Anti-China: Nueva estrategia desestabilizadora

Carta
El Mercurio, 03.07.2023
Niu Qingbao, embajador de la R.P. China en Chile

En su edición del 24 de junio, el diario El Mercurio publicó un editorial titulado “El impacto de las tensiones globales”, que considera que la estrategia de Estados Unidos por un nuevo ordenamiento global de comercio e inversión es para contener a China, y se plantea la preocupación por una mayor tensión en el escenario internacional que pueda traspasarse al contexto local de los países latinoamericanos como Chile. Estoy de acuerdo con esta afirmación.

Estados Unidos ha mantenido tradicionalmente la política exterior de “America First”. Cualquier país o entidad que sea percibida como una amenaza para su ventaja industrial o su posición hegemónica, es objeto de represión por parte del país norteamericano. No son excepciones las acciones que van desde obligar a Japón a firmar el “Acuerdo Plaza”, imponer aranceles a los productos de acero y aluminio de la Unión Europea con la excusa de la seguridad nacional, obligar a las empresas de semiconductores de países como Japón y Corea del Sur a “voluntariamente” revelar sus secretos comerciales, hasta los recientes esfuerzos para restringir el progreso tecnológico de China. Los términos como “reglas y estándares”, “seguridad nacional”, “reducir riesgos” y “democracia versus autoritarismo” son solo pretextos manidos por Estados Unidos, usados o dejados siempre según le convenga, lo cual es algo consistente en su enfoque.

Al mismo tiempo, el editorial sostiene que la nueva estrategia de Estados Unidos tiene como objetivo promover una “competencia saludable basada en un marco estructural sólido” y “reglas del juego claras”. Sin embargo, esto es darle demasiado crédito a Estados Unidos. Aunque la estrategia afirma tener “reglas claras”, en realidad es intencionalmente ambigua en cuanto a qué reglas y quién las establece. De hecho, lo que ellos titulan “reglas claras” y “competencia saludable”, son simplemente reglas de poder impuestas por el país norteamericano y un orden de competencia hegemónico basado en “America First”. La afirmación de prevenir las “prácticas injustas” de China en términos de propiedad intelectual y empresas estatales carece de fundamento y se trata de una difamación infundada. Si Estados Unidos realmente se preocupa por construir un marco de reglas sólido, debería detener las prácticas proteccionistas y unilaterales al eludir a la Organización Mundial del Comercio, dejar de impulsar la desvinculación que perturba la seguridad y estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales, dejar de abusar de la noción de “seguridad nacional” para reprimir a empresas extranjeras, y dejar de transferir los riesgos internos al mundo entero mediante el uso agresivo de la hegemonía del dólar estadounidense, aumentando las tasas de interés y emitiendo deuda de forma ilimitada.

La estrategia de “deschinización” va en contra de la corriente de la globalización y los intereses de todas partes, y no cuenta con el respaldo popular. Mientras el gobierno de Estados Unidos promueve su nueva estrategia y presiona a otros países para “reducir su dependencia de China”, CEOs de reconocidas empresas estadounidenses, como Tesla, J.P. Morgan, Apple y Starbucks, visitaron China sucesivamente, expresando su confianza en el mercado chino y oponiéndose claramente a la idea de desvinculación.

Los mandatarios de Alemania, Francia y Brasil, junto con comitivas empresariales, también visitaron China y firmaron una gran cantidad de contratos comerciales, demostrando que no toman en serio la retórica estadounidense sobre “deschinización” y “reducir riesgos”. Los países y pueblos de América Latina han sido víctimas de la Doctrina Monroe, las sanciones y bloqueos impuestos por Estados Unidos, así como la intervención militar; por lo que conocen muy bien las trampas discursivas, la hegemonía y la intimidación que persigue el país norteamericano, y no se subirán al “carro de combate de una nueva Guerra Fría” que promueve.

El desarrollo de China es una oportunidad para el mundo. “Deschinizar” significa eliminar oportunidades, cooperación, estabilidad y desarrollo. Frente a problemas y desafíos globales, la comunidad internacional no puede ser obstaculizada por una contracorriente ni retroceder. Debemos adherir a la equidad y la justicia, oponernos a cualquier forma de división y confrontación en el mundo y, en cambio, continuar inyectando más confianza y dinamismo a la paz y la prosperidad mundial.

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