Felicitaciones incómodas

Columna
El Periódico, 31.12.2023
Jorge Dezcallar de Mazarredo, Embajador de España y columnista

Empieza a mosquearme que nos lleguen elogios primero de Hamás (aunque estoy muy de acuerdo con nuestra postura en Gaza) y ahora de los hutíes, mientras nos peleamos con israelís y norteamericanos

Estamos en Navidad, época de felicitaciones, aunque algunas sean muy incómodas. Los hutíes son guerrilleros montaraces que llevan desde 2014 envueltos en una guerra civil que ha convertido a Yemen en otro Estado fallido y ha causado una de las peores catástrofes humanitarias del planeta, agravada por la desastrosa injerencia de Arabia Saudí y de EAU. Los hutíes reciben ayuda de Irán y aunque eso no les convierta en marionetas, no cabe duda de que Teherán influye en sus decisiones. Y ahora han decidido solidarizarse con los palestinos, atacando a los barcos de bandera o propiedad israelí y dirigidos o provenientes de Israel (pero sin afinar demasiado), que salen o entran en el Mar Rojo por el estrecho de Bab el Mandeb (Puerta de las Lágrimas) cuya orilla oriental es suya, pues la occidental pertenece a Yibuti y a Eritrea, otro Estado fallido.

Los hutíes han filmado el secuestro del buque Galaxy Leader (propiedad israelí) con un despliegue cinematográfico que todas las televisiones han reproducido, y tras ese y otros ataques algunas de las principales navieras han decidido no navegar por esas aguas hacia el Canal de Suez (12% del comercio marítimo) y dar la vuelta al continente africano para llegar desde Asia a Europa, lo que supone muchas más millas, más tiempo, más combustible, y un aumento de costes de fletes y de seguros que trasladarán a los clientes finales, o sea usted y yo. Uno de esos barcos es el MSC Virginia que navegaba desde Omán a Las Palmas, donde como consecuencia retrasará su arribada.

Por eso y para proteger la navegación en una zona tan sensible, Washington ha puesto en marcha la ‘Operación Guardián de la Prosperidad’ y sin preguntar a nadie, muy a la americana, nos ha incorporado a ella junto a otros países europeos que participamos en la ‘Operación Atalanta’, que desde hace años combate la piratería en el Océano Índico y que ahora manda un almirante español. No es así como se hacen las cosas y entiendo que estemos molestos. Pero, a partir de aquí, empiezo a entender peor lo que pasa. Inicialmente Defensa se apuntó, pero luego Moncloa la rechazó salvo que se tratara de algo bendecido por la UE o la OTAN y entonces, cuando la UE la apoyó y Borrell se felicitó públicamente por ello, España decidió vetarla definitivamente aprovechando que estas decisiones se toman por unanimidad.

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