La relación estratégica entre Argentina y Brasil en materia nuclear

Columna
Infobae, 15.07.2021
Roberto García Moritán, embajador (r) y ex viceministro de RREE argentino

Se cumplen 30 años de la creación de la Agencia Brasileña Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), el único organismo binacional de salvaguardias nucleares existente en el mundo

La relación estratégica entre la Argentina y Brasil ha producido resultados prácticos de convergencia y cooperación perdurables en el tiempo y con significativo impacto regional y global. Cumple tres décadas un hito diplomático activo en la verificación del uso pacífico de materiales nucleares y que definieron las condiciones de estabilidad política para el posterior desarrollo del proceso de integración subregional que se conformaría con el Mercosur. La generación de confianza mutua adquiere una dimensión relevante con la visita del Presidente de Brasil a la planta de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu en 1987. Al año siguiente, el Presidente Alfonsín visitó el centro experimental de uranio enriquecido de Aramar. Tanto Pilcaniyeu como Aramar estaban fuera del sistema de salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Las intensas negociaciones diplomáticas y científico-tecnológicas, en el campo de la transparencia de los respectivos programas nucleares, concluyeron en la Presidencia de Carlos Menem. El 18 de julio de 1991 se establece el Sistema Común de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (SCCC) y se crea la Agencia Brasileña Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC) que constituye la única agencia binacional de salvaguardias nucleares existente en el mundo y la primera organización binacional creada por Argentina y Brasil.

El objetivo principal de la ABACC es garantizar a Argentina y Brasil, como la a la comunidad internacional en su conjunto, que todos los materiales nucleares y las instalaciones nucleares sometidas a su jurisdicción y control se utilizan en ambos países con fines exclusivamente pacíficos. En diciembre de 1991, se firmó el Acuerdo Cuadripartito con la ABACC y el OIEA. En la negociación ante el organismo internacional, Argentina y Brasil lo hicieron como si fueran una sola delegación como reflejo de la confianza bilateral adquirida. Otra singularidad diplomática que no tenía precedentes en negociaciones multilaterales.

El hecho de que la puesta en vigencia del SCCC y la implementación de la ABACC hayan tenido lugar después de la firma del acuerdo Cuadripartito permitió, en la concepción de Argentina y Brasil, la necesaria complementación entre el ABACC y el OIEA para la aplicación de las salvaguardias derivadas del mismo. También evita duplicación de esfuerzos atento que ambos países cuentan con material nuclear bajo salvaguardias del OIEA (INFCIRC 66). Las declaraciones de inventarios básicos de cada país se recibieron en ABACC en 1992 y desde entonces todos los materiales nucleares se mantienen actualizados de manera permanente. Consecuentemente, se puede señalar que todo el material nuclear, en Argentina y Brasil, esta adecuadamente salvaguardado sea por la ABACC o por el OIEA.

La ABACC puede ser considerada como un activo de la política exterior argentina y brasileña cimentado en un marco de transparencia recíproca. Es a la vez, un proceso no estático en virtud del carácter evolutivo de la ciencia y la tecnología nuclear lo que permite destacar que todavía hay desafíos comunes que enfrentar. En este contexto, tanto la diplomacia como el sector nuclear, deben seguir con una dinámica de continua actualización de la ABACC para que pueda responder a las realidades, actuales y venideras, de los respectivos programas nucleares.

La experiencia de la ABACC deja en evidencia que es posible crear niveles de confianza a través de la diplomacia y el establecimiento de instituciones creativas en aras de un bien común mayor, en este caso la estabilidad y la paz. Los esfuerzos diplomáticos entre Argentina y Brasil en materia nuclear son un ejemplo exitoso que muestra que los órganos regionales pueden tener un papel significativo en la eficiencia y solidez del sistema internacional de salvaguardias.

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