Evo se equivoca de nuevo

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La Tercera, 08.08.2016
Samuel Fernández Illanes, abogado, embajador (r) y profesor (U. Central)

Las declaraciones, reclamos o acusaciones del Presidente Morales, su Canciller y otras autoridades gubernamentales bolivianas, han proliferado en las últimas semanas y aumentado en intensidad. Ciertamente son reacciones a nuestra política exterior más activa, acorde con el escalamiento que han buscado. Es por ello que demandamos a la Corte de La Haya, el reconocimiento de su calidad de río internacional compartido del Silala, antes que Bolivia cumpliera su amenaza de hacerlo. Iniciamos los trámites constitucionales para denunciar el Acuerdo de Exención de Visas de los titulares de pasaportes diplomáticos y especiales de 1995, ante la provocadora visita del Canciller y comitiva, haciendo uso y abuso de dicha documentación. Tampoco esperaban tal denuncia ni su aprobación unánime en el Senado nacional.

Por lo tanto, han proseguido las altisonantes afirmaciones del Ministro Choquehuanca con amenazas explícitas, envueltas en frases patrióticas de “dar su sangre” para defenderse, mientras visitaba el río Lauca, que le hacía “hervir la sangre.”Los dichos no quedaron ahí, y hubo nuevas declaraciones de Evo frente a sus fuerzas armadas, advirtiendo “que están preparadas para sentar soberanía”, o que “el mar es irrenunciable”, no dejan dudas de la hostilidad creciente. Otras acostumbradas declaraciones vejatorias del Vice-Presidente, la expulsión de un chileno acusado de espiar, y seguramente más que vendrán, indican que la cúpula gubernativa boliviana, coordinadamente, busca revertir el improductivo y erróneo viaje a Chile de su Canciller.

Toda esta infortunada secuencia, podría ser anecdótica o un episodio más en la tradicional animadversión a Chile, si no fuera evidente de que obedece a una estrategia perfectamente sincronizada. Por razones internas, ambiciones personales, o para desviar la atención política y mediática de un liderazgo y un gobierno hoy cuestionado, un PIB decreciente y aumento del desempleo. Mientras, la población en su mayoría no busca una confrontación ni odia a Chile. Por eso tales acciones, aunque molestas, no nos conciernen.

Sin embargo, la campaña internacional si nos debe preocupar. En una columna de hace un año, titulada “La estrategia equivocada de Evo”, pude referirme a ella. Su persistencia ahora resulta potencialmente más riesgosa. Activar en la ciudadanía una propaganda revanchista, o predisponerla contra cualquier decisión o sentencia desfavorable de la Corte en el juicio pendiente, o si no logran todas las expectativas buscadas, es una irresponsabilidad. Nada solucionaría pues los desacuerdos y conflictos podrán continuar indefinidamente. O bien, hacen imposible toda negociación bilateral, actual o futura, la misma que han solicitado a que la Corte nos obligue. Aunque sus resultados no los determinará, como el Tribunal expresamente lo afirmó.

Paralelamente reiteran su voluntad, de tanto en tanto, de conversar. Cómo considerarla seriamente si, en todo momento, obstaculizan la creación de un ambiente que lo posibilite. Por el contrario, la planificación se intensifica en contra nuestra y los hechos, gestos o situaciones se hacen cada vez más riesgosos y provocativos, por lo que podrían ocurrir episodios fuera de control, o crearse incidentes que los justifiquen. Chile no sufre perjuicios por la retórica boliviana. Al contrario, está cada vez más unido y cansado de ser desafiado constantemente.

Por eso, Evo se equivoca de nuevo.

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