Evo quiere puerto, litio y agua

Opinión
Perú21, 15.06.2023
Aldo Mariátegui

Evo Morales ha perdido mucho poder en Bolivia. Anda desprestigiado entre sus bases y en una guerra a muerte con el actual presidente Arce, su otrora obediente cachorro. Incluso se rumora que el oficialismo va a sacar algo muy fuerte contra él.

Pero Evo sabe que Arce está muerto, pues la inevitable mega devaluación que va a sufrir el peso boliviano y el fin de los subsidios le serán letales a él. Y también cuenta con que siga la persecución fiscal a sus enemigos: el opositor Camacho y la expresidenta Añez siguen presos, ante el silencio de las hipócritas Corte y Comisión CIDH, así como de la alcahueta OEA de Almagro.

Evo necesita temas para regresar y pasar como un estadista. Por eso está sublevando a los aimaras peruanos, porque podría partir a nuestro endeble país en el sur y no solo obtener la salida al mar (por el sólido Chile es más difícil), sino también acceder a los recursos del futuro: litio en Puno, agua con el lago Titicaca y cobre en Moquegua y Tacna.

Sabe que los gringos ni nos miran y que los chinos sí le comprarán lo que quiera. Y la izquierda peruana le sigue el juego, atizando sin cesar el tema de los muertos en las revueltas sureñas. Sí, la izquierda y la caviarada (la izquierda caviar), que hacen así de “tontos útiles” a Evo con el tema de la supuesta matanza y creando mártires donde no los hay, como hicieron con esos Inti y Brian, a quienes más de un imbécil les llamó “héroes del bicentenario” y los comparó con Grau y Bolognesi, con la complicidad de la prensa peruana, particularmente Canal N, RPP y ese canal al que llaman “Letrina” en lugar de “Latina” en las redes.

Veo que se reabre el caso Madre Mía, aquel que la izquierda comunista y la caviarada pasó por agua tibia porque Humala era su candidato. ¿Acaso el IDL, RMP y Mohme persiguieron el caso como con Fujimori? ¡No! Se hicieron los locos cuando los fiscales Cubas Villanueva y Sánchez cerraron el caso, junto al juez San Martín, ese de la libreta de Nadine. Son todos unos asquerosos. De verdad.

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