Las relaciones internacionales de Chile

Columna
El Pingüino, 02.10.2022
Andrés Montero J., Ingeniero Comercial U de Chile, agricultor y ganadero

Cada día se hace público un nuevo error de la Cancillería chilena, o del presidente de la República, en lo relacionado a relaciones internacionales.

Chile aún no tiene Embajador en China, en Brasil y en México. Se nominaron embajadores sin pergaminos en Argentina, Reino Unido y España. En este último caso, se han sucedido situaciones inaceptables para el mundo diplomático. Empezando por la vestimenta inapropiada del embajador, siguiendo con su permanente incursión en temas de política contingente, olvidando que él representa al gobierno y al pueblo de Chile como un todo. Lo han criticado el expresidente Lagos, excancilleres y recientemente la Asociación de Diplomáticos de Carrera, haciendo un llamado al gobierno a que se ordene y evalúe bien a los elegidos para asumir importantes posiciones en el exterior.

Debemos sumar la tozudez del gobierno, a la hora de avanzar con la firma del TPP11, tratado de integración económica relevante para el desarrollo del comercio y las inversiones internacionales. La lista de desencuentros continúa si nos remitimos a los dos viajes a Estados Unidos llevados a cabo por el presidente Boric. En el primero, cometió errores pueriles y pretendió alzarse como una figura de relevancia mundial, intentando pautear a países poderosos en el concierto internacional. En su último viaje a los Estados Unidos, centró su participación en las Naciones Unidas en la figura de Salvador Allende y del discurso que este presentara hace casi 50 años. Boric pretende hacernos creer que Allende fue un buen presidente.

Ya antes había viajado a la asunción del mando de Gustavo Petro, un ex terrorista de extrema izquierda, quien busca acercarse a la dictadura venezolana y estrechar vínculos con la tiranía cubana. Los desaciertos han sido en todos los ámbitos. En efecto, la Canciller planteó la idea de llevar adelante un proyecto de producción de litio trinacional, con Argentina y Bolivia. La sola propuesta es aterradora, toda vez que estamos frente a un gobierno anti-chileno como el boliviano y frente a uno corrupto como el argentino.

Al revisar los tuits y las notas de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores, sobresalen materias de DD.HH., LGBTI, paridad en la diplomacia y otros temas que nada tienen que ver con dicho ministerio. La ministra tiene un pasado vinculado a materias de DD.HH., pero ella debe adecuarse a la nueva posición que ejerce.

Boric declaró desde el primer día su interés por privilegiar las relaciones con países de América Latina, lo que es algo absurdo. Chile tiene acuerdos comerciales con muchos países en distintas regiones del mundo y no hay razón alguna para privilegiar regiones o países. Lo que nos interesa es avanzar y progresar sin ideologismos y no pensando en estupideces como “la patria grande” de Chávez o a alianzas como el “Foro de Sao Paulo”, que solo buscan desestabilizar la región.

Es urgente reordenar la cancillería, nominar embajadores preparados y concentrar su rol en las materias propias de las relaciones internacionales y no utilizar nuestras embajadas como oficinas de propaganda del gobierno de turno.

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