Ética, civismo y abuso de poder

Columna
El Montonero, 18.02.2021
J. Eduardo Ponce Vivanco, embajador (r) y ex viceministro de RREE peruano
Patologías criollas inmunes a las vacunas

El escándalo del llamado "Vacunagate" es deshonroso para el prestigio y la imagen internacional del Perú.  Ha sido reportado con titulares chocantes en medios que cubren amplias audiencias en varios idiomas y países (CNN, BBC, DW, El País, ABC, El Espectador, El Tiempo, La Nación, La Tercera, etc.).

Espero que la conciencia moral y cívica de los peruanos haya sufrido un impacto mayor por la vergüenza que deberíamos sentir. El aprovechamiento egoísta de un bien público escaso y vital para muchos revela nítidamente la crisis de valores que afecta a una sociedad que convive con los casos de corrupción y abuso de poder que explotan con frecuencia e intensidad inusitadas.

Pero me temo que nuestra "moral nativa" banalice la percepción de los casos de aprovechamiento impropio de las vacunas, asociándolos a la "viveza criolla". Si la mayoría los condena es porque fueron otros los favorecidos, pero en el fondo los observa con una recóndita envidia. Probablemente los percibe como un acto de "Pepe el Vivo" en cuanto denotan la inteligencia ventajista de quien sabe sacar provecho de circunstancias propicias.  Una actitud tan internalizada que puede llegar al extremo de caricaturizar a quienes "se duermen en sus laureles" por su lentitud en reaccionar cuando se presenta la ocasión.

¿No es ese insolente ventajismo el que sufrimos a todas horas en el infernal tránsito vehicular y en el caos progresivo que pervierte aceleradamente nuestra vida en la ciudad?  ¿No es ese el rostro de la anomia o la burla generalizada a las normas de convivencia que caracteriza nuestra desesperante y malsana cotidianidad?  ¿No es acaso lo que las mayorías aceptan como un rasgo natural y hasta simpático del modo de ser criollo?

Pero así como  esas conductas son fácilmente reconocibles, me pregunto si la dimensión de los escándalos y las reacciones indignadas que provocan los abusos de poder no son más que gestos hipócritas para disimular la recóndita y vergonzante envidia que provocan quienes están en condiciones de servirse de su posición para aprovechar cualquier oportunidad en beneficio propio y de su entorno.

Si esta impresión fuera acertada, sería interesante analizar lo que verdaderamente significan los juicios populares y linchamientos mediáticos que vemos frente a la repartija de vacunas que ha explotado a la vista de todos.

Ojalá que, por lo menos, estos episodios sirvan para  que nos conozcamos mejor y podamos corregir esos defectos ancestrales de nuestra idiosincrasia.

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