Rusia recupera hegemonía

Carta
El Mercurio, 17.08.2018
Jaime Lagos Erazo, abogado y embajador (r)

Desde la desintegración de la ex Unión Soviética, la actual Rusia, bajo su nuevo zar, Vladimir Putin, paulatinamente ha estado reconstruyendo ese antiguo Imperio.

Con este designio, una vez asegurada una mayor presencia en el Ártico, la política expansionista rusa se dirigió hacia el sur, para asegurar una vez más la salida de la Federación Rusa hacia el Mar Negro y de allí por los estrechos hacia el Mediterráneo. Vino luego la anexión de Crimea y de su vital puerto de Sebastopol, produciéndose una tibia respuesta de Occidente a la anexión rusa.

Esta ocupación se ha consolidado en el último tiempo y su signo más visible ha sido la inauguración del gigantesco puente de Kerch, que unirá Crimea con Rusia continental. Este último tendrá 19 kilómetros de longitud, significando una inversión de casi 4 mil millones de dólares. Al inaugurarlo, Putin declaró: "En muchos momentos de la historia, incluso bajo los zares, soñaban con la construcción de este puente".

En fin, como se desprende de una crónica de "El Mercurio" y de otros medios de prensa del 12 de agosto recién pasado, Irán y otras cuatro naciones ribereñas del Mar Caspio llegaron a un acuerdo, calificado como histórico, que marcará una "época" después de complicadas negociaciones, para definir su estatus. Este mar contiene cuantiosos recursos petroleros, gas y pesqueros (caviar). En el lecho del mismo se construirán valiosos gasoductos. Según los expertos, este acuerdo ha contribuido a un mayor acercamiento entre Teherán y Moscú.

Si a todo ello se agrega la cooperación que Rusia presta actualmente a Siria en el Medio Oriente, se puede apreciar que el Kremlin ha estado jugando muy hábilmente las cartas en el tablero estratégico mundial para recuperar su hegemonía, estando presente en todas las áreas geográficas y en las más conflictivas. Un próximo paso podría ser América Latina.

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