El misterio del Sahara: Año I y el Mar Menor

Columna
Republica, 14.03.2023
Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnista español

Ha pasado justamente un año desde que las autoridades marroquíes dieron a conocer una carta de nuestro presidente al monarca alauita en la que Sánchez, en un texto en español torpemente traducido del francés, decía que el Sahara antiguamente español debía ser marroquí por los siglos de los siglos sin la votación que vienen pidiendo Naciones Unidas. Era la solución “MÁS viable y realista” según la misiva.

No sabemos por qué nuestro presidente dio ese giro soslayando a la ONU, la postura del gobierno español desde hace unos cuarenta años, la de su propio partido y la de parte de su gobierno. La extraña traducción de la cara, ¿por qué no estaba en límpido español?, que la hiciera pública el gobierno marroquí resultan un misterio pero más escamante aún es que no sepamos las razones del volantazo de Sánchez, ni tampoco si previó sus consecuencias en, por ejemplo, las relaciones con Argelia (le estamos vendiendo 3 o 4.000 millones menos que antes del abrazo a Marruecos).

Hay varias teorías: alguna prensa francesa, inspirada insidiosamente al parecer en fuentes argelinas, sostiene que la esposa de Sánchez fue sorprendida introduciendo en Marruecos sustancias no permitidas y este desliz sería un buen instrumento de extorsión. No lo considero creíble. Nada de nada.

Otra sostiene que Sánchez ha logrado con eso congraciarse con Biden que ya no le hace feos. Aquí la filtración, el argumento debe provenir de fuentes monclovitas. Implica, de un lado, que Biden ha pedido insistentemente a Sánchez que se meta en la cama con Marruecos sin rechistar. La tesis es endeble. Es dudoso que Biden haya insistido mucho en ese punto e inexplicable que ante una mención del tema por el americano nuestro presidente se convirtiera en el MÁS entusiasta de la tesis del Sahara marroquí. ¿Por qué iba a hacerlo? Y, por último, esa alegada cesión no ha transformado a Sánchez en un político cercano a Biden. El americano no ha venido a España en visita bilateral y cuando revolotea en el tema de Ucrania consulta o se ve con numerosos dirigentes europeos. Sánchez no ha entrado en ese círculo de consultas. Su ausencia, en alguna ocasión, ha resultado elocuente.

Recurramos a otra tesis más plausible para desentrañar el enigma. Los marroquíes han interceptado una conversación telefónica del líder español con algún ministro en la que ha soltado algo, un propósito o una decisión política, que de conocerse mermaría seriamente, por su gravedad, las posibilidades de Sánchez de seguir en la Moncloa. Ahí duele.

Cualquier interpretación en este último sentido entra dentro de la idiosincrasia fullera de nuestro presidente. Este martes el presidente murciano López Miras mencionaba en un concurrido desayuno de Europa Press la última barrabasada de Sánchez con esa parte de España que ya había expuesto el senador murciano Bernabé al interpelar a la impávida ministra Ribera: el gobierno había designado “con carácter nominativo” la cantidad de 54 millones de euros para reforzar las cantidades superiores que está dedicando el gobierno de esa autonomía para sanear el Mar Menor. El dinero, procedente de los fondos europeos, se esperaba como agua de mayo. De pronto el gobierno de Sánchez desvía los fondos para otras necesidades. Su ministra no da explicaciones. Al parecer lo decide por sí ante sí, sin consultar a los dirigentes de la región perjudicada.

Los fondos, según se cree, van ahora a ser destinados a mejorar instalaciones y obras en varias localidades andaluzas. ¿En aquellas en que es bueno para reforzar al PSOE de cara a las elecciones?. Otro misterio

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