Despedida del presidente de ADICA al embajador Pablo Valdés Philips

[Funeral del embajador Pablo Valdés Philips]
ADICA, 29.03.2025
Alfredo Labbé, embajador presidente de la Asociación de Diplomáticos de Carrera en Retiro

En nombre de la Asociación de Diplomáticos de Carrera en Retiro tengo el honor de despedir al Embajador don Pablo Valdés Philips, miembro Honorario de nuestra agrupación.

No repetiré los detalles de su carrera diplomática, ya recordados por su familia, pero si deseo enfatizar que tempranamente don Pablo se destacó por su brillo intelectual y por su capacidad creadora.

Ello se expresó en sus estudios de postgrado en las Universidad de Princeton y Michigan. Sus cualidades lo llevaron también a ocupar tempranamente en su carrera el cargo de director general de Política Exterior, el más alto puesto profesional al que puede aspirar un diplomático de carrera. Don Pablo fue nombrado cuando contaba recién con veinte años de carrera y tenía el grado de ministro consejero.

Todo lo dicho explica que don Pablo haya ejercido ascendiente e influencia sobre el Servicio. Este ascendiente también se expresó en cualidades pedagógicas, manifestadas como profesor de la Academia Diplomática “Andrés Bello”. Más aún, con el Embajador Juan Salazar, es autor de un estudio sobre relaciones internacionales que conserva vigencia “Política Mundial Contemporánea”, que yo mismo, modestamente, he citado en mis trabajos académicos.

El Servicio Exterior de Chile, como instrumento de la Política Exterior del Estado, se despliega en la historia nacional a través de sucesivas generaciones, que van implementando la acción diplomática desde la experiencia y la abnegación de las generaciones precedentes.

Cuando miramos figuras de la talla profesional y humana de Don Pablo Valdés, podemos bien sostener que hemos estado parados sobre los hombros de gigantes… Y cuando estos gigantes han estado a su vez parados en nuestras montañas, su ejemplo e influencia alcanzan dimensiones monumentales.

El amor por Chile y la vocación de servicio de don Pablo se manifestaron tempranamente. Él hizo el Servicio Militar y, perseverando en esta dimensión, alcanzó el grado de Subteniente de Reserva del Ejército.

Pero, aparte de esta experiencia es preciso señalar que nosotros, los diplomáticos, no defendemos a la Patria con armas sino con la palabra. Nuestro lema es “Pro-Chile loquor”: “Hablo por Chile”. En esta dimensión don Pablo fue señero, representando a nuestro país con singular distinción.

Don Pablo ejercería jefaturas de Misión en Dinamarca, Noruega, Ecuador, Marruecos y Arabia Saudita, dejando allí una marca indeleble.

Y puedo afirmar que mientras la patria pueda ser representada por diplomáticos de la inteligencia, el patriotismo, la vocación de servicio y el brillo profesional de don Pablo, Chile nunca será “un país pequeño.”

Don Pablo Valdés Philips, Embajador de la República, descanse en paz.

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