Gaza: bajas civiles y la cuadratura del círculo

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Republica, 08.11.2023
Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnista español

La guerra de Gaza contra los terroristas de Hamás ha cumplido lamentablemente un mes. Aunque el grupo terrorista debe hinchar interesadamente las cifras no hay duda de que varios miles de personas, muchos de ellos inocentes, han perecido en la ofensiva israelí.

El gobierno judío ha anunciado que no parará hasta neutralizar a Hamás durante mucho tiempo. El problema, dadas las características del terreno y la mentalidad de los que le atacaron, es como realizarlo sin seguir causando bajas civiles abundantes. Es difícil.

Hamás planea y ejecuta bastantes de sus operaciones al lado, dentro o debajo de centros civiles. Esto es sabido. Si tenemos en cuenta que, en la zona de Gaza, menor que el término municipal de Vélez-Blanco, hay unos 470 kilómetros de túneles dedicados a almacenar material bélico, intentar introducirse en territorio israelí… y ahora en custodiar a los 230 rehenes, Israel no tiene fácil eliminar a personas a las que no les importa inmolarse. Lograr que los ocultados en túneles o edificios civiles den la cara en la superficie es, con frecuencia, ilusorio. El ejército israelí, en consecuencia, machaca bastantes de esos edificios civiles que se supone ocultan o refugian a los milicianos de Hamás. Llegan las bajas de personas inocentes algo que probablemente no importa a bastantes miembros de Hamás porque pueden con ello encender a la opinión pública árabe e incluso a la europea. Hamás no practica la humanidad y proporcionalidad que tenemos derecho a exigirle a Israel. (Recordemos que cuando el ejercito israelita pregonó que la parte norte de Gaza debería ser desalojada, Hamás lanzó octavillas diciendo a los árabes que no se marcharan, que todo era un “fake”). No le importaba demasiado que muriesen unos centenares de palestinos si con eso desprestigiaban al adversario y lo presentaban como un genocida.

El argumento humanitario, la petición del alto el fuego, ha hecho algo de mella en Estados Unidos donde la posición monolítica de apoyo a Israel tiene ya algunas fisuras, pocas para algunas. Al movimiento pro-palestino de alguna universidad importante, se unen intermitentes editoriales que solicitan el cese aún temporal de la hostilidades y, lo que es más importante, los sondeos de opinión muestran que en el partido demócrata aumentan los que cuestionan la ayuda sin preguntas a Israel y crecen las simpatías hacia la causa palestina.

En una guerra como ésta no se puede eliminar el riesgo de bajas civiles de consideración y conforme pasa el tiempo la opinión pública occidental, los que apoyan a Israel, se evaporará parcialmente. Y este es otro dilema ¿Cuánto necesita el Ejército israelí para neutralizar a Israel antes de que sus amigos americanos y occidentales se hastíen del tema como ocurrió en Vietnam y en Afganistán? Hay diferencias, para Israel la cuestión es existencial pero la opinión pública internacional puede acabar jugando un papel más importante de lo que se estima ahora.

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