Editorial OpinionGlobal, 12.02.2015
Tanto medios locales como bolivianos dan cuenta de la fuerte incomodidad sufrida por el Presidente de la Corte Suprema de Chile, Sergio Muñoz ("me sentí agredido"), al escuchar el "Himno al Litoral" que reivindica territorios, durante la reciente asunción del mando presidencial en Bolivia. Nuestro canciller subrogante y el vocero subrogante del gobierno tuvieron que salir al paso denostando la actitud boliviana.
Lamento que el alto magistrado nacional haya sido expuesto a tan embarazosa situación, dado que no habiendo relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia (cortadas por el país altiplánico) no existía ninguna obligación para que él o ningún otro representante de la Presidenta tuviera que asistir a la transmisión del mando presidencial boliviano. Cualquier funcionario menor de protocolo sabe esto.
El problema de fondo es que nuestra Cancillería hace rato que perdió el norte. Confunde realismo con voluntarismo, firmeza con flexibilidad, principios con intereses, emitiendo con ello señales contradictorias a sus contrapartes. En el caso boliviano, estamos demandados por La Paz en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, pero manifestamos nuestro interés por reiniciar el diálogo bilateral sobre la Agenda de 13 puntos. Asimismo, estando rotas las relaciones diplomáticas bilaterales, decidimos acreditar al Presidente de la Corte Suprema, en lugar de declinar del todo la invitación a la asunción del mando de Morales para evitar exponernos gratuitamente a un desaire.
