Carta La Segunda, 14.02.2018 Ricardo Concha Gazmuri, embajador (r)
A quienes rechazamos la probable participación del dictador Maduro en nuestra ceremonia del cambio de mando, no nos haría nada de mal manifestar también nuestro repudio ante la venetual presencia en ella del dictador Raúl Castro. Ninguno de estos dos autócratas debería ser partede este vital rito democrático que es la transmisión del mando presidencial. La mayoría de las opiniones se han concentrado en rechazar la invitación al dictador venezolano, mientras poco o nada se ha dicho acerca del cubano.
En materia de dictaduras, Maduro es un principiante si se le compara con el longevo totalitarismo castrista instaurado en 1959. La desastrosa situación venezolana concentra hoy nuestra atención, pero no debemos olvidar que Raúl Castro va a cumplir 12 años desde que heredó el mando de su hermano Fidel.
Hace solo unos días, el secretario general de la OEA nos recordaba que la dictadura de Maduro es un burdo intento de replicar la cubana y que para enfrentar a Maduro, antes hay que enfrentar a Castro. Es importante que los árboles no nos impidan ver el bosque. Resulta incongruente que se rechace a uno y se pase por alto al otro. Esto vale no solo para el cambio de mando en Chile, sino también para la próxima Cumbre de las Américas en Perú.
