De Maduro se puede esperar cualquier cosa

Entrevista [Pedro Felipe Ramírez, exministro y exembajador en Caracas]
Ex-Ante, 24.11.2023
Juan Pablo Sallaberry

Pedro Felipe Ramírez, ex ministro de Allende y representante de Chile en Venezuela entre 2014 y 2018, pasó de ser un declarado chavista a un duro crítico del régimen de Nicolás Maduro. A partir del fracasado vuelo con migrantes expulsados a Venezuela, por el cual el gobierno chileno entregó confusas versiones, Ramírez señala que “mientras no se solucione el problema democrático en Venezuela, mientras no termine la dictadura, simplemente esto va a continuar”.

 

-El gobierno tenía previsto repatriar a un grupo de venezolanos expulsados, pero no consiguió los permisos de Venezuela para realizar el vuelo. ¿Por qué parece ser tan difícil que el régimen de Maduro reciba de vuelta a los venezolanos que están fuera del país?

-Respecto a este caso no sabemos si fue bien tramitado o no fue bien tramitado, las informaciones dadas por las autoridades del gobierno chileno hasta ahora no son precisas y claras. Entiendo que ha habido otras expulsiones en que no se ha producido lo mismo. No quiero especular. Espero que esto no sea un acto de mala voluntad del gobierno de Maduro con nuestro gobierno.

 

-El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, ha señalado que es necesario firmar un acuerdo migratorio con el gobierno venezolano.

-Me parece bien, si el subsecretario Monsalve estima que eso que agiliza las cosas. Además, Maduro siempre se ha vanagloriado del hecho de que está retornando la gente del exilio. Me parecería contradictorio que ellos se negaran a un acuerdo.

 

-¿Maduro no suele referirse al éxodo de venezolanos de su país?

-El exilio venezolano es un tema del cual él no ha opinado. Porque naturalmente todo el mundo entiende que eso es el producto del desastre que hay en la economía venezolana. Y de la represión que existe. Entonces él guarda silencio. Lo único que ha hecho en el último tiempo es decir que ya son muchos los que están volviendo porque el país se está recuperando. Por eso es que también me parece muy contradictorio que él los esté rechazando. Bueno, de Maduro se puede esperar cualquier cosa.

 

-¿Y están retornando los venezolanos efectivamente?

-Parte de ellos se están volviendo ahora porque la situación en Chile se ha puesto muy difícil, sobre todo para los inmigrantes que no están documentados. Por la situación económica y por esta campaña de la derecha brutal en contra de los inmigrantes venezolanos, asociándolos a delincuencia como si todos fueran delincuentes. Al delincuente, a mi juicio, hay que tratar de ubicar y sancionar y expulsar, pero la campaña va mucho más allá. Es una campaña xenófoba. Eso ha creado también al propio gobierno la imposibilidad de llevar adelante una política un poco más acorde con el Tratado Internacional de Refugio.

 

-Pero la mayoría de ellos no llega pidiendo refugio.

La mayoría no lo hace, ¿sabe usted por qué no lo hace? porque durante el gobierno de Piñera se ordenó a la Interpol, que no se aceptara a nadie que pidiera refugio. Lo sé muy bien porque yo les recomendaba a varias personas que me consultaban que solicitaran refugio. Entonces, esa norma quedó ahí de alguna manera. Como sabían que no iban a entrar por esa vía, entraron por las vías informales, lo que ellos llaman las trochas, o a paso no habilitado, por Arica o por Colchane. Las historias de los que cruzan así la frontera son brutales y, sin embargo, a todos los tratan como delincuentes.

 

-¿Hay que entender este problema primero como una crisis humanitaria?

-Sí, por supuesto, los 7.500.000 migrantes venezolanos que calcula Naciones Unidas en el mundo, no se van porque no les gusta su tierra. Se van porque están muriendo de hambre. La gente que hace ese esfuerzo es porque escapan de la represión policial o militar o política y porque gente no tiene para comer. Hay que pensar que hoy día sobre el 90% de los venezolanos están bajo el nivel de pobreza. Es un problema que impacta a toda la región y mientras no se solucione el problema democrático en Venezuela, mientras no termine la dictadura, simplemente esto va a continuar. Que no se hagan ilusiones de que la gente se va a ordenar.

 

-¿Cómo debería enfrentar el gobierno de Chile esta situación? Porque si bien está la crisis humanitaria, también han llegado bandas delictivas, como es el caso del Tren de Aragua.

-Yo no estoy diciendo que le hagan paso también a los delincuentes. Obviamente, los delincuentes van a pasar siempre, usted cierre o abra los aeropuertos, porque ellos no tienen ningún problema en pasar por pasos no habilitados. Yo le pido que usted averigüe cuál es la política migratoria de Brasil. Claro, es un país mucho más grande que el nuestro, que tiene mucha migración. Pero ellos no tienen indocumentados

 

-¿Y cómo lo hacen en Brasil?

-Porque ellos los documentan a la entrada. Toman todos los datos, o sea, empadronan a la entrada y en el mismo aeropuerto o en el puerto, entregan un papelito con su identificación transitoria, con la cual incluso pueden trabajar. Incluso si no tienen donde vivir los llevan a una casa de acogida, en Roraima, en el norte, donde limita con Venezuela. Luego publican los datos de estas personas por internet, por si alguna empresa quiere contratarlos y tienen un país con una inmigración muy ordenada.

 

-Usted antes se declaraba chavista ¿Por qué cambió su opinión respecto al régimen venezolano, mientras fue embajador allá?

-Chávez fue un gobernante que posiblemente cometió muchos errores. Incluso algunos actos muy autocráticos, pero no es Maduro. Fue sometido a 19 elecciones. Las respetó todas. Él quiso hacer un país más igualitario. Entonces yo era chavista, claro que era chavista, y llegué allá como embajador siendo muy bien recibido por el gobierno de Maduro. El problema es que la cosa cambió, porque a fines del año 2015 la oposición gana por dos tercios la asamblea nacional, que es el parlamento venezolano. A partir de ese momento, Maduro inició todo un proceso para impedir que esa mayoría lo pudiera acusar constitucionalmente, sacando por la vía del Tribunal Supremo de Justicia, que está totalmente dominado por el gobierno, a tres parlamentarios de oposición, anulando la elección y no repitiéndola nunca. Y a partir de eso, todo un proceso para declarar en desacato a la Asamblea Nacional y después creando una Asamblea Constituyente con un tribunal electoral absolutamente dominado por ellos. Una dictadura, absolutamente, y yo soy un demócrata.

 

-Entonces refugió opositores en la embajada

Sí. No por razones políticas, sino por razones humanitarias. Me reclamaron de que yo estaba recibiendo terroristas. Yo dije que había presos políticos en Venezuela y ya venía un desastre económico brutal.

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