Blog Republica, 24.10.2023 Inocencio F. Arias, embajador (r) y columnista español
Los servicios de inteligencia estadounidenses, según Le Monde y algún otro medio yanqui bien informado, cuentan que Washington ha contado a determinados aliados aspectos significativos del ataque terrorista a Gaza y la reacción israelí. Las autoridades judías habrían actuado con inusitada lentitud ante la incursión fundamentalista -hasta el propio Hamás se sorprendió de poder mantener a sus comandos durante varios horas dentro de Israel- la operación pudo llevarse a cabo en el más absoluto secreto, porque ni siquiera la rama política de Hamás tuvo conocimiento de ella y hasta Teherán, gran proveedor de los terroristas y que acogió el ataque con alborozo no estaba al corriente del golpe salvaje. Los americanos piensan que el gobierno de Netanyahu confió demasiado en su aparato tecnológico, proporcionado a menudo por Estados Unidos, descuidando los elementos humanos de espionaje, reflexión que se está extendiendo entre los topos de todos los servicios de inteligencia reputados del mundo. No tener confidentes, informadores… se paga tarde o temprano.
Sigue habiendo disensiones y perplejidad sobre cómo teniendo Gaza sólo unos 40 kilómetros de longitud la incursión pudo realizarse con total sorpresa y cómo los terroristas, que tuvieron que emplear un mínimo de 2000 hombres, consiguieron retirarse con más de 240 rehenes, muchos de ellos civiles.
Lo que no causa perplejidad es que nuestro país no se encuentre entre aquellos que han recibido la información que, quizás fragmentada e incompleta, han recibido los otros, Alemania, Francia, Gran Bretaña. Está en el orden natural de las cosas. Si varios ministros de nuestro gobierno vienen tradicionalmente mostrando más simpatía hacia Irán que hacia Estados Unidos y en esta ocasión denigran a Israel minimizando o ignorando la brutalidad del ataque del día 7 la conclusión para Washington es obvia. La lentitud de Sánchez llamando a su colega israelí a las dos semanas, mientras los dirigentes de los grandes países europeos lo hicieron inmediatamente e incluso se han trasladado allí habla por sí sola. Macron lo ha hecho este martes enarbolando gratuitamente el mantra de “la singular relación” de París con judíos y palestinos; los dirigentes franceses son propensos a alardear de especiales relaciones con medio mundo, con Rusia, con China, con el África negra…. Sueños, en buena medida, del pasado.
Están obviamente bastante mejor posicionados que nosotros, hasta ahora Sánchez no ha capitalizado la presidencia rotatoria de la Unión Europea, para muchos en Bruselas la está despilfarrando, pero el único que sigue teniendo peso en Israel es Washington. Ya ha empleado el veto de nuevo en Naciones Unidas para dar más días a Israel en su represalia, ha colocado dos grandes portaaviones en la zona y aunque Biden declare que es normal que “Israel vaya a por Hamás”, es el único que puede frenar, aun parcialmente, la cólera del gobierno israelí y, no olvidemos, de la inmensa parte de la población de ese país que sigue queriendo que los terroristas reciban un escarmiento decisivo.
Parece ser que son las presiones de Washington sobre Tel Aviv avisando que la ocupación de Gaza sería un error unido a la suerte de los rehenes lo que ha atrasado la entrada del ejercito judío en Gaza para irritación de algunos de sus mandos.
La peliaguda situación de los rehenes merece un comentario en días venideros.
