Y lo peor es que necesitamos algo radicalmente distinto, debido a los cambios que están pasando.

- ¿No considera un avance que, por ejemplo, se abra la puerta al reemplazo interno?
- Nosotros estamos hablando acá de si permitimos o no el reemplazo interno de un trabajador o no, y si trabaja en un cubículo si se puede mover o no al del lado para trabajar. Mientras nosotros discutimos eso en EEUU Google, cuando decide arrendar un espacio para sus trabajadores, se fija en que la altura máxima le alcanza para poner un muro de escalada o un lugar para que anden en bicicleta, es decir estamos en un mundo totalmente distinto.

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