Carta El Mercurio, 27.04.2018 Alejandro Jara Lazcano, ex embajador de Chile
No conozco personalmente al señor Pablo Piñera, pero por su trayectoria profesional y pública, me merece el mayor respeto, y creo que sería un buen embajador en Argentina y en cualquier otro país. Pero el tema no ese. El problema lo produce la relación de parentesco que tiene con quien lo nombra, lo que el léxico define como acto de nepotismo, que es rechazado por la opinión pública.
Lo anterior me mueve a proponer que se restablezca la antigua disposición constitucional que ordenaba que los nombramientos de embajadores ante potencias extranjeras requirieran de la aprobación del Senado de la República. Al aplicar dicha disposición se evitarían los problemas que puedan crear los nombramientos de parientes, pues dicha aprobación sanearía la designación de aquellos parientes especialmente calificados para ejercer dicha función y, por otra parte, evitaría el nombramiento de personas carentes de idoneidad para ejercer el cargo de embajador de Chile, como ha solido ocurrir desde que aquella disposición fue eliminada de nuestro ordenamiento jurídico.
