Indefensos ante epidemias que amenazan a la humanidad

Columna
El Montonero, 19.03.2020 
J. Eduardo Ponce Vivanco, embajador(r) y ex viceministro de RREE peruano
Es hora de rescatar la iniciativa de Bill Gates

Hablando sobre el mortífero Ebola en una conferencia de 2015, el brillante filántropo y tecnólogo Bill Gates afirmó que gérmenes y epidemias han reemplazado a la guerra nuclear como la principal amenaza global. Dijo que las hipótesis de guerra (elemento básico de planificación en las FFAA) deben ceder el paso a hipótesis de guerra contra los “gérmenes”. En base a la data procesada, calificó de ineficiente al sistema existente para enfrentar amenazas globales a la salud pública. Peor aún, sostuvo que NO contamos con un verdadero sistema, y que las respuestas se improvisan frente a las epidemias emergentes (https://www.youtube.com/watch?v=6Af6b_wyiwI). Añade que la Organización Mundial de la Salud (OMS), creada en 1948, es un mecanismo para monitorear epidemias pero no para prevenirlas ni contenerlas.

En su sitio web la OMS informa que (recién) el 31/12/ 2019 fue notificada del primer brote en Wuhan, lo que no coincide con lo que el diario South China Morning Post informó hace pocos días: que el primer caso de COVID-19 data del 17 de noviembre de 2019 (https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/13/una-investigacion-dio-con-la-fecha-exacta-del-primer-caso-de-coronavirus-en-el-mundo/).

Según fuentes fidedignas en Ginebra, el Director General de la OMS tardó dos meses en calificar el problema como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII). La esperada respuesta del organismo fue neutralizada por activas gestiones de la China por temor a que provocara restricciones de los viajes o el comercio. Si la OMS hubiera reaccionado como debía los europeos podrían haber actuado con mayor prudencia durante el mes de febrero, aminorando la gravedad de la crisis que explotó en Italia. El Director General de la OMS esperó hasta el 11 de marzo para declarar, cautelosamente, que el COVID-19 “puede ser caracterizado como una pandemia”.

Este hilo de dilaciones irresponsables sustancia la justificada advertencia de Bill Gates en cuanto a la inexistencia de un sistema adecuado a la gravedad de las epidemias que amenazan a la humanidad, y la urgencia de enfrentar el problema con la seriedad que exige.

No puede ser más obvio que los países afectados por un virus pandémico deben combatirlo tanto en el frente interno como en el internacional. Como miembro de la OMS el Perú debería promover la reforma de su estructura y funcionamiento, empeñándose en concertar acciones con otros Estados que no sean indiferentes al chocante fracaso descrito prolijamente por Bill Gates. La mayoría de países en desarrollo es consciente de que el peso de una nación en las en las organizaciones intergubernamentales es proporcional a su poder, y que esa falencia puede ser compensada con una diplomacia eficiente.

La actitud inicialmente deplorable de la China (que ahora trata de expiar con sus acciones de cooperación) y las conductas erráticas e irresponsables de líderes como Trump (https://www.theguardian.com/world/2020/mar/18/coronavirus-donald-trump-timeline) o el populista británico Boris Johnson subrayan la importancia de que Estados como el nuestro refuercen su acción multilateral para evitar la repetición de episodios tan patéticos como el tratamiento del COVID-19 en la OMS. Las burocracias de los organismos internacionales son excesivamente sensibles al poder de los Estados miembros (que los financian con sus cuotas, y son sus mandantes).

De ahí el valor de la iniciativa de Bill Gates. Su fuerza como filántropo comprometido con la problemática mundial lo convierte en un potente aliado de los países en desarrollo y de los ciudadanos del mundo que son las víctimas reales de las epidemias. Toca a nuestro gobierno y a nuestra diplomacia aproximarse a la organización de Gates para explorar las mejores alternativas de colaboración (que no deberían excluir a organizaciones y empresas privadas del Perú).

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