La democracia en Perú debe ser fortalecida

Columna
Infobae, 12.11.2020 
Roberto García Moritán, embajador (r) y ex viceministro de RREE argentino
En las últimas tres décadas siete presidentes han sido destituidos o encarcelados por corrupción y salpicados por los escándalos de Odebrecht, un récord con pocos antecedentes a escala internacional

La democracia de Perú enfrenta un espiral de relevos presidenciales vinculados a la grave corrupción que sacude el país. El Poder Legislativo (unicameral y de mayoría opositora) vuelve a ser protagonista al destituir a Martín Vizcarra y designar como próximo Presidente de Perú al titular del Congreso, Manuel Merino (Acción Popular, el partido centrista fundado en 1956 por Fernando Belaunde Terry), el tercer mandatario en cuatro años y el segundo que depone en lo que va del presente período de gobierno. En cualquier caso, la votación contra Vizcarra fue categórica, 105 votos a favor, 19 en contra y 4 abstenciones. Según la Constitución, bastaban 87 votos. Sin embargo, Perú no se merece el daño institucional, social y económico que le está causado todo el arco de la clase política en uno de los momentos más difíciles de su historia.

En las últimas tres décadas siete presidentes han sido destituidos o encarcelados por corrupción y salpicados por los escándalos de Odebrecht, un récord con pocos antecedentes a escala internacional. La caída de Vizcarra, a cinco meses de la convocatoria a elecciones presidenciales, sigue una alarmante secuencia de acusaciones por delitos de corrupción que han involucrado a todos los presidentes electos desde 1990 e incluye a Pedro Kuczynski (2016-2018), Ollanta Humala (2011-2016), Alan García (2006-2011), Alejandro Toledo (2001-2006) y Alberto Fujimori (1990-2000).

Lo que diferencia a Vizcarra de sus antecesores que es el único mandatario en haber gobernado sin partido político o una bancada de respaldo en el Poder Legislativo. También el alto nivel de apoyo popular por su lucha contra la corrupción (57%, según Ipsos). Una encuesta de opinión del Instituto de Estudios Peruanos destaca que 9 de cada 10 hubiese preferido que finalizara el mandato y después fuera investigado por la Justicia. La destitución de Vizcarra fue objeto de cacerolazos acusando al Poder Legislativo de golpe de Estado, incluso la Iglesia Católica había instado al Congreso a no aprobar la destitución.

La situación que enfrenta Perú no parece ser de alcance ideológico ya que el Presidente depuesto como la mayoría de los integrantes del Poder Legislativo son de centro derecha. Pese al hartazgo del modelo económico, ninguno de los graves problemas de Perú como la recesión, la alta tasa de desempleo, el 75% de informalidad, la devastadora pandemia del coronavirus o un foco de difteria que forzó a una vacunación de emergencia, han estado en discusión. La política exterior del Perú tampoco atravesaba críticas sustantivas.

El presidente interino Manuel Merino, con la bancada más numerosa del Legislativo, tendrá que ratificar la convocatoria de elecciones para abril 2021. Tampoco contará con un Congreso unido, ya que los partidos que lo integran se enfrentarán en las próximas elecciones. Es de esperar que las interminables desventuras sociales y sanitarias de Perú, además del desasosiego político, no lleve a actitudes antidemocráticas. En víspera del bicentenario, la democracia de Perú necesita ser fortalecida.

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