Ataque de EEUU a base siria

Carta
La Tercera, 10.04.2017
Samuel Fernández I., académico de Derecho (U. Central)

El bombardeo norteamericano a la base aérea de Sayrat en Siria, constituye un decisivo cambio en la política de Trump. Su predecesor muchas veces amenazó actuar militarmente, pero sin hacerlo. Para muchos mostró una debilidad que ha permitido que siga la guerra civil, con cientos de miles de muertos, desplazmientos de poblaciones y la extrema división política de las facciones en pugna, incluidos EEUU, Rusia y China. Para otros fue prudente, pues en Siria, como en buena parte de Medio Oriente, cualquier acción de una de las partes, desencadena de inmediato la reacción de las otras, con impredecibles consecuencias [ara la paz mundial.

Tal vez ambas posturas tienen razón. No solo están las principales potencias involucradas, sino los rebeldes que combaten el régimen de Al Assad, apoyado por Rusia; la presencia de bastiones del Estado Islámico; Turquía como vecino con innumerables desplazados que procuran escapar; más los europeos con diferencias que no logran disimular. Sin olvidar a Irán y su estratégica posición que incide en Siria, Líbano, y hasta Israel, que continua representando un enemigo tradicional. Demasiado actofes, lo que impide toda posibilidad de un arreglo duradero.

Prubea de que cualquier situación que sobrepase el contexto de la guerra en Siria provocaría un cambio en algunos involucrados, lo dio el gobierno, con su incalificable utilización de armas químicas contra los rebeldes, que fue aprovechado por Trump para involucrarse, por primera vez.

Lo importante es ver cómo lo abordan las grandes potencias y si lograr un principio de arreglo para terminar una guerra civil que ha durado más de la cuenta.

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