Columna El Líbero, 26.04.2025 Fernando Schmidt Ariztía, embajador (r) y exsubsecretario de RREE
Hoy sábado tienen lugar en Roma los funerales del Papa Francisco. Un sentimiento de gratitud tengo hacia su paso por la silla de Pedro y me invade la tentación de escribir sobre él. Sin embargo, acerca de su legado se han compuesto y se redactarán toneladas de artículos serios, analíticos y otros especulativos, o que interpretan su Pontificado según la realidad de cada autor. Pienso que faltan años para que podamos apreciar su magisterio como Obispo de Roma. Serán otras generaciones las que valorarán mejor su obra.
Por otra parte, me abruman esos gráficos sobre el próximo Cónclave en los que se agrupan a los electores por “bancadas”, como en un Parlamento. La realidad de la Iglesia es muchísimo más sutil y, a mi juicio, lejos de la comprensión humana. Cada Papa es único, aunque esté enlazado en la cadena del tiempo con su antecesor y su sucesor. Salvo en lo temporal, Francisco no fue el sucesor de Benedicto ni es el antecesor de quien sea elegido. Si tenemos Fe, todos son, antes que nada, continuadores de Pedro y encargados de proteger y enriquecer el legado de Cristo y de la Iglesia milenaria. Todos son una referencia en el mundo en el que les toca actuar, la voz de la conciencia cristiana, del Evangelio que se hace vivo en un tiempo determinado.
Además, el foco de esta columna está en los temas internacionales contingentes que nos remiten a Chile. Esta semana viene marcada por la Visita de Estado que el presidente Boric realizó a Brasil y que pasó casi desapercibida, opacada por la muerte del Papa. Se agrega a ello que mi personal relación con ese país es profunda, y debo prestarle una atención preferente.
En primer lugar, me alegro de que la visita se haya realizado. Con sus 212 millones de habitantes, Brasil es la mitad de América del Sur en términos poblacionales, territoriales, un tercio del PIB nominal de toda América Latina, una potencia en innovación, un gigante mundial en ciertas industrias sofisticadas como la aviación. Es el principal destino mundial de nuestras inversiones; el país del que proviene la mayor parte de nuestros visitantes, aparte de Argentina; el tercer socio comercial (US$ 12.590 millones de intercambio en 2024); el principal consumidor de nuestros vinos y uno de nuestros principales mercados para el cobre, el salmón o el aceite de oliva. Para ellos, nosotros somos más importantes que Francia o el Reino Unido en términos comerciales, y cruciales para algunos estados brasileños políticamente influyentes, como Mato Grosso do Sul, Santa Catarina, Paraná o Río Grande do Sul, que en conjunto reúnen 35 millones de habitantes.
En la incertidumbre que pesa sobre el futuro del comercio mundial, debemos actuar más en Brasil y la visita condujo a ello. Tenemos un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) funcionando desde el 2022 que comprende todas las disciplinas comerciales. Brasil creció un 3,4% el año pasado y representa -igual que la India, los Emiratos Árabes Unidos o la UE- una oportunidad para la diversificación de nuestras exportaciones. En este contexto, no podemos tener apenas una Oficina de ProChile en Sao Paulo y una Representación Comercial en Belo Horizonte. Deberíamos desarrollar una estrategia para acceder más decididamente a ese mercado junto a nuestros sectores exportadores y el asesoramiento de los inversores, focalizar los presupuestos de ProChile, aprovechar las ventajas que nos ofrece ser los mayores inversores en ciertos estados y entrar de un modo mucho más resuelto en ese inmenso país.
