El primer diplomático de carrera que llega al mando de la CIA

Perfil
El Mercurio, 23.03.2021
M.B.C

Artífice del diálogo con Teherán sobre el acuerdo nuclear de 2015, es reconocido por sus tres décadas de experiencia en el servicio exterior.

Ex embajador en Rusia y Jordania, destacado por sus dotes de analista en seguridad nacional y reconocido en su momento por la revista Time. William J. Burns (64) fue confirmado el jueves pasado por el Senado de EE.UU. para ser el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), convirtiéndose en el primer diplomático de carrera en liderar la agencia, que enfrenta varios retos internos y externos, tras años de cuestionamientos morales a sus filas y las crecientes tensiones con Rusia, China e Irán.

Con el apoyo bipartidista, el nominado del Presidente JoeBiden completa el equipo de seguridad nacional de alto nivel de su administración, que busca un cambio de tono tras cuatro años en que las políticas del expresidente Donald Trump alejaron a sus aliados tradicionales. Y para ello se ha jugado una carta fuerte. Llamado “Bill” por sus conocidos, Burns es considerado uno de los diplomáticos más experimentados del país, tras 33 años de servicio exterior. Estudió Historia en la Universidad La Salle (Filadelfia), una maestría en Filosofía y un doctorado en Relaciones Internacionales en la Universidad de Oxford. Además, tiene tres doctorados honoris causa.

Entró al Servicio Exterior en 1982, durante la presidencia del republicano Ronald Reagan (1981-1989), y pasó a ser secretario ejecutivo del Departamento de Estado (1996-1998) y asistente especial de los secretarios Warren Christopher (1993-1997) y Madeleine Albright (1997-2001), en las dos presidencias del demócrata Bill Clinton. La revista Time lo incluyó en 1994 en su lista de “50 líderes estadounidenses menores de 40 años más prometedores” y de “100 jóvenes líderes mundiales”.

De 1998 a 2001 fue embajador en Jordania, subsecretario de Estado para Asuntos del Cercano Oriente (2001 y 2005) y embajador de Rusia (2005 y 2008), tras lo cual pasó a ser subsecretario de Estado de Asuntos Políticos, hasta 2011, en la primera presidencia de Barak Obama. En ese período visitó brevemente Santiago en 2010, en una gira que incluyó Argentina y Brasil.

Su último cargo diplomático lo tuvo como secretario de Estado adjunto, en la segunda presidencia de Obama, entre 2011 y 2014, año de su retiro del servicio y nombramiento como presidente del thinktank Carnegie Endowment for International Peace, donde se desempeñaba hasta su nominación.

Así, Burns habla, además de inglés, ruso, árabe y francés. A lo largo de su carrera se ganó una reputación por sus dotes de analista en asuntos de seguridad nacional y política internacional, lo que motivó a Biden para nominarlo, indicó el diario The New York Times.

El ex embajador llega con el desafío de reconstruir la moral mermada en las filas de la agencia, cuestionada por sus prácticas, y tras la deslegitimación de Trump a las unidades de inteligencia. Frente a ello, Burns dejó claro que marcará un cambio. “Una buena inteligencia sentada con honestidad e integridad es la primera línea de Defensa de EE.UU.”, afirmó en sus audiencias de confirmación en enero. “He aprendido que los profesionales de inteligencia deben decirles a quienes toman decisiones políticas lo que es necesario que oigan, incluso si no quieren escucharlo” dijo ante un Senado donde recibió una cálida recepción".

Burns es una excelente elección”, comentó a “El Mercurio” Melvin Goodman, exanalista de la CIA y experto en seguridad nacional e inteligencia. En una columna de opinión en el portal CounterPouch sostiene que “las cualidades de liderazgo de Burns y su experiencia apuntan al tipo de visión estratégica que ha faltado”.

La experiencia y reputación de Burns indica a los oficiales de inteligencia profesionales que será un buen líder en la CIA”, comenta a este diario Nicholas Dujmovic, profesor de estudios de inteligencia de la CatholicUniversity of America. “Su vasta experiencia en asuntos exteriores es un gran activo, ya que la CIA opera a nivel mundial y debe conducirse, incluso en sus operaciones secretas, de una manera consistente con la política exterior oficial de EE.UU.”, dice el también exoficial de inteligencia de carrera en la CIA y historiador jefe adjunto de la agencia.

El director Burns tiene la confianza del Presidente, que en inteligencia es ‘la moneda del reino’. Cuando agentes, tanto activos como retirados, contemplan un nuevo director, la reacción suele ser: ‘Bueno, podría haber sido peor’. Con Burns, es difícil ver cómo podría mejorar”, agrega Dujmovic.

En 2015, Burns fue artífice del diálogo con Teherán que llevó al acuerdo nuclear internacional, por lo que en su audiencia consideró que EE.UU. debería “hacer todo lo posible evitar que Irán desarrolle un arma nuclear”, en momentos en que han surgido intentos para retomar los términos del acuerdo que fue retirado por Trump en 2018.

China también ocupó parte importante de sus intervenciones, donde destacó que la actitud “depredadora” del gobierno chino representa el “mayor desafío geopolítico” para EE.UU.

Asimismo, adelantó su intención de invertir en nuevas tecnologías para la recopilación de datos de inteligencia y la enseñanza de idiomas a los agentes.

Biden ha dicho que la diplomacia será la piedra angular de su estrategia de seguridad nacional, algo para lo que Burns pudiera ser clave, dice Dujmovic:

Es cierto que no es un oficial de inteligencia profesional de carrera, pero en el clima político actual, ese es probablemente uno de los activos más importantes que tiene”.

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