Malvinas y coronavirus: oportunidad para cooperar

Columna
Clarín, 01.04.2020
Roberto García Moritán, embajador (r) y ex viceministro de RREE argentino
Un isleño monta equipos de prevención y distancia social en Malvinas contra el coronavirus

Las Islas Malvinas no registran hasta ahora, según Mercopress, casos de coronavirus y no se encontraría en la misma situación del resto del territorio argentino, aunque Penguin News reconoce que se carece de mecanismos de detección como capacidad para confirmar diagnósticos.

El aislamiento natural del archipiélago contribuye en términos de cuarentena pero desnuda la fragilidad del sistema sanitario (el hospital King Edward VII con 18 camas para tratamiento intensivo y una sola unidad de aislamiento) que resulta insuficiente para atender aproximadamente 3 mil residentes (mayoritariamente mayores), 2000 militares y cerca de 4000 de la flota pesquera de alta mar. Tradicionalmente ante urgencias médicas se han utilizado aviones sanitarios a Uruguay y Chile. La interrupción de vuelos regulares, en particular los con escala en Cabo Verde, puede afectar seriamente el abastecimiento de necesidades esenciales de subsistencia y en particular medicinas. Londres ha expresado apoyo pero es difícil que pueda ser eficaz, en tiempo y forma, por problemas de logística y distancia.

En este contexto, la Argentina debería estudiar la posibilidad de ofrecer un puente de asistencia humanitaria a las Islas Malvinas y en particular vuelos directos argentinos en caso de urgencia sanitaria. También, transporte naval para el suministro de mercaderías esenciales.

La tipología del coronavirus debería estimular un paréntesis en la disputa histórica que enfrenta a la Argentina con el Reino Unido y promover mecanismos de cooperación ante la grave emergencia. En el marco de la pandemia, se podría hasta considerar establecer un teléfono sanitario con una línea de comunicación directa con las autoridades ilegitimas de las Islas sin perjuicio de los contactos diplomáticos correspondientes con Londres. Las urgencias suelen superar los tiempos diplomáticos.

El vínculo con las Islas durante el coronavirus podría tener algunas características de las operaciones SAR (sigla para Search and Rescue, traducido Búsqueda y Rescate) que están por fuera del contencioso de soberanía, atento que los Estados están obligados a actuar conforme mandato de la Organización Marítima Internacional (OMI) en salvaguarda de la vida humana en el mar. Urgencias sanitarias sugieren utilizar un paralelismo cuasi similar a ser adaptado a las circunstancias de la pandemia, quizás hasta sin ninguna necesidad de formalidad diplomática. Ya la Argentina y el Reino Unido lideraron un ejercicio en Mar del Plata, en el marco del G 20, que tuvo como eje el abordaje de un hipotético brote global de Escherichia coli.

El coronavirus ha estimulado las comunicaciones directas entre España y Gibraltar, como lo refleja la reciente conversación entre el presidente Sánchez y el ministro Principal Picardo. El cierre de fronteras (artículo 28 del código Schengen) no incluyó el transporte de mercancías para preservar la cadena de abastecimiento. Si bien las circunstancias entre España y el Peñón no son las mismas a las de Argentina con Malvinas, está claro que la solidaridad ante la emergencia juega también un punto relevante en el contacto entre Sánchez y Picardo, el probablemente el primero que se registra a ese nivel en la historia del diferendo.

El súper virus no reconoce fronteras, tampoco disputas diplomáticas territoriales y la respuestas sanitarias no deberían estar limitada por ellas. Este concepto parafrasea uno similar del secretario de Salud Pública del Reino Unido, Steve Brine, y quizás, con ese alcance humanitario, es hora que Londres y Buenos Aires lo tengan en cuenta. También los residentes de Malvinas. Abordar la resistencia al coronavirus a través de la cooperación es una prioridad como lo es toda asistencia internacional basada en el principio del diálogo ante situaciones de crisis.

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