Los efectos de los atentados de Hamas

Columna
La Tercera, 19.10.2023
Carolina Valdivia T., abogada, exsubsecretaria de RREE e investigadora del CEP

Los posicionamientos ante los atentados terroristas perpetrados por Hamas en Israel reflejan las alianzas que se están forjando en búsqueda de un cambio al actual sistema internacional.

Los defensores del orden mundial -agrupados en el G7- rápidamente marcaron su posición. Condenaron los actos de Hamas como terrorismo y otorgaron un apoyo cerrado a Israel, incluyendo visitas relámpagos de sus líderes a Tel Aviv. Esta postura inicial, ante la decisión israelí de bloquear completamente Gaza, fue incorporando un llamado urgente a resguardar a la población civil de la Franja. Ello, para evitar incoherencias con la condena que el G7 ha hecho a la invasión rusa a Ucrania que pudiesen minar el delicado consenso logrado con países en desarrollo para mantener el reproche de la acción rusa.

Los ataques de Hamas sacudieron a la diplomacia china. Beijing abandonó su neutralidad en el conflicto palestino-israelí decantándose por el apoyo a la causa palestina. El pragmatismo chino ayuda a explicar esta postura, entre ellos, el atraer a su círculo de influencia al mundo árabe, así como erigirse en líder del Sur Global, espacio integrado por naciones que, como Palestina, han sufrido la opresión de Occidente y sus aliados. Pero, en el fondo, pareciera que China concedió que Israel terminará aliándose con EE.UU., de forma que los cuestionamientos a Tel Aviv develan también críticas a Washington, representante innato del modelo que el gigante asiático busca sustituir.

Rusia ha sido atrevida en este conflicto. Sin condenar expresamente los atentados, ha declarado tener una “severa preocupación por las bajas civiles” y ha llamado a dar cumplimiento a compromisos internacionales. Además de olvidar, de un plumazo, las muertes e incontestables violaciones al derecho internacional que ha producido su invasión a Ucrania, Moscú apuesta a que una escalada israelita que incumpla los estándares de las normas internacionales, le permitirá justificar sus acciones en Ucrania, horadando aún más el sistema basado en reglas.

La alianza sino-rusa también es relevante en este contexto. No olvidemos que, mientras la crisis en Medio Oriente aumentaba en intensidad, Putin aceptó la invitación de a Xi a Beijing para celebrar el décimo aniversario de la Franja y la Ruta, iniciativa de la que Moscú ni siquiera participa, pero que refleja un modelo de desarrollo y un orden mundial alternativo que tanto China como Rusia buscan sembrar.

En estas horas tan oscuras, ante un conflicto que amenaza en volverse global y desencadenar cambios inesperados, la comunidad internacional que valora el actual sistema -más allá de sus falencias y la ineludible necesidad de actualizarlo- debe presionar por preservar los espacios de paz. Uno de ellos es continuar insistiendo en la solución de dos estados con fronteras internacionalmente reconocidas, aun cuando esa posibilidad parezca ahora más remota. La otra, de carácter local, que Arabia Saudita e Israel retomen la negociación de su acuerdo de paz, paralizado tras los ataques de Hamas.

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