En segundo lugar, me alegro de que, finalmente, después de tantas dilaciones, asome una fecha para la inauguración del corredor vial que parte desde Campo Grande en Mato Grosso do Sul, hasta Antofagasta e Iquique. Los problemas de agua y congestión que sufre el Canal de Panamá (sin considerar las cuestiones geopolíticas) constituyen un aliciente para que esta alternativa sea pronto una realidad. A ello contribuye decididamente el Paraguay, que necesita llegar con sus productos tanto al mercado paulista como al nuestro y a Asia. El gigantesco puente que cruza el río Paraguay presenta ya un 68,12% de avance y se inauguraría en mayo del 2026. La obra vial, de más de 600 kilómetros, avanza por aquel país. En abril de 2022, se inauguraron los primeros 277 kilómetros, desde la frontera con Brasil hacia el interior. Otros 225 kilómetros que llegan a la frontera con Argentina están en obra y se entregarían a mediados del 2026. Además, en ese tramo, está en etapa de factibilidad la construcción de un nuevo puente sobre el río Pilcomayo. Los últimos 103 kilómetros, al interior del Chaco, se encuentran en etapa de financiamiento
Falta ahora agilizar las obras en nuestro país: la ampliación en nuestros puertos del norte; dotarnos de una infraestructura decente en los pasos fronterizos con Argentina, de Jama y de Sico; ampliar los puertos secos; invertir en seguridad a lo largo de la ruta. Sólo entonces aprovecharemos esta oportunidad, ya que hoy los puertos de Tarapacá y Antofagasta no son capaces de absorber la demanda de los tres países que accederían al Pacífico. Sin ellos, no podremos proyectar encadenamientos productivos al alero del ALC en cereales, pulpa de fruta, restos de pollos.
El estado brasileño de Mato Grosso do Sul, donde la chilena Arauco es un actor importante, sueña con llegar a mercados distantes con su soja, pasta química de madera y carne a través de Chile. Su principal mercado para la soja está en China, con casi US$ 3 mil millones de envíos. Allí pueden crecer mucho en pasta química de madera (hoy exportan apenas US$ 16 millones) y en carne bovina, donde el estado es una potencia con exportaciones por US$ 834 millones. Pretenden transformarse, además, en un nodo de distribución de productos chilenos hacia el interior de Brasil (fertilizantes, sal, cobre, salmón, berries).
A pesar de tener relaciones políticas con Taiwán, Paraguay importó bienes desde China, su principal socio comercial en Asia, por casi US$ 3,5 mil millones el 2024, pero sus exportaciones a todo el continente asiático sumaron apenas US$ 66 millones, según informaciones de Unicanal. Necesitan diversificar mercados y reducir en un 60% los tiempos de transporte al otro lado del Pacífico.
Para las provincias del noroeste argentino, y particularmente para la minería de Salta y Jujuy (principal sector exportador), la capacidad portuaria que les podamos ofrecer en el norte es igualmente relevantes. A noviembre del 2024 habían exportado US$ 1.197 millones en productos mineros, de los cuales el 45% se dirigió a China.
Sin embargo, de la visita no me gustó el excesivo lenguaje retórico usado y sus lugares comunes. Una Visita de Estado debiera ser un punto de inflexión para proyectarnos con ambición al futuro. No me gustó el exceso de acuerdos firmados, que dan la impresión de relleno. No me gustó el tono paternalista usado por el presidente brasileño hacia el nuestro. Las diferencias de edad y experiencia no le autorizan a dictar cátedra. Sonó mal que Lula haya sugerido en público que Celso Amorim gestione una reunión entre el presidente de Chile y el líder chino, en caso de que acudamos a nivel presidencial a la IV Reunión Ministerial del Foro CELAC-China en Beijing, presidida por el cuestionado presidente colombiano, Gustavo Petro.
Hubiera preferido, también, abstenernos de acudir a la Cumbre de los BRICS del 6 y 7 de julio, en Río de Janeiro, que seguramente anticipa nuestra incorporación formal y extemporánea a un foro bajo tutela china.
Finalmente, el anuncio de que próximamente seremos anfitriones de una próxima Cumbre de las Democracias orientada a atajar los avances electorales de adversarios ideológicos, junto al colombiano Petro y al español Sánchez, le restó carácter de Estado a la importante Visita a Brasil. Una lástima.