El cambio climático, asumido pero insuficientemente combatido

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Republica, 12.10.2021
Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnista español

Estados Unidos tuvo en 2020 el mayor número de incendios forestales de su historia. Varios millones de hectáreas ardieron. Este año ha sido asimismo catastrófico. Un bombero de California declaraba que hace 50 años un incendio que amenazase 40.000 hectáreas era algo casi apocalíptico, este año ha habido uno que ha arrasado a más de 400.000.

El fuego y otras catástrofes, sequía, inundaciones intempestivas... han aumentado la sensibilidad de una buena parte de los jóvenes. Una encuesta de 10.000 personas entre los 16 y los 25 años realizada en una decena de países y que publica la revista estadounidense “The Week” muestra que hay inquietudes reales entre los jóvenes de esa edad en relación al cambio climático. Muchos ven perspectivas lúgubres en el futuro del planeta, 56% creen que la “humanidad está condenada” y más de un tercio afirma que no quiere tener hijos por el negro panorama que les espera. No pocos comentaristas yanquis se pasman del pesimismo de la actual juventud, recordando que sus padres y abuelos sufrieron dos guerras mundiales, la amenaza durante décadas de la posible repetición del uso de la bomba atómica, crisis económicas como la del 29, etc.. Las reacciones de esos progenitores fue de esperanza en que todos esos problemas serían superados. Ahora el ambiente es más sombrío. Esos mismos comentaristas, con todo, comprenden que hay razones para inquietarse, concluyen que los gobiernos se han mentalizado pero aún reaccionan cicateramente ante la agudeza del problema. En Estados Unidos existe el convencimiento de que los objetivos esbozados en el Acuerdo de Paris de reducir el calentamiento global no van a ser respetados por sus efectos impopulares a corto plazo.

Luego, hay muchas dudas sobre la actitud de China el mayor emisor actual de gases. Tanto el gigante asiático como Rusia anunciaron que bajarían su nivel de emisiones, pero sin comprometerse en fechas. Sus promesas tienen algo de juegos florales.

Mal augurio, concluyen los comentaristas estadounidenses que no vacilan asimismo en la autocrítica. Una encuesta del Washington Post de hace menos de dos años indicaba que los ciudadanos yanquis habían absorbido el problema, pero se oponían a las propuestas que implicasen que para resolverlo habría alguna subida de impuestos. Otro muestreo de estos días es iluminador: a 43% de los estadounidenses les inquieta de verdad el cambio climático, pero 57% creen que el tema no les afectara seriamente en el tiempo que vivan. (que lo hereden otros, vamos).

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