‘Super Bigote’ contra Edmundo y todo el mundo

Columna
Realidad & Perspectivas, N*130 (octubre 2024)
Milos Alcalay, embajador (r) y exviceministro de RREE venezolano

Ni siquiera Goebbels, ministro de propaganda del régimen nazi, se hubiera atrevido a promocionar a su Fuhrer Hitler como superhéroe. Ese no es el caso de la propaganda madurista, que difunde diariamente en cadena nacional dibujos animados cuyo protagonista es el mandatario criollo que vuela sobre el territorio con un uniforme de Superman, golpeando al Imperialismo, a Edmundo y a todo el Mundo. En esas “comiquitas” todos los que no se muestren incondicionales con el autócrata “bolivariano” son considerados enemigos de la Patria.

La narrativa oficialista muestra el grave desequilibrio y megalomanía que preocupa no sólo a los venezolanos, sino también a la comunidad internacional, incluyendo a los sectores de izquierda. El propio fiscal general Tarek William Saab, convertido en verdugo del régimen, acaba de ser reelecto promocionándose por denunciar a Lula y a Boric como cooptados por la CIA, con la ovación de una Asamblea Nacional que ya hace tiempo dejó de representar la voluntad popular.

Este culto a la personalidad nos recuerda el estilo del dictador de Uganda Idi Amin Dada, cuya mise en scene podría ser vista como una comedia, si no fuera por ser una tragicomedia debido a la grave situación que vive el país por el aumento de la represión, el asesinato de dirigentes políticos como es el caso de Edwin Santos o la multiplicación de desapariciones forzosas de dirigentes conocidos. Tanto la ONU como la OEA resaltan en sus informes el aumento de los casos de detenciones arbitrarias. Más de 2000 presos –incluyendo a niños– están sometidos a todo tipo de vejámenes en las mismas celdas de Tocoron, desde donde liberaron a los delincuentes del Tren de Aragua que hoy realizan sus fechorías criminales en todo el hemisferio. Las denuncias sobre la anulación masiva e ilegal de pasaportes proliferan ante el silencio de una administración que no responde,

mientras que aflora una grave y creciente corrupción de policías que cobran cantidades exorbitantes a los familia[1]res de los presos políticos o en general a los ciudadanos que circulan por el país. Como si todo ello fuera poco, existe hoy un doble estándar (una especie de “Decreto de Guerra a Muerte” del Siglo XXI): impunidad para los maduristas, aunque sean culpables, y purga contra todo disidente o sospechoso, aunque sea inocente.

Mientras tanto, los fracasos y el aislamiento internacional continúan, como el triste papel de la “diplomacia” madurista al ser rechazado su reconocimiento como asociado de los BRICS y ello debido principalmente a la posición de Brasil cansada de tantas injurias, mentiras e incumplimientos.

Tres meses después de las elecciones, el CNE no presenta las actas, porque de hacerlo, quedaría evidenciado el triunfo aplastante de la oposición. Edmundo González desde el exilio, no desapareció como creían los hermanos Rodríguez al propiciar su salida, sino que resultó ser un vocero exitoso al presentar de manera clara en su recorrido, por las capitales europeas, el mensaje de cambio que necesita Venezuela en sus encuentros con las máximas autoridades de gobierno y oposición en España, Portugal, Italia, y pronto en Estrasburgo donde recibirá el premio Sajarov que le otorgaron este año a él y a María Corina Machado.

A su vez, desde la clandestinidad en Venezuela, el liderazgo valiente de María Corina convoca en sus mensajes de esperanza y futuro a diferentes sectores del país –a los militares, a los educadores, a los jóvenes, a la diáspora, a los venezolanos. Pero todos estamos conscientes de que la única forma para salir del actual laberinto es logrando el apoyo internacional de la Comunidad Civilizada de Naciones.

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