Entrevista (Carolina Valdivia, investigadora CEP y exsubsecretaria de RREE) Ex Ante, 13.07.2024 Manuel Izquierdo P.
Para la investigadora del CEP y ex subsecretaria de Relaciones Exteriores, la defensa que hace el presidente colombiano de Daniel Jadue “es inaceptable porque es una injerencia en asuntos internos. Es desconocer cómo funciona la democracia, que requiere y exige la separación de poderes”. Por otro lado, con respecto a las señales de Caracas frente al asesinato del exteniente venezolano Ronald Ojeda, señala que “estamos enfrentados a un régimen dictatorial que busca amedrentar a ciudadanos” y que “con Venezuela hablamos distintos idiomas. Nosotros respetamos el derecho internacional y ellos se mueren de la risa”.
–La solicitud de asilo de la familia del exteniente venezolano Ronald Ojeda en Argentina, ¿es un revés para el prestigio internacional de Chile?
-Es una situación bien delicada porque se trata de una familia que ha optado por el refugio en Chile. Eso supone que esas personas son perseguidas, por condiciones políticas, de género o de etnia. Además, el exteniente Ojeda fue asesinado en el país y, aparentemente, según la investigación de la Fiscalía chilena, esto fue un crimen orquestado desde Venezuela. Entonces, sin lugar a duda, hay un temor de la familia de que Chile no pueda seguir dándoles protección.
-¿Qué costo diplomático puede tener esta situación para el país?
-Claramente hay una rebaja en la calidad de Chile como país para poder mantener las condiciones del refugio. Hay un temor.
-¿Cómo puede ser que el Estado chileno no haya podido garantizar la seguridad de un refugiado político y la de su familia?
-Milei ha sido uno de los presidentes más vocales en contra de Maduro. En Chile, durante el gobierno anterior, se recibió a distintas personas en calidad de huéspedes en nuestra misión en Caracas. Y hoy en día, por ejemplo, ya no los estamos recibiendo. Entonces interpreto que los propios venezolanos tienen una esperanza o piensan que las respuestas más duras de Milei les otorgan más protección.
Eso sí, la institución del refugio es verdad que entrega una condición particular para que se puedan establecer en Chile, porque se ha acreditado que son personas que corren riesgos en sus países de origen. Pero tampoco implica que el Gobierno ni el Estado de Chile tenga la obligación de tenerles, por ejemplo, seguridad privada o una protección particular. Eso no es así.
-¿Cree que el Gobierno se manejó bien en su relación con Caracas durante este caso? ¿Cómo cree que fue esa relación?
-Venezuela, en este caso, tiene totalmente la sartén por el mango. Eso es lo que define esta situación, más allá de si actuó bien o mal. Primero, inclusive lo manifiestan con sorna, dicen “nosotros aquí no tenemos nada que ver”. Segundo, dicen que el Tren de Aragua no existe, que es una invención de no sé quién. Tercero, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, es capaz de decir “el presidente Boric no es capaz ni siquiera de controlar lo que pasa dentro de su país”.
El régimen venezolano actúa de una manera muy burlesca, con mucha sorna, y que trata de poner zancadillas para que aquí en Chile alguien pique y se pueda generar esta trifulca verbal.
Si los personajes que presuntamente asesinaron a Ojeda están en Venezuela, ellos jamás los van a extraditar.
-¿Hacia dónde se debiese apuntar en la relación con Venezuela?
-Chile debiese apuntar a una relación muy, muy, muy pragmática. Una relación donde se diga “yo necesito conseguir esto, ¿qué necesitas tú para que yo te dé, para que tú me des esto?”
-¿Qué calificativo le pondría al manejo del gobierno en este caso?
-Nosotros tomamos nuestras decisiones respetando al derecho internacional, manteniendo las relaciones diplomáticas y cumpliendo con los acuerdos. Venezuela no es un régimen que actúe así. Actúa absolutamente bajo otras lógicas, bajo la lógica de “qué es lo que me conviene a mí en este momento y qué no”. Con Venezuela hablamos distintos idiomas. Nosotros respetamos el derecho internacional y ellos se mueren de la risa.
-¿Cree que el Estado le debe una disculpa a esa familia?
-La mejor forma de disculpa es indagar y esclarecer qué fue lo que efectivamente pasó con él. No sé si es una disculpa, pero el Estado tiene que comprometerse a llegar hasta el final y esclarecer, con todas sus consecuencias, qué fue lo que pasó en este caso.
