Editorial OpinionGlobal, 27.07.2023
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Boric: un estadista en lo multilateral, pero un mero activista político en lo bilateral
En estas páginas hemos planteado, reiteradamente, dos factores negativos que están marcando la política exterior chilena: la tendencia de la izquierda a enfatizar la gestión ideológica por sobre el pragmatismo del interés nacional y, simultáneamente, la aguda falta de profesionalización que está afectando a nuestro servicio diplomático. La reciente gira europea del presidente (Madrid, Ginebra, Bruselas y París) es una clara muestra de aquello. Vamos por parte:
Tal vez lo más destacado de la gira fue la participación del presidente Boric en la III Cumbre CELAC-UE en Bruselas, donde Chile reafirmó su tradicional multilateralismo, gracias al interés personal del presidente por la causa del derecho internacional (calificó la guerra de Ucrania como una agresión del “imperialismo expansivo” ruso) y su férrea defensa de los derechos humanos en las dictaduras de Nicaragua y Venezuela. El jefe de estado chileno se distinguió, sin duda, entre sus colegas latinoamericanos, que prefirieron mirar al costado o fueron indiferentes a la agresión rusa. Sin embargo, la acertada postura presidencial resultó a medias porque, una vez más, excluyó a Cuba, limitándose a criticar el “bloqueo” contra la isla y las sanciones contra Venezuela. No se entiende que el presidente no catalogue al régimen cubano derechamente como una dictadura, o bien, que justifique los desastres económicos cubano y venezolano con la vulgar escusa propagandística del bloqueo y las sanciones.
En lo bilateral, Boric visitó dos países históricamente importantes para Chile: España y Francia. Pero, es lamentable que en ambos casos primara el activismo ideológico y los intereses político partidistas internos. En Madrid, el presidente no tuvo contactos con la dirigencia del PP opositor, como corresponde a una visita de Estado, y su izquierdismo excesivo se traslució en el homenaje a un personaje tan cuestionado como Baltasar Garzón. Un gesto mucho más justificado hubiese sido condecorar al líder socialdemócrata Felipe González, artífice de la transición española. En París, a su vez, Boric se entrevistó con su alcaldesa de poco peso político e ideológicamente dogmática, como Anne Hidalgo, y se concentró tanto en el exilio chileno como en celebrar los 50 años del golpe de estado, en lugar de contactar personajes y sectores estratégicos franceses. No es apropiado que el presidente trate en el extranjero querellas internas que no solo dividen, sino que representan solo a algunos chilenos. Con ello, está demostrando un quiebre en nuestra sociedad y el actual nivel de inestabilidad política alcanzado por Chile. En suma, si el presidente justificó su viaje con el propósito de atraer inversión extranjera europea para Chile (reuniones con empresarios españoles y franceses), no se comprende que, en una entrevista final a la BBC, reconociera que una parte suya quería “derrotar el capitalismo”.
Todas estas controversias son demostrativas de que, si bien en algunas de sus cruzadas la intuición de Boric demuestra coraje y valentía (Ucrania), para él la política exterior es solo otro frente para su permanente activismo político. Tal como lo reconociera recientemente el editorial de un diario local, el gobierno y los partidos que lo apoyan aún “no comprenden la importancia de que la política exterior se maneje profesionalmente”. Y, para ello, es fundamental que los funcionarios del servicio exterior sean empoderados en la toma de decisiones en materia internacional. Por su parte, un analista de otro medio comentaba que “los signos más visibles de la inmadurez de quienes nos gobiernan se han manifestado en el campo de las relaciones internacionales. Son incapaces de distinguir entre sus propias reivindicaciones políticas y los supremos intereses de la nación”.
Afortunadamente, el actual titular de nuestra Cancillería es un profesional experimentado, gracias a sus años de trabajo con el ministerio de RREE. Con todo, no es un diplomático de carrera, sino un nombramiento político (PPD). Y, por lo tanto, difícilmente podrá neutralizar este activismo presidencial, o bien, sentar las bases para una reforma estructural que garantice la profesionalización de la diplomacia chilena
Excelente articulo sobre el viaje del Presidente Boric a Europa.
Sin embargo, creo se perdio una ocasion formidable para dar a conocer algunos aspectos novedosos de nuestra politica exterior en los paises visitados, sin tener que marcar una manosa tendencia hacia la izquierda en muchos temas. Nuestros profesionales del Servicio Exterior no se les toma en cuenta y me imagino estaran desalentados.
El empresariado no debe estar satisfecho tampoco con la performance del Jefe de Estado chileno…en fin…
Gracias Juan por tan buen analisis.
JS