Carta El Mercurio, 11.08.2015 Juan Salazar Sparks, embajador (r)
El Director General de Política Exterior de la Cancillería ha querido aclararme lo que muchos chilenos bien informados saben o intuyen: el éxito de la campaña mediática boliviana y la falta de una política chilena al respecto. Un ex presidente de Chile ya lo advirtió, con preocupación y sentido patriótico, el año pasado.
Son, precisamente, los profesionales de carrera (en ejercicio como él o en retiro como yo) los que deben asesorar bien a los políticos en materia de diplomacia pública. Debo insistirle al Sr. Labbé, por ejemplo, que es altamente inconveniente que el Canciller chileno pida públicamente al Papa que tome nota de los actos bolivianos. El único mensaje a S.S. debe ser que no intervenga en un asunto resuelto por un tratado vigente.
Ahora bien, lo más peligroso de la defensa que intenta hacer el "asesor" del ministro Muñoz es insinuar mi connivencia con los bolivianos ("los argumentos del señor Salazar coinciden con la interpretación tendenciosa de este episodio que hizo una alta autoridad boliviana") y que mis dichos se "apartan de la política de Estado" en esta materia, un burdo paraguas bajo el cual se pretende acallar cualquier opinión discrepante sobre la forma en que su Superior está enfrentando la campaña de desinformación de Evo Morales.