-¿Cómo explica que Gustavo Petro haya pasado de ser el mejor aliado de Boric en Latinoamérica a su detractor tras la detención del alcalde Daniel Jadue (PC)?
-Es inaceptable lo que hizo Petro, porque es una injerencia en asuntos internos. Es desconocer cómo funciona la democracia, que requiere y exige la separación de poderes. Es desconocer, además, el proceso que se ha seguido en contra del alcalde Jadue y por qué está en en prisión preventiva. Es desconocer cómo funcionan los tribunales de justicia en el país. Pero no veo que haya una imputación directa a Gabriel Boric en esto, o una crítica al Gobierno. No lo he visto.
-Pero lo que ha hecho es criticar el sistema institucional de Chile…
-Claro. Está criticando al sistema institucional chileno, pero no es una crítica directa al presidente Boric.
-¿Le parece improcedente que critique a las instituciones?
-Absolutamente improcedente. Es una injerencia en asuntos internos y es una ignorancia respecto a cómo funciona la institucionalidad en Chile. Además, al nombrar la “jurisprudencia de Pinochet”, ignora que hubo una reforma tremenda en los años ’90 a la justicia penal, precisamente porque era muy compleja e injusta. Y eso, Petro no lo ve.
-Y Petro se involucra en un tema que, además, ha complicado bastante al Gobierno…
-Además. Tomó partido por el alcalde Jadue, un tema en que el Gobierno ha tratado de tener las manos muy afuera para que efectivamente no se tense más la relación entre uno de los partidos del oficialismo y el Gobierno. Y yo creo que el Gobierno, en el caso del alcalde Jadue, lo he hecho bastante bien. En el sentido de decir “nosotros no vamos a opinar, es la justicia la que tiene que tomar las decisiones”. Es correcta esa forma de actuar.
Pero claro, con un Petro que se pone a hacer estos tuits, a decir que está condenado, y después, más encima, Jadue le manda una carta de agradecimiento y el otro le contesta diciendo “yo siempre voy a estar del lado de los revolucionarios”. Bueno, Petro nos tiene acostumbrados a esto.
-¿Cómo se lee que, a pesar de la nota de protesta, Petro insista en referirse al caso de Jadue? ¿Le importa poco la institucionalidad internacional?
-Yo creo que a Petro no le importa mucho la institucionalidad internacional. Es un presidente muy particular, muy llevado en su idea. En mi impresión, es una persona muy poco reflexiva.
-El presidente Petro pasó la mayor parte de su carrera defendiendo la lucha armada en Colombia. ¿Cree que eso influye en el apoyo irrestricto que le ha dado a Jadue?
-No lo sé, no podría hacer esa vinculación. Sí se siente un revolucionario, como Jadue también se autodenomina. Creo que por ahí va el compartimiento.
-La polémica con Petro se suma a otros problemas con sus aliados a nivel regional. Hay distancia con el presidente de Bolivia, Luis Arce, y con el presidente de Brasil, Lula da Silva, ¿En qué pie queda Boric en relación con Latinoamérica?
-Lo que estamos viendo es una descoordinación regional completa, donde los grandes responsables han sido los presidentes. Gabriel Boric ha tratado de mantener las relaciones más frías posibles, sin entrar en estas diatribas que no llevan a ninguna parte, como la de Milei con Lula, Petro con Milei, AMLO con Noboa, Noboa con Petro.
El Presidente ha hecho dos giras a Europa en menos de 12 meses, una acción muy poco habitual, pero a Latinoamérica prácticamente no ha viajado. Boric prefiere ir a Europa dos veces antes que viajar a la propia región. Eso es muy significativo.
-¿Cómo se sitúa Boric en el actual contexto de la región, algunos críticos dicen que su liderazgo ha sido irrelevante?
-Aquí hay presidentes que tienen mucha más experiencia y países con bastante más peso que Chile, como lo es Brasil. Por lo general, todas las iniciativas de integración regional parten de países poderosos, como es el caso brasileño (…). En Chile tenemos además suficientes problemas internos y Boric tampoco todavía tiene un peso en la región como para que haya otros presidentes que se vayan a cuadrar o que se vayan a alinear con las directrices que él pueda generar. Eso es así, nos guste o no.
Boric, además, todavía no tiene el peso político que puede tener Lula o que pudo tener Cristina Fernández o que pudo tener un Pepe Mujica. Pero más que irrelevante o no, esto es una cuestión de trayectoria y de espaldas políticas como país.